Hay una pequeña rebelión cocinándose en el complejo de la Moncloa. Entre los trabajadores crece el malestar porque pasan frío debido a los límites a la calefacción impuestos por el decreto de ahorro energético. Pero no todos. En la zona noble, en cambio, "la gente va en mangas de camisa", según manifiestan a EL ESPAÑOL fuentes sindicales.
Cada vez están llegando más quejas al comité de empresa porque, en los edificios que dependen del Ministerio de Presidencia, las condiciones de temperatura no son idóneas. En cambio, aunque nadie lo ha medido, sospechan que en los de Presidencia del Gobierno no se están cumpliendo los límites en el uso de la calefacción.
Las fuentes, que han pedido permanecer en el anonimato, hablan de ordenanzas haciendo guardias en los pasillos con el abrigo y la bufanda, frente a policías en manga corta en los accesos de seguridad. También de personal de limpieza que se come el bocadillo en una sala para el servicio pasando frío y que, después, sale sudando de limpiar el palacio donde está el despacho del presidente.
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Cuentan que las calefacciones se apagan cuando se van a casa los puestos de responsabilidad, independientemente de los que queden ahí trabajando. "Se ve que somos de un nivel más bajo", denuncian.
"En la zona de Presidencia del Gobierno no están aplicando las normas y, cada vez que pasas por ahí, dan ganas de quedarse", añaden. "Unos llevamos abrigo mientras en la parte noble trabajan en mangas de camisa", resumen.
El pasado verano, el Gobierno aprobó un Real Decreto ley por el cual se establecieron límites al aire acondicionado y a la calefacción en los edificios administrativos. El objetivo era reducir el gasto energético debido a la guerra de Ucrania. En verano, el tope al aire acondicionado es de 27 grados y, en invierno, la calefacción no puede superar los 19.
Pero lo que irrita a los trabajadores no son los límites en sí, sino el agravio comparativo según dónde estén destinados. Por eso, el próximo día 15 se celebrará una reunión entre el comité de empresa y el departamento de prevención de riesgos, en la que se tratará este tema.
La intención es trasladar después las quejas a la directora de servicios, la máxima autoridad en cuestiones de personal. "Hay un descontento muy grande y tememos la llegada de lo más crudo del invierno, porque va a hacer todavía más frío", relatan desde un sindicato.
"Es incómodo trabajar así"
El complejo de la Moncloa se extiende por 20 hectáreas de la Ciudad Universitaria de Madrid. Los edificios se dividen entre los que se dedican específicamente al Gobierno —Presidencia— y los que se encargan del funcionamiento de todo el complejo —en el Ministerio de la Presidencia, desde la limpieza a los administrativos—.
En el primer grupo entrarían edificios como el famoso Semillas, el del Portavoz, o el Palacio, que es la residencia del presidente y su familia. En el segundo, se encuentran el INIA —sede del Ministerio de la Presidencia— y el edificio Servicios.
Dentro de este segundo grupo no siempre se trabaja de forma presencial. Los que preparan el Consejo de Ministros sólo tienen que ir los lunes y los martes; los administrativos acuden los jueves y los viernes. Además, por regla general, a las 17.00 horas los funcionarios ya acaban su jornada laboral.
Los sindicatos denuncian que no hay calefacción cuando el trabajo presencial no es obligatorio. "Pero para los ordenanzas no hay nada voluntario", aseguran. "Ellos tienen que ir todos los días y no siempre tienen calefacción", añaden. "Además, en cuanto el resto del personal se va a casa por la tarde, se apaga la calefacción a pesar de que los ordenanzas se tienen que quedar hasta la noche", apuntan.
También critican la diferencia de temperatura que hay entre las plantas nobles de estos edificios y las de los trabajadores rasos. Por ejemplo, en el de Vicepresidencia "tienen la temperatura que ellos quieren y es distinta en cada planta". "Si el ahorro y las medidas tienen que ser, que sean para todos", añaden las fuentes.
Los sindicatos subrayan que no les están llegando quejas por el frío de los edificios que dependen de Presidencia del Gobierno, lo que les confirma que hay diferencias de temperatura. Para ellos, el mejor termómetro es el personal de limpieza, puesto que entra y sale de un centro y otro.
"Las de la limpieza no tienen ni calefacción para merendar en el sitio donde lo hacen. Se tienen que sentar a comer el bocadillo con frío. Luego vuelven de limpiar en otro lugar y se escandalizan porque tienen muchísimo calor", subrayan. "Es muy incómodo trabajar así, ojalá ahorraran en otras cosas", añaden.