Sumar apuesta entre sus primeras propuestas programáticas por fomentar, con la comunidad internacional, una "presión constructiva" hacia Marruecos para negociar con el Frente Polisario una resolución del conflicto en el Sáhara Occidental, que respete en cualquier caso el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
También muestra su compromiso para reconocer a Palestina como Estado y aboga por actuaciones para hacer una evaluación "crítica y honesta" del pasado colonial de España en Iberoamérica, de cara a mejorar las relaciones con los países del continente.
Así lo recoge la plataforma en sus documentos de los grupos sectoriales de trabajo, que supone un primer armazón de su propuesta programática para la próxima década, que ahora está abierta a la participación y deliberación de la ciudadanía a la que anima a hacer sus propuestas.
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En materia de política internacional, el movimiento de abandera Díaz sostiene que, en el conflicto sobre el Sáhara Occidental, España debe emplear "todos sus canales de influencia, tanto bilateral como multilateral en el seno de la Unión Europa, Naciones Unidas o la Unión Africana para desplegar una "presión constructiva" sobre Marruecos.
Todo ello encaminado a mostrarle a Rabat los "límites" de su actual estrategia de "de ofensiva diplomática" y "hechos consumados" sobre el terreno.
Es más, el planteamiento de Sumar sentencia que cualquier solución "duradera" y "realista" de este conflicto pasa por una "negociación" con el Frente Polisario que "respete el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui".
También concluye que el Gobierno "debe dejar de apoyar la inclusión del territorio del Sáhara Occidental en los acuerdos de cooperación bilateral entre la UE y Marruecos, que el Tribunal de Justicia comunitario ha "invalidado" a través de "repetidas sentencias".
Para las relaciones de vecindad con Marruecos, la plataforma apuesta por superar la "visión dicotómica" que las reduce a "un prisma exclusivo de cooperación o conflicto", y asumir la "coexistencia variable pero difícilmente evitable entre ambos elementos", es decir, su "interacción mutua".
"En situaciones de tensión bilateral, apostamos por la diplomacia y el diálogo, pero sin abandonar los principios y objetivos propios, y evitando una política puramente reactiva", ahonda el marco programático de Sumar.
Y recalca que es necesario "reconocer y apoyar a una pluralidad de actores" políticos y sociales marroquíes, incluidos los "grupos opositores" al régimen actual, activistas proderechos humanos y colectivos de defensa de la población migrantes.
En una reciente entrevista, la vicepresidenta segunda calificó a Marruecos como una "dictadura" y en diversas ocasiones se ha mostrado en contra del giro del PSOE y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de avalar el plan de autonomía del Sáhara propuesto por Rabat.
Además, el documento dedicado a la sección de migración traslada una visión crítica respecto a la política de "externalización de fronteras y el actual sistema migratorio", ante lo cual demanda una política de movilidad "segura y con derechos".
Palestina como Estado
Respecto a Palestina, la propuesta programática inicial de Sumar es que España apueste, desde el marco de la UE y los organismos multilaterales, por el cumplimiento del derecho internacional como la vía para "alcanzar la paz".
Objetivo que pasa por la implementación de las resoluciones internacionales de la ONU, los dictámenes del Consejo de Derechos Humanos y las doctrinas del Tribunal Penal Internacional con medidas efectivas contra las "políticas de discriminación sistemática y para "evitar el comercio con los territorios ocupados".
Por tanto, asegura que el reconocimiento del Estado de Palestina y la promoción de "actuaciones contra la ocupación" deben estar "acompasados" con declaraciones de los organismos internacionales, así como relaciones en la zona.
América Latina
Sobre América latina, Sumar plantea avanzar hacia unas "relaciones horizontales", tanto en el plano económico como en el social y político.
De esta forma, aboga por promover, en espacios multilaterales y de relaciones bilaterales, la "evaluación crítica y honesta" del pasado del país en el continente, en que se reconozcan en los tiempos actuales las "consecuencias" de "la trata, la esclavitud y el colonialismo" en el pasado.
La finalidad es avanzar, con ello, hacia una "reconciliación activa y una relación de igual a igual con los países y pueblos" con los que están unidos en ese pasado, completado con un fomento del dialogo intercultural y mayor aprendizaje de los pueblos indígenas de Latinoamérica, particularmente en el campo de la preservación de los ecosistemas.
También apoyará los procesos de fortalecimiento democrático y de defensa de derechos fundamentales, en especial en zonas de América central que están "experimentando un proceso de involución democrática y una severa erosión en términos de seguridad".
Finalmente, quiere aprovechar el impulso de los recientes gobiernos progresistas en diversos países de Iberoamérica para impulsar "agendas de trabajo", citando alianzas con los ejecutivos de Chile, Colombia, México, Brasil y Argentina, entre otros.