Los nervios en el PSOE ya ni se esconden. Pedro Sánchez movió su agenda para no perderse, esta vez no, la Ejecutiva del PSOE. Pero nada ha pasado este lunes, el jefe seguirá diagnosticando, tomando la temperatura del partido e identificando los males. Por ahora, sólo se lanza "una campaña de promoción en redes sociales llamada Gobernar para transformar, que quiere reivindicar que este Ejecutivo trabaja por la mayoría de los ciudadanos".
La sentencia debe esperar. Un dirigente del partido explicaba, aliviado, que salía de la reunión conservando el puesto: "No hay cambios".
Aunque nadie respira hondo. De la Ejecutiva del PSOE salían todos sentados en el mismo sillón con el que entraron. "Y de esas especulaciones no hablamos", aunque tampoco desmintió Sicilia -cuyo cargo de portavoz es uno de las más en duda- que el presidente siga rumiando cambios en su equipo de confianza o de comunicación.
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Y es que nadie cree que este punto muerto vaya a durar. Sánchez necesita iniciativa, peso político y coordinación. Por ahora, y "en preparación del Debate sobre el estado de la Nación de la semana que viene", basta lanzar una campaña: igual que el nuevo Partido Popular se caracteriza por haber dejado de ser reactivo y haber decidido marcar su propio mensaje... eso trata de hacer ahora el PSOE.
De momento, la campaña, en realidad, parece más para propagar que "el PP no lo hace". En cada pregunta, el portavoz de la Ejecutiva, Felipe Sicilia, buscaba la manera de decir que "Feijóo no tiene que ser moderado, sino útil, apoyando las medidas del Gobierno". O de preguntarse "para qué está, o mejor dicho, para quién está Feijóo".
Más PP que PSOE
Aunque lo cierto es que parece errar de nuevo, pues su argumentario hace más peso en el PP que en el propio PSOE.
Así, el portavoz socialista dijo más nombres de líderes del PP que de su propio partido en la rueda de prensa, por ejemplo. Retrató "las políticas de derechas de Ayuso", unas aún no proferidas "acusaciones de Moreno Bonilla al Gobierno de la nación" por ser la única región en la que no baja el paro... o peor aún, en el empeño de comparar a los socialistas con los populares, anunció que "habrá Presupuestos en 2023, porque este Gobierno siempre los ha sacado adelante, no como el PP".
Alguien debe recordarle a Sicilia que la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy la ganó Pedro Sánchez antes de la última votación de las cuentas públicas de 2018, cuyo voto afirmativo ya estaba acordado con el PNV.
Es más, que el PSOE hubo de defenderlos en su última votación en el Congreso, rechazando las enmiendas introducidas en el Senado... y que fue ese Gobierno de Sánchez el que no pudo aprobar sus cuentas de 2019, y dio comienzo al rally electoral de ese año.
Pelea interna
Decíamos que Sánchez necesita iniciativa, peso político y coordinación. La iniciativa se ha querido llevar recordando casos pasados de corrupción del PP o tratando de mimetizar a Alberto Núñez Feijóo con la ultraderecha. Provocando mucha incomodidad interna en altos cargos del partido.
Así ha sido desde la caída, a finales de febrero, de Pablo Casado. Y desde que, en marzo, se conoció el viraje respecto al Sáhara, en abril estalló el llamado caso Pegasus del supuesto espionaje a los indepes y después se supo que al presidente también le habían extraído información de su móvil, la única respuesta
El segundo elemento, el peso político, se perdió hace un año, cuando el presidente se deshizo de Carmen Calvo, José Luis Ábalos y de su director de Gabinete, Iván Redondo. Al menos, ésa es la sensación en el interior del partido, que no hay un pararrayos suficientemente fuerte y con autoridad ante la ciudadanía. Que nada pesa alrededor de Sánchez.
Ante esa debilidad, algunos de sus subordinados llevan dos semanas -desde las elecciones andaluzas- filtrando rumores interesados. Conscientes de que "el presidente está enfadado", han tratado de ofrecer otras cabezas en los titulares para salvar la suya propia.
Pero las espadas en alto entre bambalinas se envainaron en la mañana de este lunes. Quizás la más importante desde que hace un año ya hizo una revolución en su Gobierno y en la dirección socialista. Entonces, aquel sábado 10 de julio, el diagnóstico fue que el PSOE estaba "de vuelta".
El caso es que nada ha funcionado electoralmente desde entonces. Y ahora es el mismo PSOE el que está señalado como disfuncional por parte del jefe...
La coordinación de mensajes -los poderes ocultos, el Gobierno incómodo, los intereses oscuros del PP...- deberá llegar de esta nueva campaña "en redes y en el territorio". Eso se limitó a anunciar Sicilia, después de esquivar no menos de cuatro veces cualquier pregunta sobre las encuestas y al menos cinco más la invitación a que desmintiera que habrá cambios.