Pedro Sánchez no ha podido tener mejor inicio de curso parlamentario, el último completo de la legislatura que terminará en diciembre de 2023. El presidente del Gobierno tiene la enorme presión de unas perspectivas económicas malas y unas encuestas muy adversas para las próximas elecciones, pero, al menos, saca adelante con cierta facilidad todas sus iniciativas en el Congreso de los Diputados.
Lo consigue gracias a que mantiene casi inalterado el bloque de la investidura y, pese a algunas incertidumbres y sobresaltos, se encamina hacia el fin de la legislatura con una sólida mayoría parlamentaria.
Por eso, es evidente la satisfacción del Gobierno, porque no ha perdido ni una sola votación de inicio de curso.
[El Gobierno salva el decreto energético y logra su primera victoria del curso: 187 síes y 161 noes]
El largo pleno de este jueves le ha permitido aprobar definitivamente seis normas: los decretos sobre el régimen de autónomos, el de ahorro energético y el de lucha contra incendios forestales, y las leyes del “sólo sí es sí”, la de ciencia y la concursal.
Con esas votaciones, el Gobierno logra descargar su agenda legislativa, aprobando definitivamente normas icónicas y puede abordar en los próximos meses la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2023, los últimos de la legislatura.
De hecho, según fuentes del Gobierno, ya se ha iniciado la negociación reservada entre la parte socialista del Gobierno, encabezada por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con la parte de Unidas Podemos, representada por los secretarios de Estado, Nacho Álvarez y Joaquín Pérez Rey.
Aún no han entrado en el espinoso asunto del aumento del Presupuesto de Defensa, pero el Gobierno espera poder enviar a las Cortes el proyecto de Presupuestos a finales de septiembre.
Tiene también atascados proyectos controvertidos dentro del propio Gobierno de coalición como la Ley de vivienda y la llamada Ley mordaza. Su propósito es aprobarlos antes de final de año.
Dos bloques, con excepciones
El elemento común de las votaciones de este jueves en el Congreso es que se han mantenido los dos bloques de la Cámara: el de la investidura que apoya al Gobierno y el de la oposición con PP, Vox y Ciudadanos.
El punto más polémico fuera de la Cámara era la convalidación del decreto que desde el 1 de agosto favorece el ahorro energético pero, pese a la aparente incertidumbre de los días previos, la norma fue convalidada con el apoyo previsto de los socios parlamentarios del Gobierno.
El Gobierno, el PSOE y los partidos que han respaldado este decreto explican que ni siquiera ha habido una intensa negociación. De hecho, hasta el miércoles no recibieron un mensaje del Ejecutivo para iniciar unas sencillas conversaciones que culminaron con una holgada mayoría: 187 a 161.
El PNV explica que no se plantearon nunca no apoyar la norma y simplemente pretenden que en el futuro plan de contingencia de ahorro de energía que se aprobará en septiembre se incluyan algunas reivindicaciones sobre la industria.
ERC y PdCat se han conformado con la tramitación del decreto como proyecto de ley en un mes para incluir algunas correcciones técnicas que no afectan a las principales medidas de ahorro que contiene.
ERC anuncia que presentarán enmiendas para una moratoria en la aplicación de las medidas para trabajadores autónomos y pymes hasta el 30 de noviembre; un fondo estatal de apoyo gestionado por las comunidades autónomas para financiar los costes de aplicación de estas medidas –sobre todo para pymes; un mecanismo de financiación adicional para garantizar las inspecciones fruto de estas medidas; posibilidad de extender las redes para autoconsumo hasta 5 km y no los actuales 500 metros, como el Gobierno ya se ha comprometido a modificar; acelerar el reglamento de las redes cerradas que optimizaría el flujo de complejos industriales como la petroquímica de Tarragona e impulsar la cogeneración industrial para reducir la demanda de energía primaria y facilitar la entrada del biogás.
Bildu explica que ha votado a favor porque el Gobierno se ha comprometido a una “revisión al alza” de los objetivos de la ley de Cambio Climático en 2023, sin mayor precisión.
Todos esos partidos, no obstante, han vuelto a reprochar al Gobierno el uso de “decretos ómnibus” que incluyen temas sin relación entre ellos, lo que hace difícil votar en contra y, además, favorece un relato crítico con quien se opone a la convalidación. Por ejemplo, el de energía incluye aumentos de becas y gratuidad de trasporte ferroviario, entre otras medidas.
Pese a la evidente y persistente división del Congreso en dos bloques claros, sí hay algunos puntos de coincidencia o, al menos, de votaciones en las que el PP apoya iniciativas del Gobierno. En concreto, el partido de Alberto Núñez Feijóo votó a favor de decreto que modifica el régimen de los trabajadores autónomos, que llega tras un pacto con sindicatos y empresarios.
También el referido a incendios llegó a 265 votos a favor, incluyendo los del PP y la ley del “sólo sí es sí” tuvo el apoyo de 205 diputados, incluyendo a los de Ciudadanos.
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