El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sustituyó este martes el debate energético y económico que afecta directamente a los españoles por un debate sobre la historia del PP y la falta de competencia e integridad de Alberto Núñez Feijóo.
Sánchez aprovechó en el Senado la potestad de disponer de tiempo ilimitado para hacer una réplica a Feijóo muy dura, descalificándole como político, como gestor y como aspirante a la Presidencia del Gobierno. "Insolvencia y mala fe" fueron las expresiones utilizadas reiteradamente en su segunda intervención para descalificar a Feijóo y hacer oposición de la oposición.
El presidente del Gobierno ha acusado los efectos de los pésimos resultados electorales en Madrid, Castilla y León y, sobre todo, Andalucía y las perspectivas de todas las encuestas, incluidas las que maneja la Moncloa. Y, por eso, planteó el debate como una ocasión única de hacer frente a su oponente.
Sánchez acudió al Senado, aceptando la propuesta de Feijóo, con el traje de candidato del PSOE espoleado por la adversidad en la larga campaña hasta las municipales y autonómicas y luego las generales. Por eso, hizo primero un discurso dirigido a los ciudadanos sobre la crisis energética, en el que habló de "nueva etapa sin derroches" y de "incertidumbre" y negó que vaya a haber racionamiento de energía, aunque sí necesidad de moderar el consumo.
También hizo en esa larguísima intervención un repaso autocomplaciente a su gestión. "Hemos hecho cosas que nos decían imposibles", concluyó, tras felicitarse de medidas como el Ingreso Mínimo Vital, los ERTE o la "excepción ibérica" y comprometerse a seguir ayudando a los que lo necesitan.
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Sánchez repasó sus gestiones en Europa para dar por respaldado su manejo de la pandemia con los fondos europeos y con apoyo a sus propuestas como la de revisión del mercado eléctrico frente a la crisis .
En ese discurso inicial hubo referencias a las grandes corporaciones que se oponen al Gobierno y criticó repetidas veces a los medios de comunicación como "terminales mediáticas" de esos intereses empresariales. Era Sánchez recreándose en su estrategia.
Pero en la réplica a Feijóo todo cambió con una intervención, esta vez dirigida a los votantes del PSOE, a los que necesita movilizar para dar vuelta a las malas perspectivas. Se acabó el discurso del miedo a la ultraderecha y ahora el mantra desde la Moncloa es que Feijóo es insolvente.
"Insolvencia y mala fe"
Por eso, salió a la tribuna para responder en más de 45 minutos a los 20 de Feijóo y leer la réplica escrita y calculada para despedazar al líder de la oposición. "Insolvencia y mala fe" referidas a todas las actuaciones de Feijóo. Analizó con detalle una por una multitud de declaraciones del líder del PP desde marzo para descalificarle como líder político y hasta hizo oposición a la etapa de Feijóo como presidente de la Xunta de Galicia, a pesar de que logró cuatro mayorías absolutas y redujo a los socialistas a cuarta fuerza política de la comunidad.
"Estudie un poco más", "usted es defensor de las grandes corporaciones" y sus "terminales mediáticas" fueron algunas de sus frases, junto a insinuaciones sobre los intereses ocultos que supuestamente defiende Feijóo.
A las propuestas de pactos del líder del PP, Sánchez respondió con desdén: "Sus propuestas carecen de rigor técnico". Y sólo aceptó expresamente pactar para la renovación del Consejo General del Poder Judicial que el PP bloquea desde hace cuatro años.
Curiosamente, en esa larga réplica que llevaba preparada había una referencia crítica al uso por parte de Feijóo de ETA y el terrorismo y, pese a que el líder del PP ni lo ha mencionado, el presidente lo ha leído tal cual, casi molesto porque se le caía el argumento.
Debate bipartidista
"Hemos sacado a Feijóo de su zona de confort", explica un miembro destacado del equipo del presidente del Gobierno, satisfecho de la ejecución de la estrategia resumida como "desmontar" al líder del PP.
El formato fue el de siempre en las dos Cámaras. Es decir, tiempo ilimitado para el presidente y limitado para los grupos parlamentarios. En este caso, era más evidente esa situación, porque el debate de este martes en el Senado ha sido el más bipartidista que se ha celebrado desde hace años. Tanto como que no intervenía obviamente ningún otro líder de los demás partidos y como que al terminar el cara a cara entre presidente y líder de la oposición prácticamente se cayó el Pleno aunque languideció hasta la noche.
Feijóo, obviamente, criticó la gestión del Gobierno e intentó hablar de asuntos más concretos, como la situación de los ciudadanos que no llegan a final de mes o las empresas que no pueden pagar los recibos de la luz.
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El líder del PP comenzó con su tesis victimista de que el Gobierno le insulta permanentemente, aunque fue respondido por el presidente con el paralelismo que hizo Feijóo en la víspera, cuando mencionó la novela de García Márquez 'El otoño del patriarca', que habla de un dictador sanguinario y relacionarlo con Sánchez.
Feijóo intentó exprimir el perfil de gestor dispuesto a pactos de Estado y emplazó al presidente a acuerdos puntuales si rompe con sus socios, es decir, con Unidas Podemos, Bildu o ERC. En realidad, Feijóo sabe que pide un imposible porque sin estos pactos Sánchez no podría gobernar y, por eso, su oferta no pasa de la retórica.
Habló de algunas de sus propuestas económicas, como las bajadas de impuestos, la prolongación de la vida útil de las nucleares o la extensión en el tiempo de ayudas a sectores concretos.
Fuentes de su equipo aseguran que el hecho de que Sánchez dedique una larga réplica a descalificar a Feijóo es una muestra evidente de debilidad y nerviosismo por las encuestas y las pésimas perspectivas del Gobierno.
El líder del PP se felicitó de que Sánchez, tras rechazarlo reiteradamente, anunciara la bajada del IVA de la luz y el gas como le había propuesto reiteradamente el PP. Incluso, el PP asegura que la medida de ayuda a la industria que anunció ayer Sánchez fue solicitada días antes por ellos. Y el Gobierno explica que se trata de una petición de las industrias, a la que el Ejecutivo se comprometió hace unos días, antes de que lo pidiera el PP.
"Hasta los relojes parados aciertan dos veces la hora cada día", le respondió Sánchez, remarcando la imposibilidad de acuerdo alguno entre dos políticos en campaña cruenta hasta diciembre de 2023.
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