José Manuel Albares, que la semana pasada viajó a Kiev, donde se pudo entrevistar por segunda vez en persona con el presidente Volodímir Zelenski, ha advertido de que "los últimos bombardeos de Vladímir Putin han destrozado la inmensa mayoría de las instalaciones de energía, dejando sin electricidad o calefacción a gran parte de la población, y dos millones de personas pueden huir del país este invierno".
Durante una conferencia titulada El desafío global ante la guerra de Ucrania, organizada por la Fundación Diario de Avisos, el ministro de Asuntos Exteriores ha querido transmitir lo que vio y lo que sintió la semana pasada en Ucrania: "Vi una ciudad que ya no es la que conocí dos semanas antes de la invasión, ahora es la capital de un país en guerra".
Según el jefe de la diplomacia española, "no hay un solo indicio de que pueda haber un ataque nuclear de Rusia" en suelo ucraniano. "No debemos angustiar a la población innecesariamente", ha dicho, porque España no tiene ninguna información en ese sentido. "Putin sabe que una guerra atómica es imposible de ganar, sólo nos llevaría a la destrucción global".
De momento, según ha podido saber este diario, los datos de la Inteligencia de EEUU han llegado con diligencia a Madrid, y el propio Albares lo ha deslizado así: "Tengo muy buena relación con Antony Blinken", secretario de Estado del Gobierno de Joe Biden.
En todo caso, el ministro defiende "coger al vuelo cualquier oportunidad de negociar con Putin para que vuelva la paz cuanto antes", aunque, eso sí, "sólo Ucrania decidirá qué es aceptable en esa hipotética mesa de negociaciones".
"Habrá guerra en 2023"
Albares ha intervenido este lunes en Tenerife en una charla y coloquio organizados por Diario de Avisos en el espacio Social Lab la isla canaria.
El ministro ha sido presentado por el tinerfeño Héctor Gómez, ex portavoz parlamentario del PSOE, que ha defendido "el liderazgo de España" en las soluciones a las crisis como la pandemia y la guerra con dos argumentos: "Debemos huir de los extremismos, que sólo dividen a la sociedad en momentos delicados" y el cumplimiento ineludible del "compromiso con los aliados de la OTAN en aumentar el presupuesto de Defensa".
En su discurso, Albares ha desgranado, no sólo las claves de la acción del Gobierno de España y de la diplomacia internacional para intentar detener el conflicto y acotar sus consecuencias, sino todo el abanico de desafíos a los que se enfrenta desde su responsabilidad.
Desde el compromiso de España en el apoyo a Ucrania "para traer la paz cuanto antes" hasta la presidencia de turno de la UE, en el segundo semestre de 2023. "Espero equivocarme, pero nada lo hace presagiar... debemos contar con que la guerra siga entonces y nos condicione nuestros trabajos".
Eso significaría que el conflicto bélico se habría encallado y se encaminaría hacia su segundo año. "Por eso es clave uno de los desafíos que perseguiremos durante los seis meses de presidencia del Consejo, la definitiva reforma del mercado energético de la Unión Europea". Según ha expresado, "se espera de España que cierre ese dosier legislativo" antes del fin de la legislatura europea.
El Gobierno de España ha impulsado varias iniciativas en este sentido, como la excepción ibérica o las compras conjuntas. "También ofrecemos nuestra capacidad de almacenamiento y regasificación a los veintisiete y en menos de un mes cerraremos los detalles del nuevo corredor de energías BarMar", ha anticipado.
"Tenemos que alcanzar la autonomía estratégica de la UE, que empezó siendo un término sólo militar y ahora abarca muchos más ámbitos".
Por eso, y dentro de los esfuerzos concertados de España con la UE, Albares ha recordado que "en esta guerra, Putin no diferencia los objetivos militares de los civiles, sólo busca hacer cuanto más daño sea posible a Ucrania", para derrotarla por la vía del hostigamiento.
Una ciudad "a oscuras"
"Las 30 ambulancias que entregamos a Zelenski, por ejemplo, son ginecológicas y estaban equipadas para atender partos, porque uno de los objetivos de los bombardeos son las maternidades, por desgracia, y tenemos que facilitar que nazcan los nuevos ucranianos".
El ministro ha advertido de que la crisis humanitaria que se avecina traerá consecuencias también socioeconómicas para los Veintisiete. Una oleada de dos millones más de refugiados con la llegada del frío invernal. "Por eso mismo, también en nuestra presidencia de la UE nos proponemos intentar un acuerdo europeo definitivo sobre migración y asilo", ha anunciado.
"Ya hay más de siete millones de ucranianos fuera de su país desde el inicio de la invasión, pero sin calefacción ni luz, es muy posible que otros dos millones de personas salgan de Ucrania en los próximos meses".
Albares ha llegado a explicar cómo lo pudo comprobar por sí mismo, en su viaje de vuelta. "Teníamos que salir en tren hacia Polonia, ya de noche, y de camino cruzamos una ciudad que estaba toda en negro. Había luz en las casas, sí. Pero las calles estaban a oscuras y nos tuvimos que iluminar con linternas".
Como ya informó este diario, el ministro se reunió con el presidente Zelenski y con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba. "Ahora, para entrar en las dependencias oficiales, hay que cruzar una zona defendida con sacos terreros, y te someten a un registro exhaustivo y doble: la policía y el ejército", ha desvelado.
"Pude visitar viviendas que habían sido atacadas con misiles y drones apenas 72 horas antes", ha explicado. "Y una de las peticiones del presidente fue que les facilitemos material para evitar los incendios que se suceden a los ataques... para evitar que la devastación sea mayor que la propia explosión".