El Gobierno ha llegado este jueves a un punto de fractura hasta ahora inédito en la coalición. El partido mayoritario del Ejecutivo se ha apoyado en la oposición para reformar la norma estrella del minoritario. En román paladino: el PSOE ha sacado adelante en el Congreso su reforma de la Ley del sólo sí es sí de Irene Montero en alianza con el PP.
El PSOE ha conseguido aprobar la proposición de ley que presentó de manera unilateral, tras fracasar los intentos de acuerdo con Unidas Podemos, con 233 votos a favor, 59 en contra y 4 abstenciones.
El PSOE ha contado con el apoyo del PP, Ciudadanos y PNV, entre otros, mientras que Podemos y sus socios, como ERC y EH Bildu, han votado en contra. Vox no ha participado en las votaciones, aunque ha permanecido en el pleno.
Muestra del mal trago que esto ha supuesto para los socialistas es que la bancada del PP se ha levantado para aplaudir en masa nada más votar la reforma. El PSOE, a pesar de ser el autor, no ha intervenido en los aplausos y ha sido llamativa la seriedad de las caras de las ministras socialistas.
La reforma llega 238 días después de la aprobación de la ley y tras la reducción de penas a 978 condenados por delitos sexuales. Y lo hace en medio de un clima casi irrespirable dentro del Ejecutivo. Mientras que el PSOE ha asumido la responsabilidad de frenar esa sangría de rebajas, Unidas Podemos acusa a los socialistas de volver al Código Penal de La Manada.
Andrea Fernández, secretaria de Igualdad del PSOE y encargada de defender la postura de su partido desde la tribuna, ha reconocido la "sensación agridulce" de pactar con el PP la reforma y ha acusado a los populares de intentar "sacar rédito de un tema tan sensible como la violencia sexual".
Eso sí, ha puntualizado Fernández intentando alejarse de las posturas del PP, se trata de "una reforma técnica" y que no modifica "ni una coma de la definición del consentimiento", clave en la norma. La ley es histórica para el feminismo, entre otras cosas, porque ya no hace falta mostrar si hubo violencia o no, basta con que no haya consentimiento.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha intervenido por sorpresa –los ministros del Gobierno tienen derecho a hacerlo– y ha enmendado la totalidad del discurso del PSOE. Ha tildado de "retroceso" al Código Penal anterior la reforma y ha dicho que ha sido su día "más difícil" en el Congreso. "Estamos volviendo a escuchar que el consentimiento es un teatro", ha dicho desde la tribuna.
Montero ha apuntado directamente a donde más le duele al PSOE: en el apoyo que le ha prestado el PP, a pesar de que los socialistas siempre reivindican que los populares nunca arriman el hombro a la hora de luchar por los derechos sociales, en general, pero sobre todo por los de las mujeres.
"Quizá si hoy votan a favor es porque esto no es un avance, sino un retroceso para los derechos de las mujeres", ha subrayado Montero.
La ministra de Igualdad se ha encontrado relativamente sola en la bancada del Gobierno. Sólo contaba a su lado con la de Derechos Sociales, Ione Belarra. Justo enfrente, la ministra de Justicia, Pilar Llop, ha acudido para dar la cara. Lo ha hecho de forma simbólica, ya que asumió la responsabilidad de frenar la sangría de rebajas de penas, pero no ha intervenido.
También se encontraba frente a Montero la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. La líder de Sumar había amagado con no acudir aprovechando la excusa de un viaje a Estados Unidos. De hecho, había llegado a pedir el voto telemático, pero finalmente ha acudido "para mostrar apoyo al grupo parlamentario", según fuentes cercanas a la ministra, aunque en todo momento se ha mantenido con el semblante serio.
La excepcionalidad de la situación ha sido subrayada a izquierda y derecha. "¿Es consciente de lo que está haciendo en términos políticos?", ha preguntado al grupo socialista la diputada de ERC Pilar Valluguera.
"El PSOE se alía con el PP, y eso que nos han estado diciendo durante tres años que son enemigos de los derechos de las mujeres, para modificar una ley de una ministra de su propio Gobierno", ha añadido. Su grupo presentó junto a EH Bildu una serie de enmiendas con la esperanza de que sirvieran de terreno común para que Unidas Podemos y los socialistas las apoyasen.
La portavoz del PP, Cuca Gamarra, también ha subrayado lo inédito de la dinámica en la que ha entrado el Ejecutivo. "Estamos ante un Gobierno que se censura a sí mismo, derogando una ley que es de ellos mismos; un Gobierno contra sí mismo, que se manifiesta contra la derogación de esta ley y contra sí mismo", ha dicho Gamarra, quien ha pedido que se asuman responsabilidades.
La aprobación de la reforma del sólo sí es sí con el Ejecutivo partido en dos cierra este jueves un ciclo. Nunca antes se había debatido tan acaloradamente en el Consejo de Ministros y la duda ahora es qué va a pasar con la coalición. Más aún, esperando que el tono se eleve de cara a las elecciones.