Pere Aragonès ha celebrado en Madrid su acuerdo con Pedro Sánchez para resucitar la "Mesa de Diálogo", que estaba bloqueada desde que fue desvelado el caso Pegasus. El móvil del presidente de la Generalitat fue uno de los espiados por el CNI. La última semana de julio se producirá en la capital una nueva cumbre entre el Ejecutivo central y el Govern de Cataluña.
Así lo ha trasladado el propio Aragonès en una comparecencia ante los medios de comunicación a su salida de Moncloa. Lo ha hecho en Blanquerna, la sede de la delegación de la Generalitat en Madrid. Sin embargo, el líder de Esquerra Republicana ha advertido de que la "cuestión de fondo" sigue siendo la misma: la celebración de un referéndum pactado por la independencia.
Ésa es –ha reiterado Aragonès– una reivindicación a la que el independentismo no renunciará. El clima de su encuentro con Sánchez ha sido, a sus ojos, "correcto y respetuoso", aunque "marcado por las dificultades del momento", que son "muchas y de orígenes diversos".
[Pedro Sánchez y Pere Aragonès pactan convocar una Mesa de Diálogo la última semana de julio]
El presidente de Cataluña ha dicho que Sánchez y él afrontarán "de cara el conflicto político" y que trabajarán para "construir soluciones". Acto seguido, ha reafirmado que esas soluciones pasan por la "desjudicialización del conflicto" y el fin de la "represión".
En definitiva, Aragonès ha calificado la reunión como "importante" porque supone el restablecimiento de sus relaciones como Moncloa. Pero, más allá de la convocatoria de la "Mesa de diálogo", no parece haber habido ningún otro acuerdo. O por lo menos ninguna de las dos partes ha decidido que trascienda algo distinto.
El líder de ERC ha recordado que el caso Pegasus no está resuelto: "Es un hecho muy grave que no se resuelve con la dimisión de la directora del CNI". Aunque ha desvelado que sí ha hablado al respecto con Sánchez, no ha entrado en detalles. Lo ha resumido con su reivindicación de "acabar con la criminalización y la represión" y con una petición de "desclasificar documentos".
Para Aragonès, el camino hacia el referéndum puede estar en la "Mesa de diálogo". Asume que es un punto de llegada muy complicado, pero concibe que cualquier avance que suponga [como lo fueron los indultos] una "desjudicialización" le acerca a ese objetivo. "La ciudadanía quiere votar si Cataluña debe ser un Estado independiente", ha dicho.
"El espionaje que sufrimos supuso una quiebra de la confianza. Es imprescindible que se produzcan acuerdos. Y si se producen, iremos avanzando", ha explicado Aragonès. Paralelamente, el independentismo no relajará sus acciones judiciales referidas al caso Pegasus. "Hace unas semanas presentamos una querella para defender nuestros derechos", ha indicado.
En la cumbre del próximo julio, no estarán Pedro Sánchez ni Pere Aragonès: "Nosotros intervendremos en momentos de dificultad". Según ha detallado, ya existe una metodología para ese encuentro, que ha sido pactada por Félix Bolaños y Laura Vilagrà [su consejera de la Presidencia].
Aragonès no ha trasladado a Sánchez ninguna petición acerca de Carles Puigdemont. La relación entre Esquerra y Junts sigue atravesando momentos muy complicados. Los partidarios del expresident siguen negándose a sentarse en la "Mesa de diálogo".
"Yo siento un máximo respeto por los represaliados y por Puigdemont. Pero no es cuestión de que nadie vaya a negociar en su nombre. Él no lo quiere y yo respeto esa decisión. No hay nada más que decir", ha concluido.