El exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias compara a los periodistas españoles con los soldados nazis del "ejército de Hitler" por dar escasa credibilidad a la información que atribuye a EEUU la destrucción del gasoducto Nord Stream frente a las costas de Noruega.
"Habrá siempre quien diga que, incluso en el mundo de la derecha mediática, hay profesionales valiosos o incluso periodistas precarios sin malas intenciones que trabajan básicamente para mantenerse y mantener a su familia", admite Iglesias en su artículo semanal en la web Ctxt.
Pero a continuación traza el siguiente paralelismo: "¿Qué quieren que les diga? También en el ejército de Hitler había buenas personas, padres de familia que abrazaban con verdadero amor a sus hijos pequeños, oficiales que hubieran preferido que los nazis no llegaran al poder, e incluso jóvenes generosos capaces del mayor heroísmo en la batalla e incluso de ser piadosos con el enemigo derrotado o de tener un gesto humano con el judío que iba a ser gaseado. Pero formaban parte del ejército de Hitler. Punto".
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Pablo Iglesias menciona expresamente a varios periodistas, entre los que cita al director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, Ana Rosa Quintana y al director del diario La Razón, Francisco Marhuenda.
Y estos nombres le llevan a la siguiente reflexión: "A todo ese mundo mediático nauseabundo, los debates sobre la ética en el periodismo le resbalan, en el fondo y en la forma. Para hacer su trabajo estarán siempre dispuestos a repetir cualquier mentira una y mil veces, a aceptar documentos falsos y a darse premios de periodismo entre ellos sin ningún pudor. No tienen ni escrúpulos ni problemas de conciencia. Que uno de los grandes logros de Podemos haya sido ponerles frente a un espejo les ha podido molestar, pero solo les ha ratificado en sus prácticas corruptas".
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El exvicepresidente del Gobierno expone esta crítica indignado, porque en España ha tenido poco eco la información publicada en un blog por el periodista norteamericano Seymour Hersh (quien obtuvo un premio Pulitzer hace 53 años, en 1970), según la cual buzos de EEUU habrían sido los responsables de la voladura del gasoducto Nord Stream, para frenar el suministro energético de la Rusia de Putin a Europa.
Pablo Iglesias reconoce en su artículo que Seymour Hersh (quien atribuye la información a una única fuente anónima vinculada a servicios de inteligencia) "no da pruebas inequívocas de la autoría".
La bomba de Carrero Blanco
Pese a estos reparos, el líder en la sombra de Podemos da por completamente cierta la información (que han puesto en cuarentena los grandes medios norteamericanos), para construir su discurso en el que vuelve a alinearse, de nuevo, con la propaganda de Vladimir Putin.
Y así critica que los medios de comunicación españoles presenten la invasión rusa de Ucrania como "una suerte de guerra de liberación nacional del pueblo ucraniano frente al invasor ruso, en la que el apoyo occidental a Ucrania responde a razones humanitarias y a la defensa de la democracia frente al autoritarismo. Algunos no han dudado en comparar a Ucrania con la República española abandonada por las potencias democráticas tras el alzamiento de Franco".
Y finalmente carga con sarcasmo contra quienes critican el "pacifismo" que defiende Podemos en el conflicto de Ucrania.
"De haber vivido en otra época", señala al respecto, "habrían dicho que pacifismo eran las bombas de la Rote Armee Fraktion contra las bases de la OTAN, los vietcong matando marines, la pistola de Enrique Líster que elogiara Machado o el vuelo del almirante Carrero Blanco después de que los que muy pronto serían llamados los milis accionaran la bomba en la calle Claudio Coello".