La ministra de Defensa, Margarita Robles, es partidaria de que los ciudadanos puedan acceder a documentos hasta la fecha confidenciales como los relativos a los GAL o al intento del golpe de Estado del 23-F, en la nueva Ley de Secretos.
Lo ha afirmado en una visita a la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER), en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde ha defendido la revisión de la norma como "absolutamente necesaria" ya que la vigente data de 1968 y porque lo reclaman la OTAN y la Unión Europea.
Para Robles, "ayuda al conocimiento y a la transparencia" que los españoles tengan la oportunidad de conocer hechos tan relevantes de su pasado reciente como los hasta ahora ocultos sobre los GAL, asunto en el que ella trabajó, ha recordado, siendo secretaria de Estado del Ministerio de Interior en los años 90.
La ministra aboga por el máximo consenso posible para actualizar la ley porque "responde a los principios esenciales de cualquier democracia" y por aceptar "todas las enmiendas que sean razonables", en referencia a las aportaciones que en las últimas horas lanzan otros grupos políticos.
Entiende Robles que una nueva Ley de Secretos situará al fin a España "en los parámetros de otros países europeos".
Exigencia de EH Bildu
EH Bildu, uno de los socios más estables del Gobierno de coalición en el Congreso de los Diputados, es la fuerza más interesada y que con más vehemencia exige la luz y taquígrafos sobre los Grupos Antiterroristas de Liberación, que combatieron el terrorismo de ETA al margen de la legalidad.
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Los abertzales lo conciben como un primer paso. Tras la desclasificación quieren "justicia" para reparar "múltiples episodios" sobre los que -aseguran- "perdura un manto de impunidad".
Pero la presión late en el propio seno del Gobierno. Unidas Podemos se muestra pese a todo convendida en las últimas horas de una Ley de Secretos "de consenso". El presidente de su grupo en el Congreso, Jaume Asens, rechaza una que pueda parecer "más pensada por Felipe González que por Pedro Sánchez".
Gobierno y PP comparten que leyes como la de Secretos requieren de un acuerdo entre los dos grandes partidos. El presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, tiende la mano para un entendimiento con el Ejecutivo que le evite depender de sus socios.