La Ejecutiva de este lunes sólo ha servido "para que todo el mundo hable ya en alto de una guerra interna que, de inicio, se mantenía para el consumo interno". La disputa por el poder en el PSOE se libra entre Adriana Lastra y Santos Cerdán. Y Pedro Sánchez, "cansado de esta disfuncionalidad", ya les ha comunicado que intervendrá y que "cuando tenga una decisión tomada, os la comunicaré".
Así lo relatan a este partido fuentes internas de la dirección del partido. De momento, Cerdán se ve derrotado y Lastra aventaja en la batalla: la vicesecretaria general se siente cómoda en la confrontación ideológica, no rehúye el ataque directo y los mensajes fuerza de los últimos meses salen de su factoría.
De ahí que las dos semanas posteriores a la debacle del 19-J se haya rebuscado en viejos argumentos, para remozarlos y darles nuevo uso: no ha funcionado recordar el 'caso Gürtel', pero sí se apuesta por hablar de "poderes ocultos" (los ricos, las grandes empresas...) que tienen intereses con sus "terminales políticas" (el PP, claro).
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También se ha comprobado que al electorado no le cala lo de tirar de un supuesto mimetismo de Feijóo con Vox. Y así, se introduce el tétrico término de "viejo orden" cuando se habla del "Gobierno anterior" y de su "mercado de trabajo basado en la precariedad laboral".
El PSOE "desorientado"
Hace un mes, Pedro Sánchez ya presidió otra Ejecutiva del PSOE, entonces en el arranque de la campaña andaluza. Ya había en aquel momento algunas voces que se elevaban sobre otras, en el seno del partido, lamentando el recurso a esas ideas de "polarización", y reclamando un urgente "cambio de dinámicas".
La división y el desánimo ya eran patentes en la dirección socialista. Pero se guardó una tregua, no ya tanto a la espera de los resultados -se daba por segura desde tiempo atrás una "oleada de derechas"-, sino para no dañar más las escasas posibilidades de Juan Espadas. "La organización está desorientada", explica otra fuente del PSOE, "y en ese ambiente no movilizas a los tuyos, así que menos aún a los votantes".
Así las cosas, la reunión de este lunes no ha cumplido con las expectativas alimentadas en los titulares de algunos medios, que daban por hecho que el presidente del Gobierno cortaría cabezas en el partido. "No hay cambios", comentaba aliviado uno de los señalados, a la salida del cónclave, "ni los habrá en breve, te lo garantizo".
La conclusión de varios de los presentes en Ferraz es que el presidente, efectivamente, "está enfadado", y que no sabe por dónde meterle mano al asunto.
"Era precipitado pensar que fuera a tomar decisiones este lunes, después de la semana de la OTAN", explica un viejo dirigente del PSOE. "La cumbre fue un triunfo, Habría sido del género tonto salir hoy [por este lunes] con una noticia negativa y cambiar de esa manera el tercio". Además, añade, a Sánchez muy probablemente no le haya dado tiempo de pasar consultas y pedir información a los afectados.
Lastra se defiende
Lo cierto es que la sensación interna en el PSOE es que falta pulso. Que la organización no tiene referentes políticos de peso, y que se están "dando bandazos, con mensajes centristas un día e izquierdosos al siguiente". Se da por descontado que, tras cuatro años de Gobierno, es normal que la Ejecutiva pierda tensión "y más en una legislatura llena de avatares, como la pandemia, la oposición deslegitimadora que ha hecho el PP, el volcán, la guerra..."
Pero eso sólo explica por qué no hay reacción en el entorno de Sánchez. Falta saber si el presidente es totalmente consciente de que la guerra entre Cerdán y Lastra está debilitando al partido y, con ello, las expectativas electorales: las de las autonómicas de mayo y, sobre todo, las de repetir en Moncloa.
Cuando Sánchez anunció que Lastra dejaba la portavocía en el Congreso y sería vicesecretaria general, se entendió como una elegante patada a un lado. Ese puesto siempre fue puramente representativo y "de sustitución del secretario general, cuando no está". Es decir, que nunca tuvo atribuciones ejecutivas.
Pero en el 40º Congreso del PSOE en Valencia, la política asturiana supo maniobrar y sí se le asignaron responsabilidades. "Por ejemplo, coordina los grupos parlamentarios del Congreso, del Senado y del Parlamento Europeo... pero esos puestos siempre han sido autónomos", añade otra fuente del PSOE de siempre.
Qué decidirá Sánchez
Quizás de esa fricción saliera el rumor, "de todo punto infundado", del posible descabezamiento de Héctor Gómez, que se sienta detrás de Sánchez en el Hemiciclo sólo desde septiembre. Así lo explica un exdirigente y exministro. Del otro lado de la batalla se sacó a pasear el nombre de Felipe Sicilia, portavoz de la Ejecutiva a cuyas ruedas de prensa van cada vez menos reporteros.
Según las fuentes consultadas, "no se puede decir que falla la comunicación y mirar sólo a los portavoces". Porque luego pasa que el presidente va un sábado a su segunda rueda de prensa en dos días y nadie le ha preparado previamente "con los vídeos y las cifras de muertos de la valla de Melilla". Es decir, que el problema está -al menos, también- en la organización, "en lo que no se ve".
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Sánchez deberá "tomar decisiones profundas" cuando haya reflexionado, apuntan estas fuentes. "No parece que vaya a ser antes del Debate del estado de la Nación" ni que vayan a ir más allá de la propia estructura del partido.
Pero, "en teoría, eso no se puede hacer más que creando puestos nuevos", añade una de las fuentes que pasó por la fontanería socialista, refiriéndose al posible desembarco de Antonio Hernando, desde Moncloa, en Ferraz. "Y eso sería desautorizar a Lastra, a Cerdán o a los dos... tampoco funcionaría".
Según las fuentes, en el PSOE hay descontrol, por ejemplo, sobre quién ha dirigido las últimas campañas: si Ferraz o si Moncloa. "Y eso no es lo importante, sólo lo es cuando pierdes... pero hemos perdido. No sólo por eso, pero precisamente eso nos ha quitado todas las opciones".
Tampoco está claro de quién dependerá la confección de las listas y quién liderará la coordinación electoral. "El partido ve que todo pasa por Moncloa, y se desentiende. Pero Moncloa, evidentemente, no se hace responsable de los batacazos madrileño y andaluz... ni de la operación con Ciudadanos en Murcia".
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