28 de noviembre. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, acude a un acto y dice que su partido va a defender a capa y espada su enmienda a la Ley Trans. Esa que pone coto a la autodeterminación de género en los menores de edades comprendidas entre los 12 y 16 años. Dice que es para "reforzar la seguridad jurídica de los menores" y que es algo "imprescindible y fundamental".
22 de diciembre. Este jueves. Ni siquiera ha pasado un mes desde que la ministra pronunció aquellas palabras y el PSOE va a hacer valer sus 120 diputados en el Congreso para votar a favor de la Ley Trans. Sin embargo, esa enmienda imprescindible y fundamental no está, se ha caído por el camino.
Los socialistas presentaron esa y otras enmiendas para calmar a su sector feminista ortodoxo, muy crítico con la norma nacida del Ministerio de Igualdad. El partido se volcó en argumentar que se hacía por reforzar la seguridad jurídica de los menores y que la ley no tuviera que ser revisada después, como la del sólo sí es sí, o que acabase tumbada por el Tribunal Constitucional.
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Al final, esa exigencia se ha aparcado para evitar una colisión con el socio del Gobierno de coalición, Unidas Podemos.
De hecho, tal y como ya publicó EL ESPAÑOL, antes incluso de defender la enmienda en la Comisión de Igualdad encargada de tramitar la norma, el partido ya había decidido votar a favor del dictamen general de la ley, independientemente de que la corrección socialista prosperase o no.
Varias voces dentro del PSOE reconocen que se trata de una incongruencia difícil de argumentar, fruto de un cálculo político que salió mal, esperando que Unidas Podemos pudiera ceder en su postura o que el PP pudiera acudir a un eventual rescate de ese matiz.
Y eso ya se le ha echado en cara al partido. Ayer, durante el debate previo a la votación de este jueves, la diputada del PP Rosa María Romero lo subrayó: "¿Qué pasó con esas enmiendas para proteger a los menores y que tengan más garantías y para que fuera más constitucional?".
Romero acusó al PSOE de "arrodillarse ante sus socios de Gobierno", de "renunciar a sus principios" y dijo que "es demasiado alto el precio que pretenden pagar sólo para que Pedro Sánchez siga en la Moncloa".
Todas votarán a favor
La Ley Trans ha provocado un cisma en el PSOE que no se veía desde la defenestración de Pedro Sánchez en 2016. De hecho, varias socialistas participaron el pasado viernes en distintas movilizaciones contra la norma e incluso se promovió la protesta desde dentro de las filas del partido.
A pesar de ello, fuentes socialistas comentan que lo más esperable es que todas las diputadas feministas voten a favor de la norma, por muy grande que pueda ser su debate interno. Lo harán, primero, por disciplina de partido, algo muy arraigado entre los socialistas.
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Pero también por miedo a la reacción que pueda tener la formación contra ellas si se salen del camino marcado. A fin de cuentas, el partido establece en su normativa que los diputados están sujetos a la disciplina de voto y las elecciones de 2023 están muy cerca: una rebeldía de ese tipo puede influir en la conformación de las listas.
La única duda planea sobre lo que hará la exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo. Ella lidera el sector feminista del PSOE y ha sido la voz con más autoridad dentro del partido en criticar la Ley Trans.
Para ella, votar a favor de la norma sería otra incongruencia. Quién sabe si equiparable a aprobarla aunque se piense que no es segura, jurídicamente hablando, para los menores. Este diario preguntó por el asunto a Calvo, pero la exvicepresidenta eludió dar una respuesta. Y nadie en el grupo parlamentario se atreve a hacer vaticinios sobre el sentido de su voto.