El modelo de financiación autonómica parece haber entrado en bucle. Es una cuestión omnipresente en la agenda política, especialmente de las Comunidades Autónomas que reclaman cambios porque se sienten maltratadas.
Pero parece imposible dar carpetazo a un capítulo que genera indignación entre la mayoría de presidentes regionales y con el que tendrá que lidiar el Gobierno que elijan los españoles tras las generales de 2023.
Pese a la unanimidad entre territorios de que es necesario acometer una reforma para corregir los errores del actual sistema, lo cierto es que la negociación nunca llega a iniciarse. Y en Moncloa ya se descarta que se vaya a emprender en el año y medio que resta de legislatura. Así lo trasladan a EL ESPAÑOL fuentes gubernamentales.
El Ejecutivo asume que con el marcador para las próximas elecciones en el tiempo de descuento, el tiempo apremia y la complejidad del asunto dificulta mucho la aprobación de una nueva norma que corrija los desequilibrios económicos que aquejan especialmente a la Comunidad Valenciana, a la Región de Murcia, a Castilla-La Mancha y a Andalucía (las que menos recursos reciben).
Cabe destacar que la Ley que actualmente rige el modelo de financiación autonómica data del año 2009. El entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero -que fue quien la sacó adelante- calificó de "hecho histórico" un hito que, a su juicio, consolidaba el Estado del bienestar.
Críticas al modelo
Sin embargo, las críticas al modelo, que contó con el beneplácito de ERC tras amarrar 371 millones más para las arcas de Cataluña, no se hicieron esperar. Concretamente, la Junta de Andalucía, cuando estaba gobernada por Susana Díaz, denunció una pérdida de 2.800 millones de euros entre los ejercicios 2009-2011... con un Ejecutivo en Moncloa tan del PSOE como ella.
La entonces administración socialista argumentaba que la financiación por habitante había estado por debajo de la media. Es más, la actual titular de Hacienda del Gobierno, María Jesús Montero, en su calidad de consejera del ramo, llegó a enviar una carta a Madrid al departamento que ahora dirige para expresar su disconformidad.
Andalucía, gobernada ahora con una mayoría absoluta del PP, conserva íntegra esta postura. Su actual presidente, Juanma Moreno, se presenta como uno de los más vehementes en esta batalla, denunciando con resignación inmovilismo en la Moncloa.
"Hay falta de interés e iniciativa por parte del Gobierno de España. Al gato hay que ponerle cascabel. Si yo me quedo sentado en un despacho sin ponerle el cascabel al gato, el gato no va a llevar el cascabel nunca", reprochaba este jueves el barón popular, tras su primer encuentro con Pedro Sánchez desde su reciente investidura.
Poco antes de que Moreno pronunciara estas palabras desde la sala de prensa de Moncloa, en el entorno del presidente del Gobierno denunciaban la "falta de soluciones" que plantean las regiones que gobierna el PP.
Incluso desde el Ejecutivo llegan a señalar que el principal partido de la oposición es el culpable de que no se abra la negociación. Fuentes gubernamentales trasladan a este periódico que para iniciar el debate sería conveniente que hubiera "menos ruido, más tranquilidad y que el PP se comporte de otra manera".
Solución temporal
Sin embargo, el presidente andaluz llegaba este jueves a la Moncloa con una propuesta bajo el brazo que -defienden en su entorno- supondría un éxito, sobre todo, para el Gobierno central.
Algo que el mismo Moreno le habría trasladado a Sánchez durante su conversación. "Imagínate la foto tuya liderando una solución con cuatro presidentes", han sido las palabras que, según la Junta, le ha llegado a decir el presidente de la Junta al del Gobierno para tentarle con la idea.
Se trata de una suerte de fondo de compensación transitorio de unos 1.700 millones de euros para supurar heridas con las regiones peor financiadas, Andalucía, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y, en menor medida, Castilla-La Mancha; y dar un primer paso que comprometa la búsqueda de soluciones.
Moreno cree que Sánchez se colgaría una medalla acordando con presidentes de distinto signo político una alternativa que colme sus satisfacciones de manera temporal. Además, desde la Junta advierten que, mientras no se resuelva el entuerto, seguirán dando "la matraca todos los días".
Parches
Desde Moncloa, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, valoraba la iniciativa del dirigente andaluz, al tiempo que la apartaba a un lado. A su juicio, un asunto de tal calado "no puede parchearse".
Así las cosas, el Gobierno no niega que exista un problema. Al revés. Reconoce que la nueva realidad de España ha dejado obsoleto el sistema de financiación autonómica. Pero, insisten en la sede de la Presidencia, "es necesario un acuerdo de todos".
En ese aspecto, emplazan al propio Partido Popular a unificar posturas dentro de sus filas. Ya que, sin ir más lejos, el criterio que defiende Galicia no es el mismo que el de la región andaluza. Tampoco niegan que eso mismo también ocurre en Comunidades gobernadas por el PSOE.
Neutralizar los ataques
Mientras tanto, y para neutralizar los ataques que puedan verter las regiones populares contra el Gobierno, la Moncloa va a poner el foco en el incremento de las entregas a cuenta comunicadas por la ministra Montero en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
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Según Rodríguez, también titular de Política Territorial, "las Comunidades cuentan con más recursos que nunca. De sobra para atender a sus necesidades y atender a lo que es más importante".
Con ese argumento defienden la acción del Ejecutivo ante una cuestión que, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, no se va a tratar ni en el corto, ni en el medio, ni en el largo plazo de la legislatura.
De tal manera, todo apunta a que será el presidente resultante del próximo proceso electoral quien recoja el testigo de unas reivindicaciones de las Comunidades Autónomas que, eso sí, no cesarán hasta que se establezca un nuevo modelo de financiación autonómica.