A Feijóo le incomoda la fórmula de Castilla y León, con un gobierno de PP y Vox. No es ningún secreto. Por eso este sábado en Zaragoza, en el acto de presentación de los doce aspirantes de su partido a las elecciones autonómicas del 28 de mayo, ha expresado: "Aspiramos a ganar con mayorías, no a ser minorías influyentes, ni a dejarnos someter a las minorías que nos circunvalen", en una clara referencia al partido de Abascal.
Sin entrar en la polémica que se ha generado en torno a las nuevas medidas "provida" aprobadas por el Ejecutivo de Mañueco, el líder del PP sí ha emplazado de forma rotunda a sus candidatos para que ganen con "una mayoría contundente". La misma expresión usada por Juanma Moreno en la campaña de las andaluzas, que le valió la mayoría absoluta.
Feijóo ha asegurado que no quiere "liderar un bloque de partidos". También ha recordado su tesis de que el Gobierno de Sánchez está intervenido, por "Podemos" y por una "minoría independentista de ERC y Bildu", para remarcar que él quiere sortear toda dependencia de fuerzas radicales, que en este caso sería una y opera desde la derecha.
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Para lograr este ambicioso objetivo, ha planteado en el primer acto de precampaña dos disyuntivas. La primera: "Cualquier voto a los candidatos del sanchismo, en un ayuntamiento o en una comunidad autónoma, es apuntalar a Sánchez. Les guste o no, eso es así".
La segunda: "Somos el partido constitucionalista que le queda a España, hay gente que votó al PSOE y que le gusta Constitución. Si mañana hubiese un referéndum de la Constitución Española, habría una inmensa mayoría de ciudadanos que votarían a favor. A esos les pedimos el voto".
"Cambio político"
Con esta declaración, el líder del principal partido de la oposición abunda en su estrategia de capitalizar todo el espacio que confluye desde el centro-izquierda hasta el centro-derecha. Es ahí donde espera cosechar un buen número de papeletas para ganar en las próximas elecciones.
A juicio de Feijóo, lo que está claro es que este doble año electoral en España se va a saldar con "un cambio político. Por una cuestión de honestidad, de dignidad y de moral", ha subrayado ya a modo de crítica hacia el Ejecutivo de Sánchez.
Buena parte de su discurso, de hecho, ha estado dirigido a denunciar los recientes escándalos gubernamentales: desde la derogación de la sedición hasta el efecto perverso de la ley del sólo sí es sí, pasando por la rebaja de la malversación.
"Si Sánchez no corrige estos despropósitos, lo haré yo. Y en la primera votación de la siguiente legislatura volveremos a imponer la pena a los violadores y la pena a los corruptos que utilizan el dinero de los ciudadanos para fines ilícitos. Vamos a reponer otra vez la responsabilidad en nuestro país. Estamos preparados", ha proclamado en su arenga.
Sobre la rebaja de la malversación, se ha mostrado especialmente crítico al especificar que le "duele" que el Gobierno lleve "semanas intentando convencer con que hay una malversación buena y otra mala". Este delito, ha enfatizado, "es la peor corrupción siempre, tanto si su fin es lucrarse personalmente como si es conspirar contra la nación o crear una red clientelar para mantenerse en el poder durante décadas".
El presidente del PP ha resumido su proyecto en: "Poner cordura donde gobierna la insensatez, poner mayoría donde gobierna la minoría, poner palabra donde gobierna el engaño, poner respeto donde gobierna el insulto, poner al PP donde gobierna Sánchez". "Ahí vamos a pretender cumplir la palabra dada", ha añadido.
Ya con la mirada puesta en la cita con las urnas, Feijóo ha repetido varias veces "aquí salimos a ganar". En esa línea, ha hablado de la "merecida derrota del PSOE", reconvertido -ha matizado- en el "partido de Sánchez".