Pedro Sánchez ha quedado ungido este fin de semana como presidente de la Internacional Socialista (IS) tras el congreso celebrado en Madrid. Ahora, el presidente del Gobierno pasa a estar al frente de un organismo que le proporciona una proyección internacional sin igual, que pretende revitalizar, y desde ahí impulsará su agenda, especialmente la económica.
En los discursos que ha ido pronunciando a lo largo de la semana -tanto en las IS de Mujeres y de Jóvenes, como el viernes en la apertura del XXVI Congreso y el domingo en su clausura- Sánchez se ha centrado en defender las medidas económicas que ha estado sacando adelante su Ejecutivo. Su objetivo es que el resto de partidos socialistas del mundo le escuchen y sigan su estela.
Desde todos los atriles por los que ha pasado, el presidente ha loado los gravámenes a la banca y empresas energéticas, el impuesto a las grandes fortunas, sus Presupuestos Generales del Estado, los "más progresistas de la historia", apostando por diseñar una respuesta a la crisis distinta a la neoliberal que, según su opinión, "privatizó ganancias obscenas y socializó pérdidas".
[Page y Lambán 'plantan' a Sánchez en su estreno como líder de la Internacional Socialista]
Lo ha hecho, además, en un tono en el que ha llamado a combatir "la barbarie del capitalismo depredador" y con el que ahonda en su llamado giro a la izquierda. Esa vía quedó inaugurada durante el pasado debate del Estado de la Nación y será la estrategia a seguir el año que viene, plagado de elecciones.
"Ser presidente de la Internacional Socialista es algo muy importante para él", reconocen fuentes socialistas. "Debajo de la IS hay 132 partidos en todo el mundo y es un foro que le sirve para hacer trabajo de lobby, para que sus ideas tengan más capacidad de influencia", añaden.
Esta es una línea que Sánchez no ha escondido. "Tenemos que hacer entre todos que la IS sea una plataforma ideológica", pidió este domingo. Todo ello, contra las recetas de la derecha que dejaron "una década perdida para el progreso" en su respuesta a la crisis de 2008. "Ante ese legado debemos confrontar con una alternativa socialdemócrata, renovada, más internacional y más socialista", aseguró.
Una parte importante de su discurso la quiso centrar en las grandes corporaciones. Acusó a algunos de ocultar "su riqueza en paraísos fiscales" y dio datos: en 2019, las corporaciones multinacionales transfirieron 969 millones de dólares a paraísos fiscales. "Esto significa que los países recaudaron un 10% menos en el impuesto de sociedades de lo que deberían", aseguró.
Por eso, Sánchez llamó a "frenar la sangría de recursos" y presumió de haber ubicado el mínimo del impuesto de sociedades en el 15% y dijo que ese era "un primer paso que deben acompañar muchos detrás".
Perfil internacional
Para llegar a ese objetivo, Sánchez va a tener que revitalizar la Internacional Socialista, en horas bajas en los últimos años. Y ese objetivo quedó plasmado en las palabras del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que le antecedió en el discurso.
"No hay una nueva Internacional Socialista, hay una Internacional Socialista de nuevo", dijo Zapatero. "Me siento reconocido en los millones de mujeres y hombres en el mundo que han mirado, o quieren volver a mirar, o miran a la Internacional Socialista", añadió, y también habló de "abrir el debate de los límites en la riqueza".
Con este nuevo cargo a sus espaldas, Sánchez termina así de reforzar su perfil internacional que tanto ha marcado su segunda legislatura. Hay que recordar que hace no mucho, Madrid albergó la cumbre de la OTAN y la semana pasada, durante la reunión del G20, Sánchez se fotografió como uno de los principales líderes mundiales junto al presidente estadounidense, Joe Biden.
Además, desde el PSOE no dejan de repetir cómo algunos de los postulados de Sánchez se han asumido por Bruselas, como es el caso de la llamada solución ibérica o los impuestos a las eléctricas. Todos estos elementos le abren las puertas para el que sería su objetivo si no consigue revalidarse al frente de la Moncloa el año que viene: dedicarse a la política internacional.