Pedro Sánchez cree haber encontrado en los debates en el Senado con Alberto Núñez Feijóo la clave del éxito, a base de atacar directamente la solvencia del líder de la oposición. De esa forma responde a las críticas de su oponente y futuro adversario en las generales de diciembre.
Sin embargo, Sánchez se encontró este martes con una intervención más contundente y estructurada del líder del PP. Y, sobre todo, se dio de bruces con un asunto muy incómodo para el Gobierno y que no deja de dar quebraderos de cabeza a la Moncloa: la llamada ley del sí es sí con sus más de trescientas reducciones de condena a delincuentes sexuales.
El presidente del Gobierno volvió a hacer de oposición del líder de la oposición con más énfasis incluso que en otras ocasiones, poniendo de manifiesto los errores de su oponente, su trayectoria y sus propuestas.
Sánchez llegó al punto de imputar a Feijóo los viejos casos de corrupción del PP, concretamente los de hace más de 15 años, cuando él era consejero de la Xunta o presidente de Correos.
Así, al cuestionamiento de su Gobierno por parte de Feijóo, Sánchez respondió con teatralidad y tono jocoso proponiendo que los actuales ministros fueran sustituidos por Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana y Jaume Matas. Todos ellos fueron ministros de José María Aznar hace 20 años.
En su respuesta, el líder del PP sólo hizo mención de pasada a "los expresidentes del PSOE", en referencia a Manuel Chaves y José Antonio Griñán, pero sin citarlos, y evitó contestar con detalle con nombres de otros ministros socialistas condenados como José Barrionuevo.
Fuentes del equipo de Feijóo explican que no quiso "ponerse a la altura de Sánchez" y que renunció a convertir el debate en un intercambio de respectivos casos de corrupción de hace años, cuando ninguno de los dos estaban al frente de PP y PSOE.
Tanto empeño puso Sánchez en la labor de desgaste de su adversario, que gran parte de su réplica a Feijóo la dedicó a erigirse en líder de la oposición en Galicia y a atacar la gestión de su adversario en esa comunidad autónoma, donde logró cuatro mayorías absolutas.
"Con su salida de la Xunta han ganado los gallegos, pero hemos perdido todos los españoles", le dijo para responder a sus críticas a su gestión.
Así, el equipo de Moncloa celebró luego lo que considera un nuevo episodio de desgaste de la figura de Feijóo a través de las largas réplicas del presidente del Gobierno.
"Lo vamos a corregir"
Feijóo se aferró al fiasco de la Ley del sí es sí para acusar de "insensibilidad e irrelevancia" al presidente. Utilizó palabras de Carmen Calvo en la cadena SER en las que explicaba que tanto ella como el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, eran conscientes de los fallos de la ley, pero la dejaron pasar dos veces por un Consejo de Ministros.
Le sirvió para poner en cuestión el feminismo de Sánchez, para acusarle de "revictimizar a las víctimas" y le pidió expresamente que se disculpe y que "asuma responsabilidades".
Pero en su respuesta, el presidente evitó la palabra "error", para insistir en el eufemismo de "consecuencia o efecto no deseado" e intentar reducirlo a sólo a "una cuestión técnica". "Nadie desea aliviar el castigo a los agresores sexuales", añadió
Ni disculpas, ni mucho menos asunción de responsabilidades. "Lo vamos a corregir", repitió sin decir cómo ni cuándo, ni referirse a las víctimas. Sí hizo defensa de su feminismo y su gestión en favor de las mujeres.
En esa labor de oposición desde la Presidencia del Gobierno, Sánchez hizo una intervención inicial que sonó también a cuestionamiento de la gestión de los Ejecutivos de las comunidades autónomas.
Así sonó porque criticó las bajadas de impuestos, los recortes en Sanidad y Educación, reivindicó los servicios públicos y arremetió contra los beneficios empresariales.
El presidente descalificó las 60 propuestas de transparencia presentadas por el líder del PP, exigiendo que desbloquee la renovación del Consejo General del Poder Judicial y contraponiendo (de nuevo) esas medidas con su gestión al frente de la Xunta. Le afeó que fiche a dos tránsfugas en Navarra mientras presenta el plan de regeneración y se burló de él tachándole de "estadista internacional".
Sánchez volvió a esgrimir en su favor la gestión económica, comparándola con las previsiones negativas -que él llama "anuncios del apocalipsis"-, con el anuncio de la subida del Salario Mínimo Interprofesional y el despliegue del llamado "escudo social".
La novedad es que esta vez, por sorpresa, habló de la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, de la desigualdad y del retroceso del Estado de bienestar.
Feijóo volvió a cuestionar esa eficacia económica, utilizó reiteradamente la palabra "sanchismo" e hizo dos "propuestas de Estado" que no tuvieron siquiera respuesta de Sánchez: que se discuta y vote en el Congreso la implicación de España en la guerra de Ucrania, y que se le informe y consensúe la Presidencia de turno de la UE que se inicia el 1 de julio.
Pero nadie está por los pactos y los consensos. Y mucho menos los martes que hay cara a cara en el Senado.
O gestiona tu suscripción con Google
¿Qué incluye tu suscripción?
- +Acceso limitado a todo el contenido
- +Navega sin publicidad intrusiva
- +La Primera del Domingo
- +Newsletters informativas
- +Revistas Spain media
- +Zona Ñ
- +La Edición
- +Eventos