Podemos no conocía los detalles de la negociación entre el Gobierno y ERC para reformar el Código Penal y derogar el delito de sedición. El pacto con los independentistas, que trascendió durante el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado y provocó la ruptura de las negociaciones para renovar el CGPJ, no contaba con el visto bueno de los morados, pero sí de la vicepresidenta Yolanda Díaz.
La coportavoz del partido, María Teresa Pérez, confirmó este lunes en la sede morada que desconocía el avance de los pactos "porque se ha llevado desde la Vicepresidencia". La frase arroja un nuevo recado a la falta de comunicación de Díaz con el resto del grupo parlamentario, que en las últimas semanas ha dejado de considerarla su candidata.
No obstante, distintas fuentes de la formación morada apuntan a que Díaz sí comunicó el avance de los contactos a Ione Belarra, secretaria general del partido. Las mismas fuentes aseguran que Jaume Asens, cercano a la vicepresidenta y encargado de las negociaciones, también informó a Pablo Echenique, portavoz de Podemos en el Congreso.
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El matiz, en este caso, es que Belarra y Echenique conocían el anuncio, pero no los detalles. El argumento de Asens, que también es presidente del grupo parlamentario, es que "ni Izquierda Unida ni los comunes" estaban informados tampoco. "Fue una cuestión de discreción, pero no es una negociación nueva", apuntó este lunes desde el Congreso, minutos después de que desde Podemos les acusaran de ocultar el pacto.
El viernes pasado Pedro Sánchez anunció el contenido de la reforma que PSOE y ERC pretenden acometer sobre el delito de sedición, que será sustituido por otro de desórdenes públicos agravados. Entonces, en Podemos hubo cautela y ninguno de los líderes salió a valorar la propuesta que presentaban sus socios de Gobierno.
La cosa cambió este lunes. Podemos tomó la palabra y celebró la supresión del delito, pero con cautela. En rueda de prensa, Pérez se mostró temerosa de que el nuevo delito de desórdenes sirva para "criminalizar la protesta política" en las calles. En privado, distintas voces del partido hablan de "preocupación" por el articulado y dejan la puerta abierta a presentar enmiendas.
Asens, por su parte, avanzó que Podemos presentará una para retocar en el Código Penal los delitos "contra los derechos de los trabajadores", pero no quiso concretar más.
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Malversación sin lucro
Con el delito de sedición finiquitado —por el momento—, la hoja de ruta de ERC pasa ahora por retocar otros aspectos del Código Penal. La idea, en este caso, es revertir la reforma que hizo el PP en 2015 y que sirvió para condenar a Oriol Junqueras y otros líderes independentistas por malversación de fondos públicos durante el juicio del procés.
Unidas Podemos, al igual que el PSOE, está abierto a negociar la reforma de este tipo delictivo, por el que también fue juzgado el expresidente andaluz José Antonio Griñán. Los morados, eso sí, establecen un límite con respecto a sus socios y sugieren que cambiarán el texto de la reforma para diferenciar la malversación que implique lucro personal y la que no.
"La reforma del PP se hizo ad hoc para perseguir al independentismo", apuntó Asens, quien espera seguir siendo el interlocutor morado para negociar estos temas. "La malversación es un delito fundamental para perseguir la corrupción y debe seguir existiendo en el Código Penal, pero actualmente es un cajón de sastre", ha sugerido.
La única línea clara de los morados es concretar el delito de malversación. En su forma actual, los negociadores morados consideran que está redactado "de una forma vaga, genérica" y que da lugar a "interpretaciones abusivas".