Sánchez acusa a Vox de negacionistas del cambio climático y al PP de "hacer como si no existiera"

Con todos los líderes de los principales partidos cogiendo sitio en la parrilla de salida de las elecciones, el presidente del Gobierno se queda en Madrid. Pedro Sánchez ha elegido Fuenlabrada, uno de los bastiones históricos del socialismo, para calentar la campaña electoral que los tendrá a todos inmersos en el próximo mes. El leitmotiv de este primer mitin: reivindicar los logros y dificultades de la legislatura y acusar a la derecha de negacionista.

"Vox niega los efectos del cambio climático. Y el PP no los niega, pero actúa como si no existieran. Por tanto, ambos, unos por acción y otros por omisión, son negacionistas del cambio climático", ha señalado Sánchez. Es un discurso que el PSOE lleva reiterando desde hace una semana, tras la decisión de la Junta de Andalucía de regularizar los regadíos ilegales en Doñana. 

La Comunidad de Madrid es un mar de arenas movedizas para el PSOE. A Sánchez sólo le queda el llamado cinturón rojo, la lista de ciudades donde todavía resisten el envite del PP; de ellas, Fuenlabrada –que este viernes visitaron Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno– es la única en la que nunca ha gobernado la derecha. Un oasis socialista para empezar la campaña.

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Cómodo, cobijado por Teresa Ribera y Fernando Grande-Marlaska, el presidente del Gobierno es quizá el líder político que menos se la juega en las elecciones madrileñas, donde cualquier resultado que no sea una derrota digna sería una sorpresa. Conocedor de que su marca personal se proyecta a nivel nacional y que su partido es tan mastodóntico como diverso, con cada líder regional disponiendo a su cuenta y riesgo, Sánchez juega con la baza de la dicotomía.

"O nosotros o el abismo", repetían hace unas semanas fuentes de la Moncloa para explicar el discurso que ahora permea en cada palabra del presidente: o gobierna el sello de las izquierdas con Yolanda Díaz como tándem; o llegará el lobo de la derecha. El axioma se replica tanto a nivel estatal como municipal, como un imán que busque barrar el ascenso del PP en las encuestas. 

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De hecho, quitando el surco socialista al sur de la Comunidad, Madrid se da prácticamente por perdida. Las últimas encuestas ya empiezan a coquetear con que la líder del PP pueda incluso llegar a la mayoría absoluta sin tener que recurrir a Vox, como recalca este domingo un estudio de SocioMétrica para EL ESPAÑOL. 

Sólo así se explica que un acto de presentación de la candidatura socialista a la alcaldía Fuenlabrada haya quedado convertido en una reivindicación nacional. Además del juego de bloques, Sánchez volvió a defender la gestión de su Gobierno que pese a las crisis, las erupciones volcánicas y la guerra en Ucrania.

"Menos mal que hemos sido los socialistas los que gobernábamos España en unos momentos tan difíciles. Imaginaos cuando el viento sople a favor", ha recalcado, para luego incidir en que "el 28 de mayo se decide si queremos gobiernos para la mayoría o gobiernos que solo se dedican al interés de los de arriba".

Durante su intervención ante unos 1.500 asistentes, Sánchez ha dedicado buena parte de su discurso a reivindicar la ley más complicada de la legislatura, la de Vivienda, sellada el viernes de la semana pasada y que se aprobará el próximo jueves. Apenas 48 horas después, el presidente volvió al tema y anunció por sorpresa que pondría a disposición de ayuntamientos y comunidades 50.000 viviendas de la Sareb.

"Los pisos que compró la derecha para rescatar a los bancos quebrados se los vamos a devolver a la ciudadanía y a la gente joven del país", ha subrayado antes de cargar contra el PP como autor de una ley del suelo que "abrió las puertas a la especulación y la corrupción", además de vender la vivienda pública "a los fondos buitres". De nuevo, o nosotros o el abismo.