Los ministros de Unidas Podemos, el ala autodenominada más feminista del Gobierno, han dejado olvidado uno de los casos de abusos sexuales a una menor que más titulares ha reunido en los últimos años. Y ha sido así coincidiendo con que una de las personas implicadas judicialmente es la ahora dimitida y todavía aliada política Mónica Oltra.
Desde Yolanda Díaz a Ione Belarra, pasando por Alberto Garzón, Pablo Iglesias y muchos más, líderes de los morados han tenido palabras de cariño y admiración para la política imputada y olvido absoluto para la presunta víctima.
Todo ocurrió el martes, cuando después de negarse a dimitir -"tengo que luchar contra el fascismo"- y de darse un homenaje público junto a compañeros de Compromís, Oltra vio cómo el lunes su Consejería era tomada por la Policía Judicial, y al día siguiente no aguantó la presión que le exigía asumir su responsabilidad, cumplir con su compromiso de regeneración democrática, y apartarse hasta que un juez la declare inocente.
A mediodía, la vicepresidenta se había negado a contestar, en la sala de prensa de Moncloa. Dijo que "a nadie le interesa" lo que ella habría hecho en caso de estar en la piel de Mónica Oltra. La prueba de que sí interesaba es que se lo había preguntado una periodista. Y la confirmación de que su opinión sobre el caso era relevante llegó esa misma noche. Concretamente, a las 23.08 horas: "Hoy, Mónica Oltra ha demostrado valentía con una decisión responsable en un momento difícil", tecleó Yolanda Díaz.
Pocas horas antes, unas ocho más o menos, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, había asegurado que había que esperar a que el juez hablara. Es decir, a que la ya exvicepresidenta del Gobierno valenciano hubiera declarado. Como imputado. Por encubrir un caso de abusos a una menor tutelada. En el que el sospechoso era su marido, hoy exmarido.
Ni una palabra para la menor agredida. Ni tan siquiera una mención genérica de rechazo a un caso así de truculento. Un señor, educador en un centro, supuestamente abusa sexualmente de una de las niñas bajo su tutela. La menor tiene 14 años, y denuncia la agresión. Pero a ella no la creen. Todos los demás casos se tramitan de oficio, en el suyo se le abre un informe para comprobar la veracidad de las acusaciones. ¿Y de quién depende esta responsabilidad? De la Consejería de Igualdad, responsabilidad de Oltra, a la sazón, esposa del acusado.
Según el fiscal, y el juez ha visto indicios suficientes, Oltra maniobró para encubrir el caso. Según dijo, es todo "una campaña de la ultraderecha" para hacerla caer políticamente. "Ganan los malos", añadió el martes, al dimitir. "Cualquier político que quiera hacer políticas contra los poderosos se lo van a cargar".
Pero no fue Yolanda Díaz la única miembro del Ejecutivo de Pedro Sánchez que se significó a favor de la imputada y olvidó, al menos, un guiño a la víctima. La misma responsabilidad, a nivel nacional, que ocupaba Oltra en el momento de los hechos, las políticas de Igualdad, es la que depende de Irene Montero.
"Hoy, Mónica Oltra ha anunciado su dimisión para proteger las políticas de transformación y cambio en las que nos encontramos", sostuvo la ministra a las 22.11 horas. "Deseo que reciba el agradecimiento y cuidado colectivo por esta decisión".
Agradecimiento y cuidado colectivo. Eso es lo que la titular de Igualdad suele pedir para las víctimas de la violencia machista que denuncian, para las mujeres violadas que no se callan, para las discriminadas en el trabajo que defienden sus derechos. Pero en este caso, la víctima parece la poderosa política cuyo proceder un juez ha considerado que merece ser investigado.
Para otra ministra, en este caso también líder de Podemos, lo que hizo la política valenciana dimitiendo fue "un ejemplo de generosidad y compromiso con su pueblo". Es más, usando el plural, añadía a las 21.07 horas que "le deseamos lo mejor y le agradecemos todo el camino recorrido juntas".
Quizás el más completo fue Alberto Garzón, ministro de Consumo y coordinador general de Izquierda Unida. Para Garzón pasaban tres cosas a las 21.01 horas del martes: una, que Oltra había tomado "una decisión responsable para proteger a su organización y a su gobierno progresista"... no a una niña denunciante de abusos de su educador.
Dos, que Oltra es víctima "de la persecución ultra"... lo que puede coincidir con la calificación que al ministro le merezca la ideología de quien impulsó la denuncia judicial, tras la administrativa de la menor. Y tres, que es víctima, también, del "uso ilegítimo de la 'justicia' para atacar a dirigentes políticos incómodos"... lo que ya no sólo olvida a la niña, sino que ataca la imparcialidad del juez que ha imputado a Oltra.
Fueron muy numerosos los políticos del ámbito morado, del espacio del cambio o del entorno del frente amplio de Yolanda Díaz los que salieron a las redes sociales a apoyar a la vieja azote de la corrupción del PP que, en este caso, se había resistido a aplicarse su vara de medir: "Imputado, dimitido".
El más vistoso, aunque ya fuera de la política, el fundador de Podemos, Pablo Iglesias. A las 21.41 horas, el exvicepresidente tecleó en su iPhone: "Sé lo que significa el acoso de la ultraderecha mediática, de sus brazos políticos y los intentos de sus brazos jurídicos de imputarme".
Es decir, Iglesias como Garzón, duda de todos los poderes implicados -el legislativo, el ejecutivo, el judicial y la prensa-, que como estamentos corrompidos sugiere que se confabulan para dar credibilidad a una menor mentirosa. Y para reunir indicios falsos ante un juzgado, que filtra esos datos a los periodistas y éstos se dejan comprar a cambio de exclusivas por un interés político.
Duda de todos ellos, y de la menor supuestamente víctima de abusos sexuales por parte de un adulto, marido de una consejera de Igualdad, aliada política y pilar fundamental de Sumar, la plataforma con la que Podemos pretende volver a intentar conquistar los cielos.