Pedro Sánchez mantiene su respaldo a Fernando Grande-Marlaska y no parece fácil que vaya a dejarle caer como consecuencia de la tragedia de Melilla en la que falleció casi una treintena de migrantes.
No es fácil que le deje caer porque el propio presidente del Gobierno respaldó en su momento la actuación policial y recientemente mostró su apoyo expreso a su ministro del Interior.
No lo es, tampoco, porque Marlaska es un fichaje suyo personal, realizado pese a que en tiempos estuvo más cerca del PP. Y porque, como señala un dirigente del PSOE “un ministro del Interior es caza mayor y no se puede entregar su cabeza a la oposición”.
El presidente del Gobierno ya ha escuchado el informe del ministro sobre los hechos y la versión según la cual no hubo fallecidos en el lado español de la valla de Melilla ni irregularidad alguna. Y ello, aunque esa explicación contradiga claramente el informe del Defensor del Pueblo, el documental de la BBC y la deducción de casi todos los miembros de la Comisión de Interior del Congreso, tras observar los vídeos del caso y realizar una inspección ocular el lunes pasado en el lugar de los hechos.
Sánchez ha escuchado también directamente a su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que le ha exigido explicaciones, transparencia y, en su caso, responsabilidades por los sucesos, según ha podido conocer EL ESPAÑOL.
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En esa presión contra Marlaska está el grupo parlamentario de Unidas Podemos, que se ha sumado a la petición de comisión de investigación, junto a los demás socios de investidura. Yolanda Díaz comparte esa posición y así se lo ha trasladado al presidente.
Malestar con Podemos
Moncloa no oculta su malestar con sus socios de Gobierno de coalición por arremeter contra un compañero del Consejo de Ministros y explica que su voluntad es dar todas las explicaciones, pero también aguantar el tirón político sin dimisiones o destituciones.
Según los socialistas en el Gobierno, es un asunto muy delicado que difícilmente resistiría una comisión de investigación, porque afecta a cuestiones de seguridad y también a las relaciones delicadas con Marruecos. Por ejemplo, los intercambios de información entre España y Marruecos sobre la seguridad de la valla de Melilla y las actuaciones de ese día.
De hecho, Sánchez tendría capacidad para clasificar información si se creara esa comisión de investigación. De esa forma podría negar documentación o información a una eventual comisión.
En todo caso, Moncloa cree que el PP no permitirá finalmente la creación de la comisión de investigación y considera que hará lo mismo que en septiembre: sumar sus votos a los del PSOE y los de Vox para bloquear la petición.
Entiende la parte socialista del Gobierno que se trata de un asunto de Estado muy delicado y que el PP también está condicionado por su relación con las Fuerzas de Seguridad y por las relaciones diplomáticas con Marruecos.