Serán dos proposiciones de ley distintas, "aunque los dos impuestos podrían ir en la misma", según fuentes de Hacienda. El Gobierno ultima en estos días los trabajos técnicos para terminar de diseñar las nuevas figuras impositivas anunciadas por Pedro Sánchez, el pasado martes, en su discurso de apertura del Debate sobre el estado de la Nación. "Queremos que estén antes de agosto y que se tramiten por la vía de urgencia".
La idea del equipo de Moncloa, en conjunto con el de María Jesús Montero, es que en Hacienda se redacten las dos normas, pero que sean los grupos parlamentarios de PSOE y Unidas Podemos los que, conjuntamente, las presenten como proposiciones de ley. Así "se ahorran trámites, y nos aseguramos que estén en vigor a tiempo".
¿A tiempo de qué? De que entren en vigor el mismo 1 de enero de 2023. Porque se trata de dos nuevos impuestos "sobre los beneficios excesivos" que supuestamente ya están ingresando la gran banca y las empresas energéticas a causa de la inflación descontrolada. Este mismo miércoles, el Instituto Nacional de Estadística (INE), confirmaba el dato del 10,2% interanual con el que cerró el mes de junio.
El objetivo del Gobierno es ingresar cuanto antes los 2.000 millones anuales que calcula que podrá sacar de las energéticas -petroleras, eléctricas y gasistas- y los 1.500 millones al año que prevé detraer del beneficio de la banca. Y para que estas empresas paguen en 2023, la base imponible debe ser el actual ejercicio 2022. Es decir, hay que aprobarlo rápido.
A pesar de que Pedro Sánchez, en su discurso, calificó estos cálculos como "previsiones", lo cierto es que, tal como confiesan fuentes del Ejecutivo, el diseño de los tributos se ha hecho a la inversa de lo normal. Es decir, primero se ha calculado la cifra que se quiere recaudar y ahora se están poniendo negro sobre blanco tanto las condiciones que habrá de cumplir las compañías afectadas, como el tipo impositivo que se les aplicará.
Inspiración morada
En un principio, inspirados por la eterna petición de Unidas Podemos, la idea inicial era operar este "mayor esfuerzo de los que más ganan" como un recargo en el Impuesto de Sociedades. El ala morada del Ejecutivo reclamaba un tipo mínimo efectivo del 15% para las grandes empresas, con un recargo de 10 puntos para energéticas y bancos.
Algo parecido, de hecho, incluyó el Grupo parlamentario de Unidas Podemos en las propuestas de resolución presentadas como colofón para el Debate.
Aunque, ya conseguida la conquista de que Sánchez haya comprado sus ideas de mayor fiscalidad a bancos y empresas del sector energético, en esta ocasión han dado un paso más señalando "a las grandes empresas de la distribución (grandes supermercados)".
Sin mayor estudio sobre la reducción de márgenes que está provocando la subida del IPC en sus gastos, para seguir compitiendo entre ellas, Unidas Podemos argumenta que "sus cuentas de resultados se están beneficiando del aumento de la inflación mientras a las familias les cuesta llegar a fin de mes".
Un argumento muy similar al de la ministra de Hacienda, este martes, al explicar el nuevo impuesto a la banca: "La inminente subida de tipos del BCE les hará ganar más dinero". Está por ver que esto sea así. Una cosa es que los bancos vendan el dinero más caro y otra es que a ellos también les costará más caro financiarse, precisamente, por esa subida de tipos.
En todo caso, el tipo al que se llegue será aplicado a "beneficios superiores a determinado umbral", explican las fuentes consultadas.
En el caso de los bancos, se prevé que sea a aquéllos con ganancias netas superiores a 1.500 millones de euros. En el caso de las energéticas, las fuentes no pudieron confirmar si ya estaba definida esa barrera que indicaría, según Sánchez, "que los beneficios son excesivos" y estarían provocando "que el sufrimiento de muchos sea el beneficio de unos pocos".
Prisas y excusas
De nuevo, el Gobierno quiere acelerar los plazos para conseguir la vigencia de un cambio legislativo lo antes posible. La justificación oficial, según las fuentes del Ejecutivo, es que "la incertidumbre es enorme, pero sobre todo porque la situación es muy cambiante, y hay que reaccionar a tiempo".
La razón última y profunda -que admiten algunos de los responsables gubernamentales en voz baja- es que hay que aprovechar el tirón del Debate del estado de la Nación para recuperar la iniciativa "y que se vea la ejecución de los anuncios".
Así, los dos impuestos "excepcionales y temporales" a la gran banca y a las empresas energéticas, se tramitarán por la vía de urgencia en cuanto comience el próximo periodo de sesiones. Es más, la intención de Moncloa es que la documentación esté registrada en el Congreso "antes de agosto", en las próximas semanas. Y que la propia ministra Montero pueda presentarlas públicamente.
Porque la rentabilidad política importa.
Tanto es así, que fuentes de Moncloa se apresuraron a negar que el presidente haya claudicado a las peticiones de Podemos, como los mismos morados alegaban, satisfechos del "giro a la izquierda" y porque Sánchez "por fin marque un rumbo a la recta final de la legislatura". Es decir, el de ellos. Desde el entorno de Presidencia se insistía en que Sánchez "ya habló de impuesto a la banca en su discurso de la moción de censura".
...pero no contestaban a la subsiguiente pregunta. ¿Y por qué no iba en el programa del PSOE de las dos elecciones de 2019, ni lo incluyó el PSOE dentro de las propuestas moradas aceptables para el pacto de la coalición?