José María Aznar ha querido participar en el debate económico que se viene produciendo estos días a lomos de las subidas y bajadas impositivas. A través de un editorial de FAES, deja claro que contempla lo que sucede como una dicotomía entre liberalismo e intervencionismo. Define a Pedro Sánchez como un "falso samaritano" y le acusa de "generar ciudadanos dependientes" del Estado.
Tal y como viene acostumbrando desde que Sánchez formó la coalición con Podemos, el expresidente popular no escatima en adjetivos y se muestra contundente. "Es un hecho que cada vez que gobiernan los socialistas terminan sus mandatos dejando a España en recesión", empieza el texto.
Al contrario de lo que calcula el presidente Sánchez y en la misma línea que Alberto Núñez Feijóo, Aznar reitera que sí es "verosímil" creer que este último año de legislatura desencadene una fuerte crisis económica.
En este clima, Aznar diagnostica un Sánchez que, a través del "intervencionismo", "vuelve a abrir las compuertas del gasto público para regar lo que cree que son sus semilleros de votos".
Elige como clave del asunto la intervención de la vicepresidenta Nadia Calviño la semana pasada en el Congreso, que a preguntas de Iván Espinosa de los Monteros (Vox) "enumeró toda la casuística de los españoles que reciben algún tipo de asignación pública": "Lo hizo con satisfacción".
"Una satisfacción que en la cultura política de la izquierda no deriva tanto de lo que esas transferencias de dinero público pueden ayudar a quienes las reciben, sino de lo que significan de mayor dependencia estructural del Estado de segmentos cada vez más amplios de la sociedad", remacha Aznar.
Para elegir un caso concreto y sostener su teoría, quien fue jefe del Ejecutivo escoge el escándalo de los ERE de Andalucía: "Ha mostrado cómo funciona esa cultura intervencionista de poder, en la que la pretensión de dependencia prima sobre el efecto beneficioso real del apoyo público".
Como si fuera consciente de la crítica que va a recibir por esas palabras, contesta él mismo: "Y no, no se trata de comparar esa corrupción masiva con ningún sistema posterior de ayudas públicas. Se trata de denunciar el intervencionismo de falso samaritano que la izquierda práctica".
Aznar, no obstante, se dice defensor del "Estado del bienestar" y de una "red de seguridad" para los "españoles que necesitan ser apoyados": "Pero la dependencia del Estado no puede ni debe ser el precio a pagar".
Ya en referencia directa al tema impositivo, el expresidente popular acusa a Sánchez de "estar haciendo una caja muy sustanciosa con el incremento de la recaudación a costa del empobrecimiento de los españoles como consecuencia de la inflación".
También explicita su apoyo a las Comunidades de ambos signos que están deflactando el IRPF y apostando por bajadas impositivas: "No es de extrañar que las CCAA donde no se ve al empresario como a un enemigo y no se trata al contribuyente como a un defraudador estén registrando un éxito económico, fiscal y empresarial".
Para concluir, parafrasea a Ronald Reagan, que resumía así la política del Partido Demócrata: "Si se mueve, ponle un impuesto; si se para, dale una subvención. ¿Por qué no ayudar a los que se mueven para que sigan moviéndose y a los que se paran para que vuelvan a andar?".