El presidente del Gobierno se ha vuelto a mostrar este miércoles decidido a reformar la Ley del solo sí es sí. Lo ha hecho justo un día después de que sus socios habituales le hayan dado la espalda en el Congreso, posicionándose del lado del Ministerio de Igualdad de Irene Montero.
En los pasillos del hemiciclo, durante la sesión de control al Gobierno de esta mañana, los periodistas le han preguntado a Pedro Sánchez si le "molesta" que sus rivales políticos siempre le echen en cara las rebajas de penas a condenados.
"Hombre, no. Vamos a resolverlo", ha dicho el presidente taxativamente.
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El PSOE intentó ayer dotar de urgencia a su proposición de ley para reformar el sólo sí es sí. Aunque consiguió que se acorten los plazos a la mitad, no logró que entrara en el pleno de la semana que viene, tal y como era su intención inicial.
Esto se debió a que, en la Junta de Portavoces, ERC y EH Bildu, en otras materias aliados habituales del PSOE, se pronunciaron en contra. Los dos partidos independentistas estaban esperando que hubiera un acuerdo entre los socialistas y el Ministerio de Igualdad sobre la forma en la que abordar la reforma.
Pero la llamada de la ministra Irene Montero nunca llegó. ERC y Bildu fueron los primeros en pronunciarse y ya no se preguntó más, porque se había roto la unanimidad necesaria, pero otros socios menores como Más País también habrían votado en contra.
Con esta situación se dibuja un panorama en el que el PP parece el único aliado parlamentario con el que cuenta el PSOE para su ansiada reforma. Todo ello con el coste político que implica, ya que la toma en consideración se votará el 7 de marzo, a las puertas del 8-M, y se verá la alianza de los socialistas con la derecha.
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Desde el PSOE, que sufre más en las encuestas por las rebajas de penas, esperan que sirva para perfilarse como el partido que busca la solución, frente al bloqueo en las negociaciones que impone, consideran, sus socios de Unidas Podemos.