El Gobierno se prepara para ir dividido al 8-M. La fractura generada por el sólo sí es sí no es ya una pugna sobre cómo reformar una ley, sobre asuntos técnicos o departamentos legales, en la coalición todos tienen claro que se trata de una disputa sobre la bandera del feminismo. En concreto, sobre quién podrá enarbolarla este año electoral.
"El PSOE no puede presentarse a la manifestación ese día en contra de la ministra de Igualdad", valoran fuentes de Unidas Podemos. Sobre todo, tanto los morados como los socios de la investidura consideran que Irene Montero es la promotora de la ley, que cualquier reforma debería llevar su sello y que al PSOE no le interesa jugársela con el 8-M.
Este martes, Podemos obtuvo una victoria al retrasar el debate de la proposición de ley del PSOE para reformar el sólo sí es sí. El voto en contra de ERC y EH Bildu en la Mesa del Congreso dilató los plazos una semana y relega la votación al pleno del 7 de marzo, esto es, la víspera del Día Internacional de la Mujer, donde se esperan varios pronunciamientos contra lo que los morados llaman "el Código Penal de La Manada".
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La lectura que hacen fuentes de Podemos es que, de llegar al 8-M enfrentados, ellos serán los grandes beneficiados. "Al PSOE no le interesa", opinan, y por eso tienen fe en que los socialistas acaben cediendo ante el Ministerio de Igualdad en la negociación que está bloqueada desde hace semanas por falta de acuerdo.
"Se levantaron de la mesa sabiendo que Igualdad había accedido ya a reformar la ley, y eso que Igualdad no quiere reformarla: Igualdad cree que está bien hecha", aseguran otras fuentes del partido.
La prioridad en Podemos es que el socio mayoritario no apruebe una reforma "que es prácticamente la misma que la del PP, que está en contra de la ley. No es un farol. Cuando Irene dice que quiere un acuerdo es porque todavía hay tiempo", recalcan.
En el PSOE no lo tienen tan claro. En las filas socialistas existe la convicción de que el PSOE representa al movimiento feminista tanto o más que Podemos, pero hay quien empieza a plantearse que no han elegido bien los tiempos. Que la coalición llegue dividida a la manifestación más importante del año electoral sería un desastre que todos quieren evitar.
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Su lectura, en este caso, es que es mejor llegar al 8-M "con la ley arreglada", aunque sea con el PP, a presentarse en la manifestación con trabajo por hacer. Ya el año pasado hubo dos manifestaciones enfrentadas, evidenciando que la fractura no era sólo cuestión de siglas.
"Podemos equivocarnos y, cuando nos equivocamos, nos afanamos en resolver el problema", señaló Pedro Sánchez este miércoles, recalcando que el sólo sí es sí no es tan perfecto como lo pinta Igualdad.
A ojos del PSOE, la prioridad no es tanto que Irene Montero participe en la reforma, sino hacerla cuanto antes para acallar las críticas por el aluvión de rebajas penitenciarias a agresores sexuales. Y de paso evitar un (otro) 8-M de fractura.
Fuentes de Podemos aseguran que, a pesar del ruido y el enfado de los movimientos feministas, nadie en el partido ni en el Ministerio de Igualdad está pensando en agitar la calle contra sus socios de Gobierno. Pero advierten: la vía tampoco va a ser pacífica.
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