El enfrentamiento entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central por los regadíos en Doñana ha dejado al descubierto la dramática realidad que atraviesa España: la sequía azota a una gran parte del territorio y no tiene visos de mejorar a corto o medio plazo. Hay provincias en las que no ha llovido desde que empezó el año.
Alberto Núñez Feijóo es consciente de que el agua será uno de los principales problemas con los que tendrá que lidiar si llega a la Moncloa. Por ello, ya está perfilando un plan nacional que ponga sobre la mesa propuestas concretas. Sin embargo no desvelará su contenido hasta después de las municipales y autonómicas del 28 de mayo, para no estropear la campaña electoral de su partido en estos comicios.
Tal y como admiten fuentes del Partido Popular a este periódico, el agua despierta muchos recelos entre territorios. Especialmente, cuando la premisa que fija a EL ESPAÑOL uno de los principales dirigentes del PP a la hora de esbozar una solución para el problema de la sequía es: "Generosidad de las comunidades que más agua tienen con las que más agua necesitan".
Para materializar esta idea, la única alternativa posible es diseñar una política de trasvases. Pero los populares, de momento, no tienen ninguna propuesta en esta dirección. Desde luego, no con la ambición que en su día mostró José María Aznar con su Plan Hidrológico Nacional, que contemplaba el trasvase del Ebro.
Según explican los populares, la intención de Feijóo es, en primer lugar, que los dos grandes partidos alcancen un "pacto" de consenso con el agua. Así reza, sin ir más lejos, en el programa electoral del 28-M: "El agua es una cuestión de Estado. España necesita un Pacto Nacional del Agua, fruto de la participación de todas las comunidades autónomas y sectores afectados, del diálogo y del consenso, y con la vocación de aportar soluciones en todo el territorio nacional".
Críticas al Gobierno
Este pacto, agrega el PP en su programa, "debe contemplar necesariamente las inversiones que se consideren prioritarias para el saneamiento, regulación, abastecimiento, mejora de la gestión de los recursos hídricos, ahorro y eficiencia, y control de las inundaciones; así como las actuaciones concretas para garantizar el recurso hídrico para regadíos, aprovechamiento y uso de las infraestructuras existentes".
A colación de la polémica en Doñana, Feijóo criticó duramente este jueves al Gobierno de España. En primer lugar, por insultar al presidente andaluz llamándole "señorito soberbio" por el plan de regadíos en la comarca de Huelva. En segundo lugar, por plantear una "política errática" en materia hidráulica.
Según denunció el líder de la oposición, el Ejecutivo "ha sido capaz de enfrentar a las comunidades autónomas entre sí sin resolver nunca ningún problema". En ese sentido, pidió a Sánchez "tener un mínimo de rigor en su política hidráulica, dejar de enfrentar a las comunidades autónomas" y atender a las reivindicaciones de los agricultores que quieren soluciones para poder regar.