El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha encontrado con un marco político propicio para su estrategia ante las elecciones municipales y autonómicas del 2023 y, sobre todo, las posteriores generales.
El Gobierno se han lanzado de lleno a identificar al PP como el defensor de los ricos y las grandes empresas y al PSOE como el defensor de los trabajadores y las clases medias. Es decir, lo que la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, identificó este jueves como “los ricos y los pobres”.
El tacticismo de Sánchez, planteado como movimiento inmediato de pieza de ajedrez en respuesta a otro del adversario, se plantea ahora en el tablero de los impuestos contraponiendo dos modelos: si el PP es el que baja, el PSOE es el que ayuda a los desfavorecidos.
El subtexto es el de “pobres y ricos” y el objetivo es apelar a la inmensa mayoría del electorado y movilizar a los votantes de la izquierda, bajo la premisa de que los votantes del PSOE no proceden de las rentas más altas.
El principal barón del PP, Juanma Moreno, lanzó primero un órdago para centrar el debate político en la reducción de impuestos en Andalucía, y el PSOE le ha aceptado el envite y ha subido la apuesta identificando esa reducción fiscal como favorable sólo para los muy ricos y anunciando un impuesto para rentas altas que entrará en vigor en enero de 2023.
Se da la circunstancia de que hace tres meses el PSOE rechazó en el Congreso una iniciativa similar de Unidas Podemos, pero ahora ha visto la ventana de oportunidad para anunciarlo y ponerlo en marcha.
Fuentes socialistas dicen estar satisfechos por los términos en los que finalmente se plantea el debate, aunque aún queden meses para los comicios. Para el Gobierno, según explican, hubiera sido incómodo el marco de que el PP es el partido que baja los impuestos.
En el PSOE entienden que, en tiempos de crisis y dificultades, es eficaz identificar al PP con los "ricos", y por eso los argumentarios que reciben los ministros y los dirigentes del PSOE hablan de "la gente" y de "los trabajadores y la clase media".
Los descamisados
Según esta versión, Moncloa aprovechó primero que el PP rechazara admitir a trámite en el Congreso el nuevo impuesto a las eléctricas, energéticas y bancos, aunque luego haya aceptado el planteado por Bruselas. El movimiento de respuesta del PSOE, encabezado por el propio Sánchez, fue asegurar que Alberto Núñez Feijóo defiende a las grandes corporaciones y rechaza que los que tienen beneficios contribuyan a ayudar a los trabajadores y clases medias.
De hecho, para Moncloa fue casi más importante empujar al PP al no a ese impuesto que la admisión a trámite de una proposición de ley que ya sabía que hay que modificar en el Congreso para adaptarla a la propuesta de la UE.
Esa posición la reforzó el PSOE con el argumento de que eliminar el impuesto del patrimonio sólo ayuda a las rentas más altas de Andalucía, es decir, a los "ricos" y resta recursos para sostener servicios públicos que utilizan las clases trabajadoras.
En ese giro a la izquierda se enmarca el discurso de Sánchez de los últimos meses contra los grandes empresarios, con lo que al inicio de la legislatura compartía grandes actos en la Moncloa para presentar líneas estratégicas, pertes, planes para 2050 o inicios de curso político.
En esa campaña del PSOE con el título “el Gobierno de la gente” se inscribe en la estrategia de Sánchez.
Además, fuentes del Gobierno no descartan que, finalmente, Sánchez acepte deflactar la tarifa del IRPF para favorecer a las rentas más bajas. Esa deflactación ha sido reiteradamente solicitada por el PP y la piden socios parlamentarios del Gobierno como el PNV.
Hacienda asegura que aún no está decidido cuál será el límite a partir del cual se aplicará el impuesto a las grandes fortunas.
El PP por su parte explica que el impuesto de patrimonio ha sido eliminado en toda Europa y que permite atraer a Andalucía contribuyentes de otras comunidades que, a su vez, pagarán IRPF y, por tanto, compensarán la eliminación del impuesto de patrimonio.
Y respecto al impuesto a las grandes fortunas, Cuca Gamarra utilizó una frase del exdirigente socialista Alfonso Guerra: “No queremos menos ricos, queremos menos pobres”. Es decir, el marco político y electoral se sitúa entre ricos y pobres.
En realidad, Guerra dijo eso, pero, también utilizó el término peronista "los descamisados" cuando quiso también forzar la dialéctica entre los poderosos y los potenciales votantes del PSOE para movilizarlos y ganar elecciones.
El PP explica que el giro sostenido a la izquierda de Sánchez les deja el centro libre.
Ese giro de Sánchez entra en el terreno de Unidas Podemos y del proyecto de Yolanda Díaz. De hecho, algunas de las medidas han sido reiteradamente pedidas por los morados y rechazadas por los socialistas.
La vicepresidenta segunda se apresuró este jueves a explicar que negocia con Hacienda este impuesto que ya propusieron y con el escollo de querer que sea permanente y no temporal como quieren los socialistas.
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