Podemos se planta contra Yolanda Díaz: "Queremos disputarle el Estado al PSOE, no ser su muleta"
La proclamación del tándem con el presidente durante la moción de censura no convence a los morados a una semana del lanzamiento de Sumar.
27 marzo, 2023 02:51La moción de censura le ha servido a Yolanda Díaz como puesta en escena para propulsarse a las elecciones generales a la americana, como un ticket electoral del denominado "espacio progresista" con Pedro Sánchez de acompañante. La visión que se proyecta desde el martes es la de un tándem inamovible, una coalición unida y un reparto de los focos entre presidente y vicepresidenta, con Podemos fuera de la foto.
Ni en Ferraz ni en Moncloa ocultan su cercanía con la ministra de Trabajo ni Díaz disimula su sintonía con los socialistas, con quienes despacha habitualmente en los Consejo de Ministros mientras Ione Belarra e Irene Montero se mantienen al margen. En Podemos chirría esta complicidad, que interpretan como una especie de pinza para despojarles de su bandera, sus leyes y su electorado.
"Lo que le molesta a algunos del PSOE es que nosotros estamos aquí para disputarles el Estado, no para ser su muleta", resumía esta semana una fuente de la dirección morada. En el espacio temen que el tándem Sánchez-Díaz acabe fagocitando a Podemos, sus posturas y su peso dentro del Gobierno; de hecho, Belarra hizo amago de forzar su intervención y la de Montero, pero Moncloa lo frenó antes de despegar.
Las rencillas vienen de antes. En Podemos no olvidan que los socialistas mantienen bloqueadas las leyes de Vivienda y Familias de Belarra, que votaron contra la ley del sólo sí es sí de Montero y que "no se movieron lo suficiente" para reformar la Ley Mordaza, que lleva en vigor más tiempo en vigor bajo gobiernos del PSOE que del PP. Todo esto, acusan, no ha pasado factura entre el socio mayoritario y Yolanda Díaz.
Fuentes de la Moncloa transmiten el mensaje de "o nosotros o el abismo", que ha estado presente en las intervenciones de los últimos meses del presidente y se vio más nítidamente aún durante la moción de censura. El paradigma con el que juegan Sánchez y Díaz es que el bipartidismo puede que haya muerto tal y como lo conocíamos, pero sigue presente en forma de bloques: el progresista contra el conservador.
Esta misma premisa será parte fundamental del mensaje de campaña del PSOE y de Sumar, cuyo primer acto tuvo lugar esta semana en el Congreso por gentileza de Vox. Sánchez, en suma, hizo una apuesta por Díaz, porque se viera con claridad que van de la mano y que ellos son la garantía del bipartito y de una alianza muy erosionada por las constantes fricciones con Unidas Podemos.
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Poco entusiasmo
La frialdad comenzó antes incluso del discurso triunfal de la vicepresidenta. En Podemos no pasó inadvertido cómo Díaz entró en el Congreso de los Diputados el martes a las nueve de la mañana, flanqueada por dos de sus ministros –Garzón y Subirats– y el líder de los Comunes, Jaume Asens. Horas más tarde, ya después de su intervención, todos los potenciales aliados de Sumar la auparon como "presidenta".
En medio del jolgorio colectivo al que también se sumaron los socialistas, en Podemos callaron. Un retuit desde la cuenta oficial del partido y otro de la secretaria general, Ione Belarra, fueron su forma de curarse de espanto de cara a la galería, pero ya. Al poco, la propia ministra de Derechos Sociales salió al pasillo minutos después a aclarar que el progresismo "hay que demostrarlo con hechos".
Irene Montero, por su parte, elogió fríamente las intervenciones de Sánchez y Díaz por "defender bien la tarea de Gobierno", para luego recordarles los deberes pendientes de la coalición.
"Las caras de Podemos no eran de mucho entusiasmo", afirmaba un dirigente socialista el martes; sobre el discurso de Díaz esa misma tarde, "demuestra que a la izquierda del PSOE también se puede hacer política sensata", alababa. Voces de la Moncloa llegaron a decir que la vicepresidenta demuestra estar "perfectamente alineada con el presidente".
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Todos menos Podemos
Yolanda Díaz, tal y como destacó el propio Ramón Tamames, se sirvió de la iniciativa de Vox para propulsar su perfil de candidata. El discurso, de más de una hora de duración y coreografiado al milímetro junto a Pedro Sánchez, servía también como aperitivo para la presentación de Sumar el próximo 2 de abril, de la que se espera asistencia de toda la izquierda a la izquierda del PSOE menos de Podemos.
A la pugna PSOE-Podemos por las leyes pendientes se añade la que los morados mantienen de manera más intestina con la vicepresidenta, a quien llevan más de una semana amenazando con plantar en su puesta de largo. La cercanía de las elecciones del 28-M, a las que ella no concurre pero ellos sí, y la falta de claridad de Díaz desesperan al principal partido del espacio.
Porque todo, al final, gira alrededor de Sumar. Principalmente, de las condiciones y papeles que tendrá cada partido dentro de la –posible– coalición, condiciones que Díaz se niega a concretar y que para Podemos son imperativas. El jueves y el viernes, los dos bandos se reunieron en secreto para intentar solventar la situación y evitar aparecer separados el domingo que viene. Sin éxito.
Fuentes de la dirección morada explican que Belarra y Montero no pueden avalar con su presencia un proyecto del que no conocen ni un sólo detalle, ni siquiera el tipo de primarias para elaborar las listas. "No vamos a ir a un acto sin saber a quién representamos ni lo que vamos a aplaudir", resumen.
El 2 de abril se congregarán alrededor de Yolanda Díaz dirigentes como el ministro de Consumo, Alberto Garzón; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; o las líderes de la oposición en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, Mónica García y Rita Maestre, además de otros representantes de partidos como la Chunta Aragonesista o Equo. También miembros del grupo parlamentario Unidas Podemos, como Juantxo López de Uralde (Alianza Verde).
Como cuota del PCE asistirá también Enrique Santiago, uno de sus hombres de confianza; mientras que por los Comunes irán Jéssica Albiach, presidenta del grupo en el Parlament de Cataluña, y diputados como Aina Vidal y Joan Mena. Se mantiene la incógnita sobre Íñigo Errejón (Más País), Joan Baldoví (Compromís) y Alberto Rodríguez (Proyecto Drago), todos con buena sintonía con Díaz. Y mala con Podemos.