Ramón Tamames ya tenía la oferta de Santiago Abascal encima de la mesa el día que comió con Alberto Núñez Feijóo, pero no lo reveló. El almuerzo tuvo lugar en casa del catedrático de Economía el pasado 24 de enero. Ocho días antes fue su primer encuentro con Santiago Abascal. Así lo ha contrastado este periódico de fuentes presentes en una y otra cita.
Suele organizar Tamames, prácticamente desde la Transición, una serie de tertulias en las que participan amigos suyos, pero también lo que podría entenderse como "personajes del momento". La influencia del exdirigente del PCE no ha mermado en las últimas décadas y las personas-noticia siguen pasando por su domicilio a orillas del Santiago Bernabéu.
Ese fue el caso de Núñez Feijóo, que acudió a una reunión informal en la que participaron algunos miembros de la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales –institución de la que forma parte Tamames– y otros amigos del anfitrión. Estaban, por ejemplo, el presidente de esta Academia, Benigno Pendás; o el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado. También estaba invitado Miguel Herrero de Miñón –padre de la Constitución–, pero finalmente no pudo asistir.
Era Tamames el que repartía juego e iba dando la palabra. A grandes rasgos, todo eran preguntas para Feijóo, que iba desgranando su análisis de la actualidad. Visto desde el prisma del PP, la comida se encuadra en esa intensa ronda de contactos que está haciendo su candidato para adaptarse a Madrid. Un ambiente que todavía le resulta algo desconocido.
Se habló de la moción de censura de Vox a Pedro Sánchez, pero Tamames ocultó su condición de potencial candidato. Lo hizo por respeto a quien le había hecho la oferta –no era cosa pública– y porque todavía no había tomado una decisión. El sí definitivo lo dará este mismo miércoles tras una nueva reunión con Abascal, donde presentará al líder de Vox "el programa de gobierno" que ha escrito estos días.
No obstante, el veterano político, más que bregado en estas lides, aprovechó la ocasión para tantear a Feijóo. Ya en su encuentro con Abascal, anticipó a los dirigentes de Vox que mantenía una buena relación con el candidato popular y que intentaría consultarlo. El resultado de sus pesquisas lo comunicó en una segunda reunión con Abascal –convocada no para esto en concreto, sino para seguir avanzando en la preparación de la moción– el 31 de enero.
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Así lo hizo Tamames, preguntó de manera natural. Feijóo dio una respuesta muy parecida a la que venía exhibiendo en los medios de comunicación. Independientemente de quién fuera el candidato, nunca votaría en contra, pero tampoco a favor. Se abstendría. Y eso es lo que va a hacer ahora que conoce el nombramiento de Tamames como presidenciable.
En el transcurso de la comida, fueron mayoría los que se posicionaron en contra de la moción, al considerar que acabará "fortaleciendo a Sánchez". Pero Tamames lanzó un globo sonda y, además de negar ese supuesto, alabó la maniobra de Vox. Vino a decir, aunque con otras palabras: "Es una posibilidad de clarificar temas fuera de la disciplina de partidos".
En ese "fuera de la disciplina de partidos" estaba la clave. El candidato no iba a ser ningún dirigente de Vox, ni siquiera un afiliado. Tampoco alguien que hubiese simpatizado en público con Abascal. Iba a ser él: Ramón Tamames.
Menos de una semana después de aquel almuerzo, Feijóo se enteró por la prensa de que Vox había ofrecido a Tamames liderar la moción. "Pero no lo sabía cuando fue a su casa. Y allí, aunque se habló de la moción, Ramón no reveló que podría ser el candidato", reiteran distintos colaboradores del presidente del PP en conversación con este periódico.