La delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, ha pedido al PSOE "ser honestos" y que admitan que su proposición de ley para reformar la Ley del sólo sí es sí no evitará que se revisen las penas a condenados por abusos sexuales.
Rosell considera que la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual es "una buena ley" y que, por tanto, "hay que dejar que se aplique". También ha insistido, siguiendo la tesis defendida por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero, que hay "una parte de la judicatura" que no ha aplicado bien esta norma, permitiendo la puesta en libertad o la rebaja de condenas a agresores sexuales.
En este sentido, Rosell ha dejado claro que no hay ninguna reforma impulsada desde el Poder Ejecutivo, como la del PSOE, que pueda poner fin a los efectos indeseados desde la entrada en vigor de la Ley del sólo sí es sí. "Las revisiones de condenas no las cambia ninguna reforma legislativa ni ejecutiva. Hay que ser honestos", ha advertido este martes en una entrevista en Els Matins de TV3.
Victoria Rosell responde así a las declaraciones de este lunes de la portavoz de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, que señaló que las enmiendas presentadas por Podemos a la propuesta socialista para reforma la Ley del sólo sí es sí "no solucionan el problema" de la rebaja de penas a agresores sexuales y violadores, como sí hace la propuesta del PSOE que plantea una reforma del Código Penal. Desde Podemos niegan esto último, al igual que la delegada del Gobierno contra la violencia de género.
"Las enmiendas que hemos presentado son para que no volvamos a la ley de 2015, como quiere el PP. Sería muy lamentable", ha opinado Rosell, que pide al PSOE sentarse cuanto ante en una mesa de negociación y evitar hablar y generar ruido en televisión.
Violencia e intimidación
Este lunes Unidas Podemos registró sus enmiendas a la reforma de la Ley del sólo sí es sí del PSOE tras no lograr un acuerdo con sus socios de Gobierno. Estas enmiendas van en la misma dirección que las que ERC y EH Bildu registraron la semana pasada, al incluir la violencia y la intimidación como un agravante y no como un subtipo penal, como quieren los socialistas.
El pasado jueves los dos socios de investidura, ERC y EH Bildu, rechazaron la propuesta socialista de volver parcialmente al Código Penal anterior y propusieron una nueva definición ampliada del consentimiento, así como incluir la violencia y la intimidación como agravantes del delito.
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Rosell fue la encargada ayer de explicar estas enmiendas y señaló que son la solución para "mejorar la aplicación de la ley" y para "no retroceder, deshacer o degradar el sistema del consentimiento" que, según afirmó, se estableció con la Ley sólo sí es sí.
Victoria Rosell considera viable este "equilibrio" en la reforma y ha recordado que "la mayoría feminista y progresista" que sustenta al Gobierno está basando sus enmiendas de esta misma manera. Además, tal y como recordó, las recomendaciones internacionales van en este mismo sentido.
Podemos tiende la mano al PSOE
Sin embargo, los socialistas rechazan las enmiendas de su socio de Gobierno alegando que únicamente su propuesta "evita los efectos indeseados". "Cuando uno plantea unas enmiendas es porque reconoce que hay un problema, que hay un error y algo que cambiar, lo que sucede es que estas enmiendas no corrigen ese error y desde luego no evitan esos efectos indeseados", insistió Alegría este lunes.
Desde el PSOE siguen sin aclarar si se plantean algún tipo de negociación o contacto con el PP para sacar adelante su propuesta, limitándose a recodar cómo se decidió por una amplia mayoría en el Congreso su toma en consideración, lo que incluyó el respaldo de los populares.
Podemos sigue tendiendo puentes con los socialistas para sentarse a negociar sin obtener, aún, respuesta.