Alberto Núñez Feijóo ha hecho balance del curso político que se cierra en una inusual comparecencia a las puertas del Senado y sin opción de preguntas de los periodistas, pero con aplausos de dirigentes y parlamentarios del PP presentes.
En su intervención, ha hecho un repaso de la gestión del Gobierno centrada en dos asuntos: las malas perspectivas económicas y las disputas internas en el Ejecutivo.
Esta vez no ha habido mención a ETA y sólo de pasada ha hablado en sentido crítico de la Mesa de diálogo con Cataluña y sus conclusiones.
Las dos ideas fuerza de Feijóo sirven para entender su estrategia de los últimos tres meses y para el futuro. El líder del PP pretende presentarse como el político fiable y serio, capaz de sacar a España de la mala situación económica y el pésimo contexto internacional.
Por eso, carga su discurso de referencias a las disputas en el Gobierno, los continuos cambios en el PSOE y en el equipo de la Moncloa y los titubeos en las medidas que adopta Sánchez.
"¿Tiene España el Gobierno que se merece?". Esa es la pregunta retórica que ha repetido en varias ocasiones, para presentar insistentemente al PP como la alternativa a lo que él describe como el lío permanente en el Ejecutivo.
Y de paso, presenta al PP como única alternativa posible al bloque de la izquierda, lo que supone orillar a Vox e intentar atraer todo el voto útil. Es decir, lo mismo que hizo Juan Manuel Moreno en Andalucía y gracias a lo cual logró mayoría absoluta.
De hecho, al partido de la extrema derecha ni lo mira siquiera, nunca lo menciona, como ya hizo también con éxito en Galicia.
[Feijóo insta a Sánchez a "censurarse a sí mismo" porque "España no tiene el Gobierno que merece"]
A diferencia de lo que hizo la portavoz del PP, Cuca Gamarra, en el Debate sobre el estado de la Nación, Feijóo quiere centrarse en la economía por entender que la inflación no mejora, que las perspectivas son muy malas y que los ciudadanos buscarán una alternativa al Gobierno actual.
El presidente del PP ha pasado por encima de la sentencia de los ERE de Andalucía y de la respuesta del Gobierno, pero está molesto porque hace dos días aseguró que "el PSOE no es un partido corrupto" y, a pesar de eso, le cayó el duro reproche de la portavoz socialista, Pilar Alegría.
Relevo en el PP
El curso empezó con Pablo Casado al frente del PP, con las encuestas indicando un posible vuelco electoral y termina con Feijóo al frente, tras un rápido proceso de destitución y toma del poder de Génova por parte de los barones regionales encabezados por el expresidente de la Xunta de Galicia y el de la Junta de Andalucía.
Durante el ejercicio, el PP ha cambiado en Castilla y León a Ciudadanos por Vox como socio de coalición y, ya con Feijóo al frente, ha logrado una histórica mayoría absoluta en Andalucía.
Feijóo empezó el curso con la comodidad de una hegemónica mayoría absoluta en Galicia y lo termina con la obligación de pelear cada día un espacio en la agenda que marca el presidente del Gobierno. Sube en las encuestas y apunta a una posible victoria electoral en las generales, pero tiene por delante año y medio de dura oposición.
Este jueves, se ha adelantado al balance de curso que hará el presidente del Gobierno el viernes, pero ha sustituido la habitual rueda de prensa por una especie de mitin ante dirigentes y parlamentarios del PP.
Lo más parecido a una rueda de prensa de balance ha sido un corrillo con periodistas al terminar, con ruego expreso de no publicación por ser off the récord, es decir, no puede contarse.
Luego, Pilar Alegría ha salido en Ferraz a darle réplica y cumplir su nueva función de contraprogramar a Feijóo. Así termina el curso, con la también ministra de Educación convertida en réplica del líder del PP, con el objetivo de someter a marcaje permanente al líder de la oposición.