El presidente Pedro Sánchez ha reivindicado este jueves, en el Congreso de los Diputados, las medidas impulsadas por su Gobierno, que aumentan el gasto público y suponen subidas de impuestos selectivas a las rentas más altas, contraponiéndolas a los "recortes neoliberales" aplicados en la crisis de 2008.
Sánchez ha comparecido a petición propia al Congreso para explicar las medidas tomadas por el Ejecutivo para paliar las consecuencias energéticas de la guerra en Ucrania. Durante su intervención, ha justificado las subidas de impuestos aprobadas alegando que "recibimos mucho más de lo que pagamos".
El presidente ha dicho que las medidas que adoptó el anterior Gobierno de Mariano Rajoy, aunque sin citarlo expresamente, supusieron aumentar las brechas de desigualdad y polarizar el debate político.
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"Hoy, por el contrario, la respuesta social que dimos a la pandemia y ahora a la guerra ha servido para proteger las rentas de trabajadores, reforzar el Estado de Bienestar, competir en calidad y no en precariedad". Ese Estado de Bienestar que ha acusado al PP de querer desmantelarlo y de estar contra el "consenso social de Europa".
Por ejemplo, ha recordado que la bancada conservadora "llamó timo ibérico a la solución ibérica", que ahora quieren otros países de Europa. "Si esto evidencia algo es la ceguera y el negacionismo que se ha ocupado en acosar e intentar derribar al Gobierno en vez de ayudar", ha añadido.
Respecto a sus subidas de impuestos a las rentas más altas, el impuesto a las bancas y a las eléctricas —que ha calificado de "justicia social"—, ha dicho que "la superioridad de respuesta a esta crisis frente a la neoliberal es adoptada por gobiernos conservadores" y ha recordado que "recibimos mucho más de lo que pagamos con nuestros impuestos".
El discurso de este jueves ha ido muy en la línea del que Sánchez pronunció el pasado sábado en un acto de Getafe. Ha vuelto a poner el ejemplo de Estados Unidos donde, ha dicho, un trasplante de corazón cuesta un millón y medio de dólares, frente a los 90.000 euros que hay que pagar en España. "Aquí no hay que arruinarse para curarse de una enfermedad grave", ha dicho.
"Clasismo y soberbia"
Sánchez se ha mostrado este jueves en un tono muy duro contra la oposición del Partido Popular. Ha acusado a los populares de mostrar "clasismo y soberbia a partes iguales" y ha dicho que están enfrentando "a abuelos y nietos" por cuestionar la revalorización de las pensiones respecto al IPC.
También ha considerado que "hay quienes desde sus plataformas mediáticas y políticas vuelven a defender un Estado débil con el argumento del que el dinero está mejor en los bolsillos de los ciudadanos", uno de los argumentos de los populares contra las subidas planteadas por el Ejecutivo.
El presidente ha tenido que interrumpir su discurso hasta en dos ocasiones. La primera ha sido por culpa de Vox, cuyos diputados han entrado más tarde a propósito como venganza porque el miércoles, durante los actos del 12 de octubre, Sánchez hizo esperar al Rey.
La segunda vez ha sido porque, ante su tono, la bancada del PP ha protestado y ha sido la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la que ha pedido a Sánchez que parara. Cuando ha retomado la palabra, ha echado en cara a la portavoz del PP, Cuca Gamarra, que todavía tenga en su escaño a Alberto Casero, el diputado al que el pasado jueves el Tribunal Supremo pidió el suplicatorio.
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En ese contexto caldeado, Sánchez ha anunciado nuevas medidas por un valor 3.000 millones para proteger al 40% de hogares en materia energética.