Tanto le pitaron a Oriol Junqueras en la Diada de Cataluña, que se ha visto obligado a reafirmar su "independentismo" varias veces por minuto. Lo ha hecho con una conferencia en el Hotel Palace de Madrid, ante la mirada de otros dirigentes de formaciones nacionalistas [PNV y Bildu principalmente], pero sin la presencia de miembros del Gobierno.
Esquerra Republicana, orgánicamente, funciona de una manera similar al PNV. Aunque lo hace así empujada por los acontecimientos: la cárcel e inhabilitación del autor de la charla de esta mañana. El presidente del partido, en este caso Junqueras, no es el mismo que el presidente del Govern, Pere Aragonès.
Junqueras sí asistió a la Diada y, pese a su encendido discurso, fue abucheado por parte de la multitud. Aragonès no participó en la marcha. "ERC es líder del independentismo. Hasta que ERC no fue fuerte, el independentismo no fue fuerte". Ese ha sido el mensaje que ha tratado de colocar en el acto organizado por Nueva Economía Fórum.
Las palabras de Junqueras eran un mensaje velado a quienes le pitaron este fin de semana, pero también a Carles Puigdemont, que critica la estrategia elegida por ERC de negociar con el Gobierno de Sánchez.
"Es un mensaje de cariño y respeto, pero lo digo para que nadie se lleve a engaño. Somos quienes somos. Sería superfluo recordarlo, pero por si acaso lo hago. Estuvimos en la calle defendiendo la independencia y la República cuando no había nadie más", ha dicho.
El exvicepresidente de Cataluña ha tenido que medir sus palabras. Ha intentado que su respuesta a quienes le acusan de "cobardía" no suponga un incremento de la hostilidad: "Que no se contengan, que nos critiquen. No hay inconveniente en que haya otros espacios".
Sin embargo, Junqueras ha reiterado que no existe otro camino para la independencia que el negociado con el Gobierno. En línea con aquel "independentismo mágico" sobre el que ironizaba Gabriel Rufián, ha asegurado que "no hay ninguna estrategia alternativa" y que el sendero a recorrer debe ser el de "ampliar las mayorías democráticas".
[Rufián aboga por pinchar la "burbuja del independentismo mágico" y "decir la verdad"]
La Asamblea Nacional de Cataluña [entidad organizadora de la Diada] exige al Govern que proclame la independencia o convoque elecciones. Pero Junqueras no está por la labor. Pese a la presión de Puigdemont, ha incidido en que no es "probable" que Junts abandone el Ejecutivo catalán.
Además, ha tratado de deslindar lo que ocurre en las manifestaciones de lo que, a su juicio, pasará en las próximas autonómicas y municipales: un "gran resultado de ERC". Irónico, ha pedido a Nueva Economía Fórum que vuelvan a invitarlo tras estos comicios.
Junqueras se muestra optimista respecto a esa "acumulación de mayorías" en favor de la independencia porque "PP, Cs y Vox sólo tienen una alcaldía en Cataluña". Ha reconocido que el Gobierno español "tiene un interés muy escaso en la Mesa de negociación" y que se sienta "arrastrando los pies".
En ese punto, ha llamado a Puigdemont, aunque sin mencionarlo, a un cambio de actitud: "Pedimos al independentismo que no tenga miedo a confrontar sus ideas democráticas".
Aunque ha introducido sus palabras sobre Puigdemont con un "tenemos una relación excelente", le ha mandado un mensaje nada difícil de descifrar: "Estoy orgulloso de las decisiones que he tomado [quedarse en España e ir a la cárcel]. Ahora se me abren muchas más puertas. Quien tomó la decisión contraria seguro que era consciente".
Se refería a la imposibilidad actual de Puigdemont de participar en determinados foros y de no poder regresar a España debido al riesgo de detención.