Se dice que los líderes políticos no quieren testigos de sus inicios y se suele utilizar el tópico de que los que desembarcaron en Normandía no desfilaron nunca en París. En el caso de Pedro Sánchez, por causas diversas, cuatro años justos después de su llegada a la Moncloa no le queda cerca prácticamente ninguno de los "sherpas" que le ayudaron en la difícil travesía hasta la Presidencia del Gobierno.
Al menos en su núcleo duro que se reúne los lunes en los llamados "maitines", en la que se decide la estrategia del Gobierno, del PSOE y del Grupo Parlamentario. En ese grupo más cercano a Sánchez, por cierto, todos los movimientos de los últimos años han ido reduciendo el número de mujeres.
El proceso ha culminado este lunes al prescindir de Adriana Lastra como vicesecretaria general y número dos del PSOE. Ella anunció su dimisión por su embarazo de alto riesgo, pero desde hace semanas se venía publicando que habría cambios en la cúpula del partido y eran conocidas las graves "disfunciones" y enfrentamientos en la dirección socialista con Lastra como una de las principales protagonistas.
Este periódico informó reiteradamente de las dudas de Sánchez sobre los cambios en el PSOE y que no tienen nada que ver con motivos personales.
(Tensión en el PSOE ante la posibilidad de que Pedro Sánchez haga cambios en la cúpula del partido)
Desde hace semanas, en el PSOE y en la Moncloa se daba por hecho que habría cambios en Feraz, porque Sánchez no está satisfecho con su funcionamiento, en especial lo que se refiere a comunicación y movilización del partido. Sin embargo, la salida de Lastra ha sido presentada como una salida por decisión personal, concretamente, un embarazo de riesgo.
En las últimas semanas, Sánchez ha sondeado a todos los dirigentes regionales del partido para conocer su opinión sobre posibles cambios en Ferraz. Los barones, según fuentes socialistas, se quejaron del caos y los enfrentamientos en la dirección federal y el temor a que se mantuviera en las elecciones muncipales y autonómicas de 2023.
Desde hace meses eran conocidos los enfrentamientos de Lastra con Santos Cerdán, responsable de Organización. De hecho, en enero hubo una reestructuración de sus funciones, para intentar evitar los enfrentamientos.
Hay que sumar los pésimos resultados electorales en autonómicas, la necesidad de afrontar las regionales y municipales de 2023, la falta de portavoz eficaz en Ferraz y más recientemente se filtró la posibilidad de cambios en las portavocías del Congreso y el Senado, lo provocó un gran enfado del líder socialista. Tampoco gustó en el partido y en la Moncloa la intervención de Lastra la noche electoral.
Con la salida de Lastra de la cúpula del PSOE, se ha batido un récord: en un año han abandonado sus cargos el número tres (José Luis Ábalos) y la número tres (Lastra).
De todos los que le ayudaron a llegar a la Moncloa, algunos cayeron al inicio de su mandato y no llegaron siquiera a acompañarle en esa etapa; otros cayeron hace justo un año en el primer gran giro de Sánchez en esta legislatura y otros, como Lastra, caen ahora.
Camino de la Moncloa se quedó Juan Manuel Serrano, jefe de Gabinete de Sánchez en el PSOE en la oposición, que fue nombrado presidente de Correos en julio de 2018.
En el partido se quedó Maricha Ruiz Mateos, jefa de Comunicación de Sánchez en la oposición. Antes se había caído de ese cargo Verónica Fumanal con quien hizo la primer aparte del camino de las primarias.
A Sánchez le acompañó en la oposición Óscar Puente, compaginando su cargo de alcalde de Valladolid con el de portavoz de la Ejecutiva. Poco a poco fue dejando esa función sin destitución expresa.
En ese tránsito le acompañaron José Luis Ábalos y Carmen Calvo, como parte destacada de su núcleo duro. Uno fue nombrado ministro de Transportes y número tres del PSOE y Calvo fue vicepresidenta primera y miembro de la Ejecutiva. Hace un año los dos fueron destituidos sin apenas explicación.
En esa crisis cayó también Iván Redondo, que fue su mano derecha en la Moncloa como jefe de Gabinete y antes colaboró en la moción de censura. Tuvo un papel destacado en la negociación del acuerdo de coalición con Unidas Podemos en 2019. Su destitución nunca fue explicada.
Con él se fue Francisco Salazar, su más cercano colaborador en el Gabinete de Presidencia, ahora presidente del Hipódromo de la Zarzuela.
Un año después, en la Moncloa y en el PSOE se asegurar que esos cambios no funcionaron y ahora Sánchez prepara la salida de Lastra, sin que se sepa aún si la sustituirá o si eliminará el cargo de vicesecretaria que no siempre ha existido en el PSOE.
Entonces, Sánchez recurrió a excompañeros de partido como Óscar López y Antonio Hernando que, incluso, formaron parte de otras candidaturas en primarias. Ahora se barajan nombres como el propio Hernando o Patxi López para hacerse cargo del partido y darle el peso político que pide el líder socialista.
López, Hernando y Francesc Vallés, secretario de Estado de Comunicación, son ahora quienes "hablan al oído al presidente", en terminología de los "fontaneros" de Estados Unidos.
En aquel grupo que acompañó a Sánchez hacia la Secretaría General del PSOE y luego hacia la Moncloa estaba también el andaluz Alfonso Rodríguez de Celis, enfrentado entonces a Susana Díaz. Hoy es vicepresidente del Congreso, mantiene la consideración de Sánchez, pero ya no está en el núcleo duro.
De los que acompañaron antes a Sánchez en su camino al Gobierno, quedan Margarita Robles y Félix Bolaños, además del citado Santos Cerdán. Robles, que no es militante socialista, fue su portavoz parlamentaria e hizo mucho por su candidatura y ahora es ministra de Defensa y ya no está en el núcleo duro de Sánchez, que se ha desplazado hacia Bolaños y Óscar López, y, de hecho, no participa en la reunión de maitines.
Bolaños tenía en la oposición un papel más secundario y ahora es una de sus principales y más cercanos colaboradores. Es el ejecutor de las estrategias y las negociaciones.
Cerdán es el número tres del PSOE y, por el momento, ha ganado su pelea con Lastra, a la espera de la decisión de Sánchez. Cabe la opción de que el presidente del Gobierno nombre a alguien con peso por encima de él y diluya su poder o que lo mantenga si se suprime la Vicesecretaría.
No hay convocada ninguna Ejecutiva ni Comité Federal, por lo que es posible que los cambios se demoren a septiembre. Y, en todo caso, se mantiene la tensión en Ferraz a la espera de las decisiones del líder.
Hubo antes de 2018, otro grupo de diputadas que apoyaron a Sánchez en la oposición y luego no han tenido cargos ni en el partido, ni en el Gobierno. Por ejemplo, Susana Sumelzo y Zaida Cantera, que siguen en sus escaños. En la última etapa, el presidente del Gobierno ha preferido apoyarse en socialistas que estuvieron en candidaturas contrarias en las sucesivas primarias, por ejemplo, Isabel Rodríguez y Pilar Alegría.
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