No hay fumata blanca, pero casi. La portavoz de la Ejecutiva del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, confía en alcanzar un "acuerdo rápido" con el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), una negociación larga cuyos encuentros se han intensificado a lo largo de esta semana y de los cuales ha trascendido muy poca información.
"La mejor fórmula para tener un buen resultado y acuerdo es echar mano de la discreción y la prudencia", ha recordado la ministra en la sede de Ferraz. Alegría no ha querido revelar hasta qué punto están avanzando las conversaciones entre los dos partidos, pero sí ha anticipado un acuerdo cercano.
Pero Alegría dice "rápido", no "ya". Para renovar el poder judicial han hecho falta cuatro años de desencuentros, una reforma del Tribunal Constitucional, un cambio de liderazgo en el PP y la dimisión del presidente del Tribunal Supremo. Los dos lados de la mesa coinciden en que el acuerdo es inminente, pero después de tanto tiempo no pasa nada por esperar un poco más. Como mínimo hasta después del martes.
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El día del debate en el Senado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo es una fecha que no le interesa a ninguno de los dos partidos. Tendrían muy difícil justificar un pacto de Estado el mismo día en el que sus dos líderes se enfrentan cuerpo a cuerpo; a ello se suma la reunión en La Moncloa el lunes pasado, donde se vieron las caras tras más de 160 días sin mantener contacto fuera de focos.
Sobre aquel encuentro coincide todo el mundo -con la boca pequeña- en que fue mucho mejor de lo esperado. Hacía falta un careo de los líderes para mandar un mensaje a la ciudadanía, sí, pero también para acercar posiciones tras cuatro años de bloqueo judicial. La mala imagen institucional -para ambos y a ojos de Bruselas- necesitaba una foto salvadora.
Desde entonces, los encargados de finiquitar los detalles han sido Félix Bolaños y Esteban González Pons. Los dos negociadores llevan toda la semana en contacto permanente, por escrito, enviándose nombres, compromisos y garantías. Especialmente difícil lo tiene el 'popular', presionado por los jueces conservadores para que no pacte nada.
Ahora, esos mismos magistrados se encontrarán con un nuevo CGPJ más cercano al PSOE, al contrario que el actual. Diez vocales de un lado, diez del otro y un presidente de tendencia progresista, todos con perfiles limpios -que no hayan pasado por la política-. Tampoco se admitirán vetos, que fueron la causa de ruptura de la última negociación, en 2021.
"Nunca es tarde si la dicha es buena", ha recordado Alegría. "Siempre hemos tenido la mano tendida".