No se puede hablar de Europa sin hacerlo del islam. Son dos vasos comunicantes cuyos futuros hace tiempo quedaron entrelazados. Así ha quedado de manifiesto en la presentación del libro Europa, ¿otoño o primavera? (Zenda, 2023), una colección de ensayos coordinada por Alfonso Guerra y presentada por él mismo en la mañana de este lunes.
El exvicepresidente del gobierno ha compartido escenario con Mercedes Monmany y Miguel Arias Cañete (PP). Al poco de tomar la palabra, Guerra ha dicho de manera taxativa: "Europa necesita inmigrantes. Es una realidad".
Con esa frase, ha dado la vuelta al debate de la inmigración, generalmente en las portadas de los periódicos por lo contrario: su llegada "masiva" e "irregular". "Van a ser y son muy necesarios. Si la inmigración se paraliza, Europa colapsará. Los inmigrantes son parte de la solución del problema demográfico".
A modo de contraposición, ha mencionado el potencial demográfico de India y África. También ha resaltado la fortaleza de China, aunque dentro de poco vaya a enfrentarse a su primer decrecimiento de población. De las palabras de Guerra se desprende que, sin esa inmigración traducida en mano de obra, Europa se difuminará del mundo en detrimento de otras sociedades culturalmente distintas.
Una de las variantes de ese "problema demográfico" tiene que ver con la profusión de inmigración musulmana en Europa y la falta de integración que se produce en relación a las sociedades judeocristianas.
Ha sido Arturo Pérez-Reverte –en primera fila como impulsor de Zenda– quien ha llevado a Guerra a este punto del debate a través de la siguiente pregunta: "La Europa del futuro será en alto porcentaje musulmana. El islam es impermeable a la democracia porque para ellos es Dios quien determina y sus ministros quienes ejecutan. Un imán londinense dijo: 'Con vuestra democracia, destruiremos vuestra democracia'. ¿Es posible un equilibrio entre esas fuerzas emergentes que vienen a Europa con coraje, valor, hambre, necesidad y rencor histórico y las actuales estructuras europeas?".
Guerra ha intentado mostrarse "esperanzado" a lo largo de su intervención, pero la respuesta a esta pregunta ha sonado a todo lo contrario. Probablemente, consciente de que este asunto, pese a estar en la cabeza de un gran número de ciudadanos, apenas aparece en los discursos políticos de campaña.
"Depende de los actores [de la Unión Europea]. Habrá que poner trabajo, recursos y dedicación. Se está haciendo muy débilmente", ha contestado. Antes, ha aportado este análisis: "La única religión que existe en el mundo por la que la gente pierde la vida es la islámica. Si le pides a un cristiano o a un protestante que se inmole, no lo hace. Por eso el islam tiene un poder fortísimo de destrucción".
A modo de esa falta de compromiso de las autoridades de la UE que ha deslizado, Guerra ha añadido: "Recuerdo un atentado en Bélgica. Sabían quién había sido el cabecilla, pero no podían detenerlo porque entre las once de la noche y las ocho de la mañana no se puede detener a nadie".
Guerra ha sido quien ha pedido colaboración a ensayistas de distinto signo político: Josep Borrell, César Antonio Molina, Miguel Arias Cañete, Victoria Prego, Mercedes Monmany, Enrique Moradiellos, Cristina Manzano...
A juicio del exvicepresidente, los desafíos más importantes para Europa son los que –como éste del islam– están fuera de la agenda política, eso que los norteamericanos llaman la agenda setting.
"La tasa de nacimiento en Europa es bajísima, eso implica una falta de futuro. Además, vivimos un retroceso en cuanto a la concepción democrática [en referencia a los países donde la extrema derecha está en auge] y una creciente desigualdad social". Sobre este último punto, Guerra ha apostado por la armonización fiscal.