La cacereña María Guardiola amenaza con robarle protagonismo en Google a la hija del entrenador de fútbol catalán. A día de hoy, sigue por debajo en internet.
Esta situación puede cambiar en poco tiempo. "Lo tengo claro, seré la próxima presidenta de la Junta", asegura a EL ESPAÑOL en una de las primeras entrevistas que concede tras la celebración del Congreso regional que la proclamó líder autonómica.
Su perfil encarna la primera apuesta territorial de la nueva era del Partido Popular de Alberto Núñez-Feijóo en Génova 13. Guardiola toma el testigo de un histórico, José Antonio Monago, que ha estado catorce años al frente de la formación y que en su historial cuenta con haber gobernado la región una legislatura.
La presidenta del PP extremeño tiene 44 años, es funcionaria de profesión, ha sido secretaria general de Economía y Hacienda de Extremadura y también concejal en Cáceres.
Asegura no tener "tutelas" ni "mochila" política. Su ausencia en el Parlamento autonómico, escaparate donde puede confrontar con el presidente Guillermo Fernández-Vara, no le supone un hándicap. Al revés, dice que le permitirá estar donde realmente toca: "Con la gente, con los vecinos".
La manida promesa de "luchar por un futuro mejor" para sus hijos, adquiere cierto realismo cuando se ahonda en su historia familiar, marcada por el divorcio de sus padres, un piso de ochenta metros cuadrados habitado por nueve familiares y una vivienda de protección oficial. Por eso presume de haber conseguido a base de "lucha y esfuerzo" todo lo que tiene.
De su contrincante socialista, la dirigente popular no podría quedarse con una sola enmienda, pero sí tiene clara la primera medida que quiere aplicar si llega al poder: "Una reforma fiscal integral". Y es que, critica, Extremadura es la comunidad con menor renta en España y la que más impuestos paga.
Todavía no lleva ni un mes en el cargo.
Y a mí me parece un mundo. Pero lo llevo bien. Con muchísimo trabajo, ilusión, ganas de hacer cosas, de cambiar la deriva que lleva mi tierra. Ganas también de escuchar a la gente. Hace falta mucho diálogo.
¿Qué la llevó a dar un paso al frente?
Es una cuestión que me planteo hace aproximadamente un año. Empiezo a comentarlo con algunos compañeros de partido que me animan y me apoyan. He querido ser respetuosa con los procesos y los tiempos. Cuando se abrió la posibilidad de presentar candidatura, como una militante más decidí salir de la comodidad. Porque lo que toca es la tierra que yo amo.
La dirección del PP apuesta por una persona que no es profesional de la política.
Ha sido uno de mis fuertes. No tengo hipoteca política, ni ningún tipo de tutela. No la admitiría jamás. Me siento una mujer libre, lo que tengo en la vida lo he conseguido a base de esfuerzo y de lucha, como la mayoría de españoles.
Soy funcionaria de carrera -titulado superior economista- desde hace veinte años. Desde joven se me han dado oportunidades profesionales para dirigir servicios. Por ejemplo, fui responsable de servicios sociales en atención de mayores. Luego, cuando entró Monago en el Gobierno, fui secretaria general de Economía y Hacienda. Entonces es cuando se despierta mi vocación política.
¿Pero era militante del PP?
No, no. Era simpatizante. Me afilié para poder ejercer la política municipal, porque la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, me propuso ir en la lista acompañándola.
En Génova hay quien ve clarísimo que será la próxima presidenta de Extremadura.
Sí, es que yo también lo tengo muy claro. Voy a ser la próxima presidenta. Tengo el objetivo muy claramente marcado. Creo que tengo un proyecto ganador, un equipo muy preparado y con la misma ganas que yo. Además, lo percibo en la calle, la gente está bastante cansada de llevar estancados en el mismo sitio y de que no haya una persona que alce la voz para defender nuestros intereses. Necesitan una alternativa clara a lo que ahora mismo tenemos.
Pero su partido ya estuvo en el Gobierno. ¿Qué hicieron mal para que no se consolidara el cambio? Ahora que cuesta tanto hacer autocrítica.
Yo hago autocrítica, además de manera muy natural, relajada, porque lo hago en mi vida cotidiana. El análisis que hago como parte de ese gobierno también, y asumiendo errores que podemos cometer todos, es que nos alejamos de la gente y nos encerramos en los despachos a gestionar.
Al final acabamos perdiendo el pulso de la calle. Creo que dejamos de escuchar, de tener claro qué es lo que pedían los extremeños en ese momento. Puede que fuera nuestro mayor error, desconectarnos de la sociedad extremeña.
¿Y cuál es la situación de la región ahora?
Que vienen mal dadas. No es un secreto. Lo estamos padeciendo de una manera más especial los extremeños, somos los que tenemos la renta más baja. Notamos la inflación en primera persona cada vez que llenamos el depósito, pagamos el recibo de la luz o tratamos de llenar el carro de la compra.
La tasa de paro es elevadísima, la más alta de España; la segunda en paro femenino, ocho puntos por encima de la media nacional. También la tasa de paro juvenil. Por otro lado, la mayor tasa de pobreza. Y luego, la mayor presión fiscal. Tenemos todos los ingredientes para estar absolutamente estancados.
Perdemos talento y capacidad porque nuestros jóvenes se marchan. Entonces, ante esa situación, lo que hay es que reaccionar, querer alzar la voz y trabajar para solucionar estos problemas.
"No puede ser que seamos la comunidad más pobre y tengamos la mayor carga fiscal dentro del país"
¿Cómo ve al señor Vara?
Me encuentro a un presidente que está absolutamente sometido a Pedro Sánchez, un presidente nacional que ningunea a las comunidades autónomas y aquí lo que tenemos es un presidente que calla y que es servil. Eso lo tenemos que cambiar.
Pero el barón extremeño parece ser uno de los pocos reivindicativos ante Moncloa y Ferraz.
Es postureo y puro postureo. Parece un alumno aventajado del señor Sánchez. No escucha y yo creo que gobierna a base de ocurrencias. La Ley de Protección Animal que quieren aprobar en el Congreso afecta especialmente a Extremadura, porque el sector de la caza es muy importante en nuestra región. Tenemos a un presidente que está absolutamente callado. Y como en eso, con todo: las infraestructuras son de vergüenza, el tren ha sido el hazmerreír del resto de España.
¿Y qué cree que ha llevado a Extremadura a esta situación?
Que se llevan aplicando cuarenta años las mismas recetas. Y los resultados que se obtienen son absolutamente los mismos. La vía es trabajo y más trabajo. Yo quiero poner a Extremadura en el punto de mira, para todos los que quieran desarrollar en libertad su proyecto de vida.
¿Cómo?
Aprovechando la oportunidad de la digitalización, ejecutando políticas sensatas de vivienda, invirtiendo en infraestructuras, incentivando el talento, dando seguridad a la inversión. Mi primera medida si llego a ser presidenta de la comunidad sería una reforma fiscal integral.
No puede ser que seamos la comunidad más pobre y tengamos la mayor carga fiscal dentro del país. También quiero poner los productos extremeños, que son fruto del trabajo de nuestros agricultores y ganaderos, en el lugar que se merecen. Los tractores llevan toda la legislatura en el asfalto. Están produciendo a pérdidas y no se les hace ni caso.
¿El Gobierno de España debería ser más reivindicativo con Bruselas en la Política Agraria Común?
Por supuesto. Cerca del 68% de la población extremeña vive en territorio rural. Estamos perdiendo población y Extremadura tiene que crecer de forma conjunta. Considero que el PP no es un partido de élite urbana, sino que está anclado a la tierra y a su futuro. Y reivindicamos, por supuesto, que se trabaje por la PAC que corresponde.
Ahora mismo no se asegura la renta agraria al agricultor. Si a eso sumamos problemas de sequía o altos costes, se hace inviable la actividad de los agricultores y ganaderos. Luego, otra cuestión que creo que el señor Guillermo Fernández Vara anunciaba y lleva intentando pelear, pero de boquilla nada más, es la financiación autonómica. Extremadura tiene que pelear por que se abra ese melón.
Si usted y Feijóo llegan a gobernar, ¿actuaría como pide al señor Vara? ¿Sería reivindicativa ante el Gobierno?
No me va a temblar el pulso jamás. Estoy aquí con un objetivo claro, un objetivo que he compartido con el presidente de mi partido y que él acepta. Mi principal ideología es Extremadura y yo voy a pelear por lo que sea bueno para mi tierra, independientemente de quién esté en el poder a nivel nacional.
Tras las elecciones en Andalucía las encuestas dibujan un cambio de ciclo en España. Pero Extremadura es ahora fortín del PSOE. ¿Feijóo puede ser una baza para que usted gane?
Por supuesto que lo es. Los andaluces han hablado primero. Los extremeños, cuando tengan la posibilidad, van a decir lo mismo, porque no somos extraterrestres ni somos raros, somos españoles como el resto. Y es verdad que muy parecidos a nuestros vecinos andaluces, que también estaban hastiados de las políticas socialistas que llevaban años viviendo.
Feijóo ha traído a la política sensatez, moderación. La gente está cansada de crispación. La política es responsabilidad y yo creo que eso lo representa el presidente Feijóo. Y desde luego quiero representar eso mismo en Extremadura.
¿Juanma Moreno es una inspiración para usted?
Su victoria me resulta inspiradora. Yo llego aquí con mucha ilusión y humildad, pero también con decisión para cambiar el futuro de mi tierra. Viendo lo que ha conseguido en Andalucía, pues no solo yo, creo que los ciudadanos extremeños ven ya que ese cambio es posible.
Admiro mucho a Juanma Moreno y me identifico con esa forma de hacer política. Su éxito ha estado en la cercanía, la humildad, la sencillez, la escucha. De eso se trata. Además de aplicar las políticas que llevamos a cabo en el PP en todos los territorios. En nuestro ADN está bajar impuestos, para que el dinero esté en el bolsillo de los ciudadanos; que haya menos burocracia, para que las empresas no se asfixien a papeles.
Pero en Extremadura los ciudadanos se siguen identificando con el PSOE, como pasaba en Andalucía.
Bueno, pero voy a estar en la calle. No estoy en el Parlamento y no me parece un hándicap, todo lo contrario. Eso me va a permitir estar más tiempo con la gente, con mis vecinos.
Extremadura es muy grande, pero somos poco más de un millón de habitantes. O sea, que casi me da tiempo a escuchar a la mayoría de ellos, mirarles a los ojos y que vean en mí a una aliada. Que me quieran y confíen en mí. Voy a pedir una oportunidad para transformar mi tierra. Lo vamos a conseguir.
Antes hablaba de que su ideología era Extremadura, como Juanma Moreno.
Es de sentido común para mí. La llave de Extremadura no la tiene nadie. Esas escrituras de propiedad no existen por mucho que algunos se las quieran apropiar. He nacido en Extremadura, me he criado en Extremadura, me he formado en Extremadura, aquí me he casado, tengo a mis hijos y quiero darles la oportunidad de quedarse. Ahora mismo, desgraciadamente, pocos pueden hacerlo.
Por todo eso, parece de sentido común que una persona que quiera liderar un proyecto de cambio, de mejorar a su región, priorice la región y a los ciudadanos de su región por encima del resto de cosas.
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