“Hace unos días decíamos que a Feijóo se le iba a hacer largo el año hasta las elecciones generales y resulta que en una semana nos hemos liado en asuntos graves y, además, nuestras aparentes fortalezas se han convertido en debilidades”, asegura un diputado socialista.
Se refiere, por ejemplo, a cómo el escándalo sobre la aplicación de la llamada “ley del sí es sí” ha tumbado la estrategia de Pedro Sánchez de presentar la agenda legislativa como argumento electoral.
Moncloa repitió con insistencia como logro que se han aprobado esta legislatura más de 160 leyes en el Parlamento, pero estos días se discute más la calidad que la cantidad.
A la polémica por la Ley de libertad sexual hay que añadir la de la llamada Ley Trans, que aún no se ha resuelto. Todo ello ha debilitado al Gobierno en materia de feminismo, uno de sus puntos teóricamente fuertes.
El Gobierno que se etiqueta como el más progresista choca también estos días con la realidad de la migración y los derechos humanos a propósito de los graves sucesos de Melilla del pasado mes de julio.
Tanto como que el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, está en una situación tan delicada como la ministra de Igualdad, Irene Montero. Una por la salida de la cárcel y la reducción de condenas a convictos de delitos sexuales y otro por los vídeos de la tragedia, los informes del Defensor del Pueblo y la presión de casi todos los partidos, incluido Unidas Podemos, para que se investigue y se asuman responsabilidades.
También el presidente del Gobierno había empezado a poner de manifiesto que su gestión ha permitido que mejore la situación de Cataluña y el conflicto sobre su encaje en España. En las últimas semanas ha empezado a usar como lema preelectoral que es mejor la Cataluña de 2022 que la de 2017. Sin embargo, la decisión de pactar con ERC la reforma del delito de sedición para favorecer a los condenados por el procés, también se ha convertido en tema de controversia, con opciones de volverse contra el Gobierno.
Y, por si fuera poco, la ambigüedad sobre la propuesta de ERC de rebajar el delito de malversación ha hecho que se debilite su discurso contra la corrupción. Aún no hay decisión de Moncloa, es posible que el precedente del escándalo del “sí es sí” haga que rechace la pretensión de ERC, pero, como mínimo, ha dado tanto hilo a la posibilidad de que se apruebe que empieza a asomar un coste para el Gobierno.
[La falta de apoyos de algunos de sus socios hace retroceder al Gobierno con la malversación]
Por el momento, algunos de sus socios parlamentarios son reticentes a abordar esa reforma y muchos diputados, dirigentes regionales y nacionales del PSOE ven con preocupación que se pueda tocar el delito de malversación y suponga rebajas de penas para corruptos, empezando por José Antonio Griñán.
Prisas legislativas
Todos estos episodios tienen en común que no son errores de ministros, sino actuaciones de todo el Gobierno respaldadas expresamente por Pedro Sánchez. De hecho, la resolución de todas está pendiente del dedo del presidente.
Coinciden en que ponen en cuestión la unidad de los dos partidos de la coalición. Los socialistas afean a Unidas Podemos que arremeta contra los jueces, y los morados reprochan al PSOE que no respalden la ley del “sí es sí” pese a ser aprobada por el Consejo de Ministros; en la Ley Trans aún no hay acuerdo entre ambos; respecto a Melilla, la parte minoritaria pide una comisión de investigación en el Congreso, mientras que la reforma de la malversación genera diferencias entre ellos y con los socios parlamentarios.
Estos asuntos afectan a la unidad del Gobierno de coalición en un momento en el que, además, la relación entre los miembros de la parte minoritaria no es buena. Yolanda Díaz e Irene Montero no tienen buena relación, hasta el punto de que el proyecto Sumar puede suponer la ruptura.
Tienen en común que casi todos se refieren a leyes del Gobierno, poniendo de manifiesto la forma de legislar o impulsar las normas desde el Ejecutivo. Por ejemplo, en la ley del “sí es sí” se hizo caso omiso al informe del Consejo General del Poder Judicial; la Ley Trans se aprobó en el Consejo de Ministros, luego los dos partidos han presentado enmiendas a su propio texto y se tramitará con urgencia sin comparecencia de expertos, y la reforma de la sedición se presentó como proposición de ley para eludir los informes preceptivos y tendrá tramitación exprés para evitar el desgaste antes de las municipales y autonómicas.
La controversia sobre los errores de la ley del “sí es sí” hace que se replantee esa agenda legislativa y, sobre todo, que se extreme la precaución para evitar nuevos escándalos con las prisas legislativas.
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