En cuestión de tres meses Edmundo Bal ha pasado de mostrar un compromiso férreo con Inés Arrimadas, "siempre estaré con ella, si alguna virtud tengo es la lealtad", a desafiar a la líder de Ciudadanos con una candidatura alternativa en las primarias que celebrará la formación liberal en enero, para culminar su refundación.
Así lo acredita un vídeo de una entrevista que el portavoz parlamentario de los naranjas concedió a Europa Press a finales de agosto. Entonces, incluso se mostró orgulloso por el apodo que algunos medios le habían otorgado: "El leal escudero de Inés Arrimadas".
"Pues sí, eso es lo que soy, el leal escudero. Yo me comprometí con ella y le di mi palabra. Y mi palabra vale más que todo lo que tengo y hay que seguir. Y al final te das cuenta, además, de que ella me ha enseñado mucho de lo que es la política", comentaba entonces.
En esa línea, remarcaba: "Yo le prometí que iba a estar con ella y voy a cumplir mi promesa hasta el final. Yo soy una persona que tengo muchos defectos, como todo el mundo, y desde luego si una virtud tengo es la lealtad".
Estas palabras cayeron en un saco roto el pasado 2 de diciembre, cuando Bal se presentó ante las escalinatas del Congreso con la confirmación de que pasaba de ser fiel escudero a oponente de la jerezana. Ese día anunció su intención de dirigir Ciudadanos. "Creo que puedo aportar mucho", dijo para justificar su decisión.
Dos bandos enfrentados
Desde entonces, se ha desatado una guerra sin cuartel en la sede de Alcalá, con dos bandos enfrentados. Uno en favor de Arrimadas y otro que aboga por renovar el liderazgo con el abogado del Estado al frente. De momento, no hay atisbo de tregua pese a las soluciones que ambos han puesto sobre la mesa.
Arrimadas ha defendido una lista unitaria liderada por un candidato que reúna el consenso de todo el partido. Bal, por su parte, insiste en que no hay vuelta atrás: no va a retirar su candidatura y pide a la actual líder que se integre en ella junto a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.
En ese supuesto la presidenta de Ciudadanos mantiene su órdago: ella registrará su propia lista en caso de que el portavoz adjunto en el Congreso no se retire de la carrera. Pero él confirmó en EL ESPAÑOL: "Ya es tarde para un pacto. Que Inés se integre en mi candidatura y convenza a Villacís"
Según relatan desde el entorno de Arrimadas, la líder de Cs ha tomado la decisión de dejar pasar un tiempo. "No quiere entrar en la pelea interna", aseguran sus más allegados. También admiten que la relación con Bal se ha quebrado.
La disputa entre los dos políticos, amigos íntimos hasta antes de ayer, tiene su germen principal en la ley del sólo sí es sí, apoyada por los liberales gracias a las presiones de Bal, que impuso su criterio técnico por su experiencia como abogado del Estado. Arrimadas entonces decidió hacerle caso.
Sin embargo, una vez constatado el efecto perverso de la norma con un goteo incesante de rebajas de penas a agresores sexuales y violadores, la líder naranja se arrepintió por el voto a favor de su partido y hasta se disculpó en varias ocasiones. Bal, por el contrario, se ha jactado de respaldar la polémica ley Montero.
Concretamente en este diario se reafirmó al indicar que no le daba "absolutamente ninguna" vergüenza haber apoyado la ley. "Sigo pensando más en el sí que en la abstención. Si mis compañeros me hubieran dicho que estábamos más cómodos con la abstención, me habría parecido bien. Fue una decisión colegiada", subrayó.
De momento no parece que haya una solución ala vista. Tras declarar en EL ESPAÑOL que no tiene pensado retirar su candidatura, Bal ha dicho que podría avenirse a un pacto, pero sólo si la persona elegida para dirigir el partido le convence.
En los próximos días, Arrimadas espera poder disuadir a su compañero para no terminar de romper en dos el partido en una lucha contra el que hasta hace menos de cuatro meses presumía ser su "fiel escudero".