Los principios del PSOE respecto a la prostitución y la pornografía son cristalinos: hay que prohibir la primera y regular la segunda. Sin embargo, los socialistas han dejado pasar dos oportunidades para restringir el acceso de los menores a contenidos pornográficos y su ley para prohibir el proxenetismo duerme en algún cajón del Congreso sin visos de prosperar.
Aprovechando la tramitación de la reforma de la Ley del sólo sí es sí, que quedó definitivamente aprobada la semana pasada en el Senado, Junts presentó una enmienda para castigar a las plataformas que permitan el acceso de menores al porno. También proponía promover el control parental activado por defecto en los nuevos dispositivos tecnológicos.
Además, el partido independentista intentó con la misma enmienda condenar la llamada pornografía deepfake, aquella en la que se utiliza la inteligencia artificial para recrear de manera realista escenas pornográficas, usualmente sin el consentimiento de los protagonistas.
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El PSOE, sin embargo, rechazó esa enmienda hasta en dos ocasiones. Lo hizo hace dos semanas en el Congreso, votando que no junto a Vox. El resto de partidos, excepto el PP que se abstuvo, votaron a favor. Y el PSOE la volvió a rechazar la semana pasada cuando la reforma se ratificó en el Senado.
Desde Junts explicaban que su intención era proteger a los menores del visionado de pornografía y del "uso problemático de esta". Argumentaban que es necesario, dado el aumento de casos de violencia sexual entre menores y a la luz de recientes estudios que vinculan la pornografía con esta tendencia.
"Entendemos que la modificación urgente era del sí es sí y que no cabía más debate en esa ley", rebaten desde el PSOE. Sin embargo, otras fuentes parlamentarias, a izquierda y derecha del espectro ideológico, apuntan a motivos electorales y a la negativa de los socialistas darle un tanto político a Junts.
La decisión contrasta con la postura oficial del PSOE. La secretaria de Igualdad, Andrea Fernández, aseguró en una entrevista en EL ESPAÑOL que "el porno tiene que estar regulado en cuanto al consumo, especialmente para menores de edad".
Pero este no ha sido el único renuncio del PSOE en esta materia. El partido había prometido acabar con la prostitución esta legislatura y promovió el año pasado, en solitario, una ley para perseguir el proxenetismo.
Aunque su intención inicial era abordar el asunto en una enmienda a la ley del sólo sí es sí, el enfrentamiento con Unidas Podemos —que no tiene una postura unitaria frente a la prostitución— llevó a los socialistas a presentar una proposición de ley independiente que fue tomada en consideración en junio del año pasado.
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Desde entonces, la norma sigue atascada en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados y cada vez son más las voces en el PSOE que aseguran que ven complicado sacarla adelante esta legislatura.
Podrían hacerlo con el PP, con quien comparten la misma postura al respecto, pero las pocas conversaciones que hay son con los socios del PSOE. No parece que se vaya a llegar a un acuerdo, ya que Unidas Podemos no asume el marco sancionador que proponen los socialistas.
Sin embargo, el PSOE no quiere que la lucha contra la prostitución deje de ser una de sus banderas. En esa dirección, los socialistas aprobaron este mes de abril, en el programa marco con el que concurrirán a las municipales del 28-M, promover sanciones contra los clientes de prostitución.
Esta medida toma como ejemplo el modelo actual de Sevilla. Los socialistas prometen aplicarla en el resto de municipios que gobiernen. Pero esto no es más que un compromiso, una mera declaración de intenciones, algo muy alejado de la prohibición "histórica" que prometieron que iba a ser efectiva en esta legislatura que ya boquea.