“Tiene la palabra en nombre del Gobierno la ministra de Igualdad”, dijo la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, durante el debate de la reforma o rectificación de la “ley del sólo sí es sí”.
Irene Montero subió a la tribuna para defender la postura de una parte del Gobierno, frente a la otra posición que representaba la ministra de Justicia, Pilar Llop, autora de la proposición de ley que se ha aprobado y presente en silencio en su escaño azul. "Hoy es el día más difícil que yo he vivido en este Parlamento como ministra", aseguró Montero en la tribuna.
Los ministros pueden intervenir cuando quieran en cualquier debate en el Congreso, pero no es habitual que lo hagan cuando se trata de proposiciones de ley de los grupos parlamentarios. De hecho, no lo hizo hace semanas cuando se debatió y votó la toma en consideración de la proposición de ley que usa el PSOE para salir del embrollo y el fiasco político que ha provocado casi mil reducciones de condena y un centenar de excarcelaciones de delincuentes sexuales.
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Nunca antes un miembro del Gobierno ha intervenido además para defender una posición contraria al resto del Gobierno y que, además, termina siendo derrotada. Llop, con respaldo del presidente Pedro Sánchez, del PSOE, del PP y del PNV, derrotó a la parte del Gobierno que representa a Unidas Podemos, apoyada por ERC y Bildu, habituales socios parlamentarios del Ejecutivo.
Moncloa desconocía que Montero fuera a tomar la palabra y, de hecho, no lo contemplaba el día anterior. Sí esperaba que se rebajara el tono con respecto al debate de totalidad de hace semanas cuando la portavoz de Unidas Podemos, Lucía Muñoz, situó al PSOE en el lado de “los fascistas” e insistió en la idea de que Sánchez quiere la “vuelta al Código Penal de la Manada”.
Para rizar el rizo, la intervención de Irene Montero, crítica con el PSOE y el resto del Gobierno, fue aplaudida desde el banco azul por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, máxima representación del Gobierno en el debate.
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Díaz no estuvo en el debate de la toma en consideración y también entonces votó a favor de no rectificar la ley y en contra del PSOE. Este jueves sí ha estado pese a que la víspera se anunció que no estaría y, de hecho, pidió voto telemático porque estaba de viaje desde Nueva York.
De hecho, la agenda oficial del Gobierno no decía que fuera a estar, mientras que sí constaba que estarían Pilar Llop, María Jesús Montero, Héctor Gómez, Ione Belarra e Irene Montero.
La vicepresidenta y ahora líder de Sumar es considerada próxima a Pedro Sánchez, hasta ahora no ha explicado su posición sobre la polémica ley y en los últimos días está enfrentada a Irene Montero por el horizonte de candidaturas electorales para las generales.
Yolanda Díaz fue, por tanto, derrotada en la votación y junto a Belarra aplaudió de pie a Montero, ante la silente Llop. Belarra, vestida de morado como Montero, se fundió en un abrazo con su compañera de partido y ministra de Igualdad cuando ésta acabó su intervención. Tras la votación, sólo aplaudieron los diputados del PP.
A la ministra de Justicia la apoyó con su presencia la ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero, que fue la primera que dijo en octubre que habría que cambiar la norma y estos meses ha sido el principal apoyo de Llop.
Sánchez no estuvo en la votación, como no estuvo en la del debate de totalidad, para dejar en manos de Unidas Podemos el coste del asunto.
Irene Montero ha sufrido una derrota política sobre la ley más icónica de su mandato por negarse a su reforma y Pilar Llop ha enmendado los errores del sistema de penas que elaboró su antecesor, Juan Carlos Campo, hoy magistrado del Tribunal Constitucional por decisión de Sánchez.
La votación sobre la rectificación de la ley que aprobó dos veces el Consejo de Ministros es el peor momento del Gobierno de coalición que, de facto, está rota hace tiempo y, además, dividido en la práctica en tres partes por la irrupción de Sumar.