Vía libre para el escudo social. El Congreso ha convalidado el decreto con medidas anticrisis por la situación provocada por la guerra en Ucrania, que incluye bajadas en el IVA de productos de primera necesidad y la congelación del precio del alquiler, entre otras. La votación, que estaba asegurada por la abstención del PP, Vox y Ciudadanos, ha servido también para activar el modo precampaña del PSOE con los datos económicos por bandera.
El tercer paquete anticrisis es, a todas luces, el más ambicioso políticamente de los aprobados durante la legislatura. Con él, el Gobierno elimina el IVA de todos los alimentos de primera necesidad y rebaja del 10% al 5% el del aceite y la pasta, alargar el tope del 2% a los alquileres a quienes tengan el contrato en vigor, mantiene las bonificaciones de 20 céntimos por litro de carburante a transportistas y entrega un cheque ayuda de 200 euros a rentas inferiores a 27.000 euros.
En un momento de incertidumbre por las encuestas, el Gobierno se ha enfrentado a su votación más cómoda: a pesar de no haber negociado los términos del paquete con ningún grupo, sólo siete votos en contra. El cambio de estrategia de la derecha, en este sentido, obedece a una estrategia simbólica más que práctica, dado que el Gobierno contaba con votos de sobra para sacar el decreto adelante.
Tal era la placidez de la votación que la defensa del Gobierno no corrió a cargo del presidente, sino del ministro Félix Bolaños. "Es difícil decir que no a este elenco de medidas a no ser que lo que se quiera sea hacer daño al Gobierno", ha expresado, para añadir luego que la oposición "debería apoyarlo por patriotismo y sentido común".
"Difícil decir que no"
Así lo ha defendido el ministro de Presidencia. Que la votación haya sido holgada y que ni siquiera la derecha se haya opuesto al escudo social –por lo menos en el sentido del voto, no tanto así en sus declaraciones– es definitorio.
El también ministro de Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática ha remarcado que la situación "es compleja" y que "quedan incertidumbres por despejar", pero ha añadido que "la sociedad debe tener la certeza de que por cada incertidumbre el Gobierno aportará una seguridad".
El Ejecutivo acudió a este pleno extraordinario, el primero del año, con el relato de la mejora de datos económicos y de las perspectivas para los próximos meses, que ya se han incorporado como discurso a los actos preelectorales del presidente. Especialmente, porque no se han cumplido las negras previsiones de otoño, incluidas las que esgrimió el PP antes del invierno.
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Pruebas piloto
Los buenos datos económicos están sirviendo como pruebas piloto para cerrar algunas de las negociaciones pendientes en el Gobierno. La coalición PSOE-Unidas Podemos entró en 2023 con buena parte de las tareas resueltas, pero muchas incertidumbres sobre cómo acometer sus últimos pasos legislativos. Esto es, las "incertidumbres por despejar" que decía Bolaños.
Por ejemplo, según indican fuentes del Ejecutivo, la promocionada reducción del IVA lleva discutiéndose desde septiembre, cuando la vicepresidenta Yolanda Díaz empezó a hablar públicamente de la necesidad de topar los precios de los alimentos. El asunto lleva meses estorbando en la Mesa del Consejo de Ministros.
Pero ahora la idea, al menos en un principio, es esperar a ver si las nuevas medidas consiguen reducir los precios –la llamada "inflación subyacente"– antes de decidir el siguiente paso. Si la rebaja del IVA funciona no hay más que hablar; si no, volverán las presiones –nunca se han ido– de Podemos para reclamar una intervención temporal a las grandes superficies.
El mismo criterio se aplica a la vivienda. La última semana de diciembre, durante las negociaciones intestinas del escudo social, el PSOE cedió a congelar el precio de los alquileres durante seis meses, algo que ya adoptó durante la pandemia pero que genera discrepancias entre sus filas. Ahora, Unidas Podemos la utiliza como prueba piloto y para pactar los últimos puntos de la Ley de Vivienda.
Por ese frente, silencio administrativo "por el bien del acuerdo". El avance en las negociaciones entre los dos socios de Gobierno no excluye de divisiones internas en algunos de los puntos clave del año 2023, como son las medidas contra la inflación y el envío de armas a Ucrania.
Todavía queda mucho camino por andar en este sentido, y reanudar la actividad parlamentaria en el nuevo curso no ha hecho sino despertar las viejas rencillas en la coalición, sobre todo en un momento en que tanto el PSOE como Unidas Podemos ya están engrasando su maquinaria electoral. Aunque hay quien dice que nunca estuvieron dormidas.