¿Hay o no hay adoctrinamiento en las aulas de la Comunidad de Madrid? He ahí la cuestión que separa a PP y Vox.
La formación que lidera Rocío Monasterio en la región usará la campaña que Isabel Díaz Ayuso ha emprendido contra el decreto de Bachillerato de la LOMLOE -también conocida como Ley Celaá- para insistir en su reivindicación monolítica: la derogación de las leyes LGTB.
En una pirueta retórica de Vox, si Ayuso ha censurado la voluntad de "adoctrinar" a los alumnos por parte del Gobierno de España con su nuevo currículum, que ha recurrido ante el Tribunal Supremo, convendrá también en frenar el supuesto "adoctrinamiento" que se produce en las aulas madrileñas.
"Nos parece bien que recurra, pero Ayuso ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio", ha dicho el portavoz adjunto de Vox en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, que denunció ante los medios que hay "talleres LGTB que atentan contra el derecho de los padres a que no se adoctrine a sus hijos".
Una postura en la que abundó Rocío Monasterio en el pleno celebrado este jueves, cuando invitó a la presidenta madrileña a acabar con "la manipulación ideológica de género": "Les invito a que sean coherentes. Si hay adoctrinamiento sea valiente y proteja a nuestros niños y derogue estos artículos".
Y es que, según ha podido saber EL ESPAÑOL, Vox volverá a insistir en la derogación de las leyes LGTB, aprobadas en 2016 por el Gobierno popular de Cristina Cifuentes, para sustituirlas por una ley de igualdad y no discriminación. Una propuesta que ya fue tumbada en diciembre por la Cámara regional con la abstención del Partido Popular.
A poco menos de un año de las elecciones, y con unas encuestas electorales que vaticinan una victoria contundente de Ayuso -rozaría la mayoría absoluta-, Vox quiere ensalzar sus diferencias ideológicas con el PP con uno de los temas donde más han chocado en esta legislatura, ante la imposibilidad de arrebatar a la baronesa popular la bandera de la gestión económica, como han intentado... en balde.
Tras meses de negociaciones (Monasterio puso como condición la derogación de estas leyes para la aprobación de los Presupuestos autonómicos, aunque sin éxito), el PP no apoyó la propuesta de Vox arguyendo "deficiencias técnicas" en la ley de igualdad y no discriminación. Una decisión que fue tildada de "cobarde" tanto por sus socios como por la izquierda parlamentaria (Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos).
Los unos recriminaron a la bancada popular que "cuando tienen que luchar contra el totalitarismo se quedan mudos, callados y mirando al suelo como están ahora sus diputados"; los otros, le afearon que "una abstención frente a la homofobia nos parece insuficiente", en palabras del socialista Jesús Celada.
Vox propone, el PP dispone
Cuando esta propuesta llegue de nuevo a la Asamblea de Madrid, que será en este mes de junio, se repetirá previsiblemente la dinámica de esta legislatura, en la que Vox propone, pero siempre es el PP el que dispone. Y es que Isabel Díaz Ayuso no ha aprobado ninguna norma propuesta por la formación de Rocío Monasterio.
Ambos partidos, socios de legisltura, sí han llegado a acuerdos puntuales, por ejemplo, para la aprobación de los Presupuestos. Ahí la presidenta madrileña cedió a dos propuestas voxeras: la gratuidad en la Educación de 0 a 3 años (así como en Bachillerato y FP) y la auditoría de los centros de menores extranjeros no acompañados (menas) para conocer sus detalles legales, financieros y estructurales.
Pero jamás ha cedido en la Asamblea de Vallecas. En el primer pleno de junio, en el que Vox facilitó con su abstención la tramitación de la reforma de la ley de transportes y la de farmacia, el PP impidió que prosperara la propuesta del partido a su derecha para rebajar medio punto más el tramo autonómico del impuesto sobre la renta.
Isabel Díaz Ayuso, además, reprendió a Rocío Monasterio por "copiar al PP de una manera tan brusca" en materia fiscal. También criticó a miembros de su bancada porque "no se fueron del PP a Vox por por principios, sino porque se quedaban fuera de las listas [en obvia referencia a Íñigo Henríquez de Luna, ex del Partido Popular]".
En el pleno de hace tres semanas, para más inri, la baronesa popular impidió la bonificación al 99% del impuesto de sucesiones en Madrid entre tíos y sobrinos, como pedía Vox. En plena disputa por hacerse con la bandera de las rebajas fiscales, la presidenta madrileña ha reivindicado que nadie les dará "lecciones" en esta materia.
Es por eso que Vox, que sigue sacando a colación el problema de seguridad que, a su juicio, existe en la Comunidad de Madrid, insistirá en la derogación de las leyes LGTB. La batalla legal emprendida por la presidenta contra el "adoctrinamiento" de la Ley Celaá ha supuesto, en su opinión, la excusa perfecta para comenzar la precampaña a las elecciones de 2023, en las que Rocío Monasterio quizá no repita como candidata.