Vox arde en los territorios: las periferias son "un avispero" y en Madrid ya piensan en otro candidato
La formación de Santiago Abascal ha perdido en cuatro años a la mitad de sus concejales y la división reina en media docena de CCAA.
16 octubre, 2022 02:53Hace una semana, Vox desplegó toda su artillería para celebrar el festival VIVA 22, que contó con una notable afluencia de público y reunió comparecencias telemáticas de alto voltaje como la futura presidenta de Italia, Giorgia Meloni; el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki; o el expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
Entre stands, cantos, arengas apasionadas y confetis con los colores de la bandera de España, el partido de Santiago Abascal exhibió unidad y fortaleza para mitigar la crisis abierta por la salida de Macarena Olona. Sin embargo, la cruda realidad que oculta la formación en sus estructuras territoriales contrasta, y mucho, con el brillo de aquel evento.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, hay fuegos en la mayoría de comunidades autónomas donde el partido cuenta con una notoria representación. Un ejemplo gráfico es que más de la mitad de los concejales que Vox cosechó en las municipales de 2019 han terminado abandonando el partido.
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La caída de Ortega Smith
A siete meses de los comicios que decidirán el futuro de 8.131 ayuntamientos, 12 comunidades y dos ciudades autónomas, el cese de Javier Ortega Smith al frente de la secretaría general se ha interpretado como un golpe de timón para tratar de corregir el rumbo.
"Pero no se puede ajustar lo que se ha desajustado en cuatro años", reconocen fuentes de la formación que se muestran muy críticas con los derroteros que ha tomado la dirección nacional de un tiempo a esta parte. Estas personas no dudan en calificar de "insostenible" la situación que se vive en la mayor parte de las provincias.
A este extremo, indican, se ha llegado fundamentalmente por la rigidez que ha empleado Ortega Smith y también quien ejercía como su número dos, Tomás Fernández. "Es lo que han sembrado. Hay un avispero que está a punto de reventar", denuncian.
"En la provincia de Cádiz hay numerosas juntas que están disueltas, como la de Rota; en Málaga han dimitido la mitad de los concejales de la provincia. En Badajoz ya van por el tercer presidente", describen algunos de los protagonistas en conversación con EL ESPAÑOL.
"En Galicia no existe Vox, en La Rioja ni existe ni se le espera, igual que en Navarra; en Valencia la guerra es total y sin candidato, en Aragón están en contra de Pedro Fernández, paracaidista de Madrid; igualmente sucede en Extremadura, en Cataluña se han cargado al portavoz adjunto, Antonio Gallego".
Desde que el partido de Abascal echatra a andar hace nueve años se han desmoronado gran parte de las ejecutivas provinciales. La mayoría de presidentes que surgieron de un proceso de primarias han terminado siendo apartados por Ortega Smith.
Por otro lado, Vox ha ido restringiendo la democracia interna, anulando primarias y delegando todo el poder orgánico en manos del Comité Ejecutivo Nacional, lo que ha generado internamente un frente de críticos. Hace poco, en Alicante, la reunión del comité provincial se saldó con los asistentes abandonando el encuentro al grito de "Macarena, Macarena", en referencia a la exportavoz en Andalucía.
La mala relación con la dirección nacional también ha llevado a la formación a casi desintegrarse institucionalmente en Murcia, donde se ha disuelto el grupo parlamentario con la marcha de sus cuatro diputados. El presidente regional es José Ángel Antelo, que ganó unas primarias "declaradas nulas por un tribunal", recuerda un exdirigente.
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"El partido lo sigue teniendo como presidente, pero los jueces ya han anulado las elecciones. No tiene experiencia profesional y su mano derecha es un youtuber que firma como el murciano encabronado". Este panorama, añade, "es la consecuencia de lo que ha hecho Ortega Smith en mucho tiempo. Ha ido sólo buscando gente obediente".
De manera simultánea sucede que en algunas comunidades autónomas de mucho peso, como la valenciana, la marca sigue a flote pese a las continuas disputas internas por la falta de consenso entre en el equipo regional y el nacional. Aun sin candidato para esta plaza clave, la formación de Abascal conseguiría una notable representación en el parlamento autonómico y podría incluso formar parte de un hipotético gobierno con el Partido Popular.
Monasterio, a Bruselas
Se trata de una constatación de que las siglas, en este caso, están por encima de los nombres. Aunque, argumentan los críticos, la vida de los partidos depende en buena medida de su implantación territorial, donde Vox se desangra a cada instante. Otra prueba es Badajoz. Allí la ejecutiva en bloque ha dimitido por una trama de investigaciones ilegales y espionaje.
En la Comunidad de Madrid, aunque parece haber sintonía con la portavoz en la Asamblea, Rocío Monasterio, la cuerda está empezando a tensarse. Recuerdan personas cercanas a la diputada madrileña que, en un momento dado, ya peleó por tener su propia sede en la calle Damián, para marcar distancias con el tándem Ortega-Fernández y evitar el control de la dirección nacional.
La intención de la dirección de Vox ahora pasa por apartar a Monasterio en las elecciones autonómicas y enviarla a la fundación Disenso durante un año. Después, iría en un puesto de salida en la lista al Parlamento Europeo. En cualquier caso, todavía no se ha decidido si será finalmente Íñigo Henríquez de Luna quien lidere la candidatura a la Asamblea de Madrid, como estaba inicialmente previsto.
No es casualidad que Macarena Olona, inmersa en estos momentos en la elaboración de su propio proyecto político, haya supeditado dar un paso al frente al resultado que pueda obtener su antigua formación en los comicios municipales.
Llegado el momento, si Vox "deja de ser alternativa", ella se lanzará con su propio partido dispuesta a contar con el apoyo de muchos excompañeros que también han padecido las asperezas de Ortega Smith.
Con la llegada de Ignacio Garriga, portavoz en el Parlament de Cataluña, como número dos del partido, las esperanzas por reconducir este deterioro en los territorios son escasas. El poder ya no recae en la figura de Ortega Smith, pero sí en Jorge Buxadé, a quien acusan algunos exdirigentes de Vox de haber radicalizado a Santiago Abascal hacia las tesis ideológicas más duras.
Según ha podido saber este periódico, los últimos cambios en la cúpula del partido se produjeron tras constatar en varios sondeos internos que para las próximas municipales la intención de voto en la mayoría de ayuntamientos españoles había retrocedido hasta un 8% en muchos casos.
A siete meses de la cita con las urnas, el único nombramiento que hay en firme es el de Ortega Smith para el consistorio de la capital. La intención de Vox es presentar al resto de candidatos entre el 15 y el 25 de noviembre, una vez que ya hayan recibido el visto bueno de Abascal. .