La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha acusado al Partido Popular de promover la "cultura de la violación". Lo ha hecho esta mañana durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso tras recibir críticas por la Ley del sólo sí es sí.
Tras la grave acusación y la fuerte indignación de los diputados de la derecha, la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, se ha limitado a pedir a la ministra "respeto" y "contención en el lenguaje", pero no le ha preguntado si quería retirar la frase del diario de sesiones.
La situación ha estallado cuando la diputada del PP Belén Hoyo ha hecho una dura crítica, aunque dentro del decoro parlamentario, a Irene Montero porque la Ley del sí es sí está provocando rebajas de penas para condenados por delitos sexuales.
Ante la acusación, Montero se ha puesto a decir, uno a uno, todos los méritos que asegura haber logrado su ley estrella y ha acusado al PP de culpar a las víctimas de las agresiones sexuales de serlo. "Ustedes promueven la cultura de la violación que pone en cuestión la credibilidad de las víctimas", ha acusado.
Ante esas palabras, el pleno ha estallado en reproches y gritos a la ministra antes de que acabara su intervención. "¡Qué lo retire!" y "¡No se insulta!", son algunos de los gritos que se han escuchado desde los pasillos del Congreso.
El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Patxi López, ha pedido más tarde a su socio en el Gobierno de coalición que "no busque fantasmas donde no los hay" y ha negado que los socialistas estén actuando "con cálculo electoral" para bloquear leyes de los ministerios de Unidas Podemos.
López se ha querido desmarcar de las palabras de la ministra de Igualdad, Irene Montero, que esta mañana en la sesión de control al Gobierno en la Cámara Baja ha acusado al PP de "promover la cultura de la violación".
"No me han parecido las mejores palabras, después de todo lo que hemos vivido en este Congreso y en esta comunidad", ha dicho en declaraciones a los periodistas en los pasillos de la Cámara. "Precisamente ella, que ha sufrido esa agresividad verbal, no debería jugar con esto", ha zanjado.
Por su parte, Batet ha pedido silencio ante el alboroto generado por la bancada de la derecha. "Señorías del grupo popular, les pido silencio", ha instado Batet, lo que ha caldeado aún más el ambiente. "No se interrumpe una pregunta", ha señalado.
En cuanto Montero ha podido terminar su intervención, prácticamente nadie del Congreso la ha aplaudido, algo inusual en el día a día parlamentario. Nadie del PSOE y muy poca gente de su propio grupo lo ha hecho.
Batet le ha advertido entonces que la expresión que ha utilizado "no es adecuada" en términos parlamentarios. "Les pido respeto en las expresiones que se utilizan y contención en el lenguaje", ha insistido.
Normalmente, en situaciones de alto voltaje como estas, la presidenta del Congreso da la oportunidad de retirar los calificativos ofensivos del diario de sesiones. En este caso, no lo ha hecho, aunque lo va a retirar la propia Mesa.
La portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha dicho que "es altamente ofensivo que una dirigente que tiene la responsabilidad de dirigir las políticas de igualdad esté vertiendo estas afirmaciones". "Tiene que ser más responsable por respeto a las víctimas de las agresiones sexuales", ha añadido.
Concordia, por los aires
Justo este lunes, Batet había aprovechado la reunión semanal de todos los portavoces de los distintos grupos del Congreso para pedirles que rebajasen el tono de sus intervenciones. Lo hacía por las acusaciones que se vertieron la semana pasada, cuando una diputada de Vox dijo a la ministra Irene Montero que su único mérito era haber "estudiado en profundidad" a Pablo Iglesias.
Sin embargo, todo quedó en que habría "autocontrol" y no se modificó el reglamento. Unidas Podemos pedía que cambiara el código ético del Congreso porque Montero estaba sufriendo "violencia política".
Pero la supuesta concordia duró apenas unas horas. Esa misma tarde una diputada de Vox, Patricia Rueda, fue expulsada de la tribuna por llamar a EH Bildu "filoetarras" y negarse a retirarlo del diario de sesiones y el partido de Santiago Abascal también se quejó de que se les llamaba "ultraderecha", lo cual, para ellos, era ofensivo.
Hoy Abascal retó a Batet diciendo hasta en tres ocasiones la palabra "filoterroristas" y hasta ahí parecía que iba a elevar la confrontación. Pero entonces llegó Irene Montero y acusó, sin consecuencia de momento, al segundo partido más votado de España de "promover la cultura de la violación".
Llop se desmarca de Montero
Desde el Gobierno, la ministra de Justicia, Pilar Llop, se ha desmarcado de la acusación de Irene Montero. A su juicio, como firmante del Pacto contra la Violencia de Género, el PP "no fomenta ningún tipo de cultura contra las mujeres". Eso sí, ha pedido a los populares que "sean conscientes de que hay que seguir avanzando en la igualdad" y en lucha contra la violencia machista.
"Todas las fuerzas que votaron a favor de la ley y están en el Pacto de Estado están a la altura y ahora tienen que apoyar y ser conscientes de que necesitamos seguir luchando contra violencia machista, que sigue muy presente en nuestra sociedad", ha remarcado Llop.
Ya fuera del Congreso, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha dicho que Montero "tiene que recoger su despacho". "Comprendo sus dificultades, pero que no se ponga nerviosa y asuma su responsabilidad. Es gravísimo que el Gobierno de España sea el primer hooligan de la política", ha añadido.
Por su parte, la ministra de Derechos Sociales y compañera morada de Montero, Ione Belarra, ha insistido en la misma tónica que la de Igualdad. "Sí, cuando culpas a la víctima de la agresión sexual porque llevaba mallas e iba a correr por la noche estás promoviendo la cultura de la violación. Lo hace el PP y bien claro se lo ha dicho la ministra de Igualdad", ha publicado en Twitter.