El Partido Popular Europeo (EPP) ha cerrado su congreso de Rotterdam con la elección de su nueva dirección. En ella entra como vicepresidente Esteban González Pons, quien será la mano derecha de Manfred Weber para el control de la ejecución de los fondos de recuperación y el cumplimiento del pacto de estabilidad. Es decir, "exactamente, lo que nos interesaba", según las palabras del mismo político valenciano, en conversación con este periódico.
González Pons, vicesecretario de Relaciones Institucionales del PP español y hombre fuerte de Alberto Núñez Feijóo, liderará la respuesta europea a las dudas que ofrece "la baja ejecución de los fondos Next Generation" por parte de Pedro Sánchez, a pesar de ser el que más rápido pide el dinero. Y un "regreso gradual pero imperioso" a las reglas fiscales y la consolidación presupuestaria.
Ambos son los dos asuntos de los que más le han hablado a Feijóo sus interlocutores estos días en el congreso. "He hablado con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis", explicaba Feijóo a los periodistas, "y me ha repetido dos cosas: que Grecia ya tiene menos paro que España y que lleva 12 años con las pensiones congeladas... sólo este año las va a actualizar, y porque ha logrado superávit".
Además, representa la cuota española en la dirección del EPP, en sustitución del secretario general saliente, Tono López Istúriz.
Después de dos décadas dirigiendo la sala de máquinas de los populares europeos, el político navarro, criado en Baleares, de ascendencia estadounidense y que ha desarrollado toda su carrera en Bruselas, agradeció en un emotivo discurso la oportunidad de tantos años de servicio. Más que una pérdida de poder, en realidad dejaba triste el puesto. "Me gusta tanto esto...", comentaba con una sonrisa poco antes de subir al atril del plenario.
El nuevo EPP ha cambiado sus estructuras de arriba abajo. De hecho, el nuevo secretario general, el griego Thanasis Bakolas, no es un político, sino un funcionario. Su labor será más la gestión del día a día, y dejará la acción política a los vicepresidentes, bajo la coordinación de Weber. El político bávaro es también presidente del EPP en el Parlamento Europeo... y ése va a ser el centro de operaciones ahora para el partido.
El cambio ha supuesto una revolución en el cónclave de Rotterdam. Tanto que las votaciones finales han reflejado el descontento de algunas delegaciones con "la toma de poder de los alemanes" y, de paso, con el hombre de confianza de Feijóo en la nueva ejecutiva europea. González Pons ha logrado 303 votos, quedando décimo en la elección entre 11 candidatos, a 100 sufragios de la ganadora, Mariya Gabriel, comisaria búlgara de Innovación.
"Las maniobras de algunos no han surtido efecto, y las competencias están pactadas con Weber", aseguraba el político valenciano a EL ESPAÑOL.
Desdibujados en Iberoamérica
González Pons no sólo se hará cargo de las dos competencias económicas ya citadas, dentro de la dirección del PP Europeo. También será el responsable de las relaciones transatlánticas y con Iberoamérica. De hecho, ésa es la parte que para él resulta más importante. "No puede ser lo que está pasando", explica, "de que España esté perdiendo toda su influencia en el continente americano".
No se refiere Pons sólo a lo tocante a su propio partido, sino a la labor del Gobierno español. Como eurodiputado desde hace ya ocho años, vicepresidente del grupo popular en la Eurocámara, ha tratado de liderar -junto al expresidente de la Cámara, el italiano Antonio Tajani- el compromiso de la Unión Europea con la libertad en Venezuela. Sin embargo, fuentes del EPP señalan que con el PSOE en el poder se ha pasado a la contemporización con el régimen de Nicolás Maduro.
"Y ahora, nos la estamos jugando en Colombia", añade preocupado con las presidenciales, cuya segunda vuelta enfrentará a un extremista de derechas con un ex narcoguerrillero de las FARC. "Pero es que cada día que pasa España tiene peores relaciones también con México, Brasil, Perú...". El objetivo de la estrategia trazada junto a Feijóo es que cuando el líder del PP viaje a Latinoamérica "lo haga con el gorro del Partido Popular Europeo", explican ambos.
¿Eso significa que España ya tiene que ampararse bajo la bandera azul de las 12 estrellas doradas en sus relaciones con su antigua área de influencia? Es posible, pero sobre todo, la idea es que Feijóo tenga más fácil la apertura de puertas en un subcontinente al que dedicará gran atención el día que llegue a la Moncloa.
Porque ésa es otra de las certezas con las que vuelven los líderes del PP de la ciudad portuaria neerlandesa. La pérdida del poder en Alemania del otro gran partido popular, la CDU-CSU alemana, ha provocado que los ojos se tornaran hacia el nuevo líder del PP español. De hecho, más allá de que con Weber sean los germanos los que toman el partido a nivel continental, los líderes de las dos formaciones democristianas del país locomotora de Europa pidieron una reunión bilateral con el español.
"Ahora mismo, España es parte del problema, no de la solución para Europa", diagnosticaba Feijóo como conclusión de las 13 citas cara a cara que ha mantenido en estas 48 horas en Rotterdam.
"La presidenta de la Comisión me insistió mucho en que serán muy estrictos con el cumplimiento de las reformas comprometidas", apuntó en conversación informal con los periodistas, al tiempo que abundaba en que "todos mis interlocutores me hablaban de hechos, bajaban a los datos... y los datos del Gobierno Sánchez no se sostienen".
La relación transatlántica
La cuarta pata de las responsabilidades de González Pons serán las relaciones con Estados Unidos. En este terreno hay mucho trabajo por hacer, porque España sigue pagando el precio de la ruptura que se produjo durante los años en que José Luis Rodríguez Zapatero coincidió en la presidencia con George W. Bush.
Pero acaso la guerra en Ucrania sea una oportunidad para que, al tiempo que se estrecha la alianza de Bruselas con Washington -militar, comercial y energéticamente-, Madrid pueda demostrar su fiabilidad como socio y aliado.
Quedan pocos días para la cumbre de la OTAN en la capital de España, pero el Ejecutivo de Sánchez se está tensando y dividiendo cada vez más, con los socios minoritarios de Unidas Podemos boicoteando estos actos. Quizá por eso, Feijóo citó a la Alianza Atlántica al menos dos veces en su discurso... y quizá por eso los delegados de la mayoría de partidos populares europeos le transmitieron que "confían en que va a haber un cambio de Gobierno en España".