Si hay que "cuidar la coalición" como dice Yolanda Díaz, pero ella misma, a la vez, le mete una andanada a Moncloa, la ministra portavoz responde con firmeza y un intento de elegancia. No hay "falta de alma", lo que pasa es que al "corazón", Pedro Sánchez le suma "la inteligencia".
Díaz soltaba esa crítica por "lo mucho" que le ha "costado aprobar medidas felices". Por ejemplo, "nueve meses negociando para 15 euros de Salario Mínimo"... y cuando la decisión se toma, ya está gastada.
El viernes, la vicepresidenta segunda lanzaba su nuevo proyecto político, Sumar. Y el domingo daba una entrevista en la que tenía que explicar por qué es distinto de lo que está haciendo de la mano del PSOE y qué necesidad había de superar a Podemos... así que acusó al Ejecutivo -ése del que ella misma forma parte- de "falta de alma y de políticas alegres".
De modo que Isabel Rodríguez prefirió irse por la tangente y colocar dos nuevos conceptos en el imaginario del votante: "Trabajamos con corazón y con inteligencia".
Recuperar iniciativa
El Consejo de Ministros previo al Debate sobre el estado de la Nación tuvo muy poco contenido político.
Se pasó al lunes para despejar la semana en la que Pedro Sánchez debe resurgir sobre las encuestas y la inflación desbocada, con planes para recuperar el apoyo de ERC y su proyecto de Mesa de diálogo, y presentando pruebas de su carácter "progresista" con decretos que convalidar, leyes de Memoria que aprobar... y una cachetada que dar al PP, la contrarreforma del Poder Judicial.
Así, el peso político estuvo, todo, en la rueda de prensa. Porque Moncloa necesita colocar muchos mensajes a la vez. El empeño es que el presidente Pedro Sánchez recupere la iniciativa política en todos los frentes... o, al menos, en alguno. Y el más importante es el interno de su Ejecutivo, donde tanto Díaz como Ione Belarra comienzan a jugar a diferenciarse con perspectivas electorales.
"Este Gobierno nunca ha dejado de estar pendiente de cada situación, y eso lo demostrará el presidente en el Debate", apuntó Rodríguez. La portavoz confirmó que Sánchez presentará un nuevo paquete de medidas económicas. Pero no dio detalles.
Entre otras cosas, sería adelantar lo que no deja de ser también un adelanto que se va a hacer a sí mismo Sánchez. Porque si anuncia más iniciativas para controlar precios o "proteger a los más vulnerables y a las clases medias y trabajadoras", lo estará haciendo antes incluso de que se convalide su último decreto en este sentido, que se vota el jueves. Es decir, ¿están vigentes esas medidas, diseñadas para seis meses de vida, o ya quedan superadas?
"Sánchez ya demostró el corazón y la cabeza con el que gestiona las crisis este Ejecutivo, por ejemplo, en el volcán de La Palma", apuntó la portavoz. "En la misma tarde del día en que había comenzado la erupción, ahí estuvo el presidente desde el minuto uno: porque actuamos con corazón y con inteligencia".
Y, de nuevo, como hay que cuidar la coalición -lo dice Díaz y lo corrobora Sánchez, que quiere acabar la legislatura luciendo su presidencia del Consejo Europeo-, la consigna de la portavoz evitaba la confrontación: "Ese corazón e inteligencia se da en cada departamento ministerial, independientemente de qué formación los lidera".
Es decir, ¿a Unidas Podemos, o a sus líderes, les conviene diferenciarse? Se ve que al PSOE, a Moncloa o a Pedro Sánchez, no.
Ribera, el gas y la "solidaridad"
Acompañaban a la portavoz, en la sala de prensa de Moncloa, dos de los ministros que más conocimiento tienen de los temas claves de la semana. Desde que Nadia Calviño habló de "inflación más alta y más persistente", han llegado mensajes como el de la entrevista en EL ESPAÑOL a Teresa Ribera, advirtiendo de "planes de contingencia", y del propio Sánchez, deslizando que "tendremos que ser solidarios" con nuestros vecinos europeos.
En poco más de 10 días estará esbozado ya el "plan de contingencia" para saber de dónde ahorrar energía, cómo hacerlo y qué recursos podremos compartir con la UE. "Tenemos una situación segura en el abastecimiento de España, pero habrá tensión de precios".
El presidente afronta su primer Debate sobre el estado de la Nación con la intención (evidente) de que no sea el último. No se celebra desde la última legislatura normal (en 2015, con Mariano Rajoy rindiendo cuentas) y el año que viene parece una quimera que lo haya, con autonómicas y municipales en mayo y generales (supuestamente) a finales de año.
Y afronta este debate de política general con muchos pelos en la gatera: la inflación, el tope al gas (que no termina de servir para controlarla), las advertencias de la Unión Europea sobre la "sostenibilidad" de sus cuentas, el Gobierno peleado, el PSOE revuelto y el asunto catalán aún supurando.
Por eso, Teresa Ribera, que tiene pendientes dos medidas de calado -el impuesto a las energéticas y el plan de contingencia para afrontar las previsibles restricciones de gas en otoño- tenía mucho que decir. Y lo hizo, anunciando subidas en el precio de la luz "por la ola de calor" y abundando en el otoño duro que se nos viene encima, con previsibles restricciones energéticas en el centro de Europa, en las que tendremos que "ser solidarios".
ERC, la Mesa y Aragonès
También el ministro de Cultura, Miquel Iceta. El exlíder del PSC es autor de varios libros en los que se basa la mirada de Sánchez al "reencuentro" con las autoridades independentistas catalanas. La misma denominación de la mesa de gobiernos ("diálogo, negociación y pacto") nace de su libro La Tercera Vía (Catarata, 2017).
El viernes se celebra, también en Moncloa, una reunión clave entre el presidente del Gobierno y el president de la Generalitat... aunque casi se podría decir más que se reúnen el jefe del PSOE, Pedro Sánchez, y el de ERC, Pere Aragonès. Dos líderes que gozan (además) de los resortes de sus respectivos Ejecutivos, para "poder intentar volver a intentarlo", según fuentes del Govern. Iceta señaló que dependerá del jefe del Gobierno catalán el éxito o no de la reunión del viernes.
De que Sánchez controle el IPC desbocado al 10,2% aprobando medidas que pueda vender como "progresistas" dependerá parte de su salida de la "tormenta perfecta" que afronta. Y, sobre todo, de que lo pueda hacer de la mano de Esquerra dependerá que, efectivamente, pueda salir de ésta.
"Me gusta presumir de solvencia en la gestión de crisis", dijo sonriente Isabel Rodríguez. "Y una de ellas es la del conflicto político con Cataluña, que ha acercado instituciones y, sobre todo, ha dado el intangible de la tranquilidad: hoy se vive mejor allí que en 2017".
Y es que la nueva línea de comunicación de Moncloa incide, esencialmente, en los continuos avatares que ha debido afrontar el Gobierno de Sánchez. "Protegimos a los ciudadanos en la pandemia, y lo mismo haremos ahora con la guerra, aprobando medidas de protección y de manera inmediata".
Según fuentes del entorno del presidente, ésa es "la continuidad de la política" de Sánchez y la "coalición progresista": dar una "respuesta adecuada a cada crisis y en cada momento", sin abandonar la "hoja de ruta de transformación", esencialmente en el "sector energético".
Alma, corazón o inteligencia, según la portavoz, "este Gobierno le sienta bien a España".