Alberto Núñez Feijóo arrancó la campaña electoral para las municipales y autonómicas del 28-M con una jornada maratoniana: por la mañana tuvo un acto en Valencia, por la tarde, en Badajoz. Al filo de la medianoche, asistió a la pegada de carteles de la candidata de su partido en Extremadura, María Guardiola. Mientras tanto, Pedro Sánchez exhibió perfil institucional con su reunión con Joe Biden.
En sus dos intervenciones de este jueves, el líder del PP dejó claro que, en realidad, afronta esta cita con las urnas como una primera vuelta de las generales que se celebrarán en el mes de diciembre.
Por ello, apeló al voto útil, enumeró los "interminables desmanes" por los que hay que "derogar el sanchismo" y trató de atar a todos los candidatos del PSOE a Bildu, que lleva en sus listas electorales a 44 condenados por pertenecer a ETA. "Ni Sánchez ni sus candidatos merecen el apoyo de los españoles", apostilló.
El presidente del Gobierno pasó buena parte de la jornada sobrevolando el atlántico con destino a Washington, donde presumirá de agenda internacional. Tras cinco años en el poder, protagoniza su primera visita a la Casa Blanca. Antes de embarcarse en el avión, celebró un Consejo de Ministros extraordinario que dio luz verde a medidas para paliar los efectos de la sequía.
El líder de los socialistas ha recurrido a los medios que le brinda la Moncloa para calentar la campaña de su partido en estos comicios, con un ramillete de decretos orientados a captar el voto joven, como todos los relativos a la vivienda; o con ayudas mil millonarias para evitar una fuga del votante rural. De esta manera, exhibe gestión. El famoso "escudo social" para proteger "a la clase media trabajadora".
En cambio, su rival, Feijóo, se afanó este jueves en recordar que en lugares como Extremadura, donde gobierna el PSOE, "la hemeroteca está llena" de declaraciones del presidente Guillermo Fernández Vara contra el independentismo. Por ello, clamó a los votantes de la región: "¡Sed consecuentes, leed esas hemerotecas y votad en consecuencia en Extremadura!".
Después, prosiguió con su ofensiva contra los socialistas al hilo de los socios de la coalición. A su juicio, lo más grave del "sanchismo" es que se haya apoyado "en un partido que lleva en sus listas a 44 terroristas y siete condenados por delitos de sangre". Sólo por eso, indicó, "ningún socialista en Extremadura podría dar el apoyo al PSOE de Extremadura".
El voto útil
Poco antes de concluir su intervención, Feijóo enfervoreció a toda la militancia, que aplaudía y vitoreaba en pie, cuando denunció con vehemencia que el cartel electoral del socio de Sánchez es "un insulto a la democracia, a la policía, a la Guardia Civil, a las mil víctimas del terrorismo". En definitiva, "un insulto a la dignidad" de España.
Para poner fin al Gobierno de coalición, abogó por "volver a la serenidad, el rigor y la honestidad" escogiendo la papeleta del PP este 28-M. Todo un alegato al voto útil. A escasas semanas de acudir a las urnas, a nadie se le escapa que la estrategia del PP para ser primera fuerza y asaltar ayuntamientos y comunidades pasa por ensanchar la base electoral por la izquierda, pero también desde el centro y por la derecha.
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"Necesitamos a los que votaban al PSOE porque entendían que era un partido de Estado y ahora ven cómo sus socios van contra el Estado. Quién ha visto y quién ve al PSOE español, que jamás se sometía a planteamientos independentistas", remarcó Feijóo dirigéndose a los votantes socialistas, a los que quiere llevar a su redil.
Más significativo aún fue el agradecimiento que expresó al alcalde de Badajoz y candidato a la reelección por el PP, Ignacio Grajera, que antaño encabezó la lista de Ciudadanos, por "unir a todo el centro derecha" y allanar el camino hacia "una mayoría absoluta". O el mensaje velado a los electores de Vox, aquel partido que vino "a fragmentar el voto".
El PSOE se juega el poder
Todas las encuestas predicen la victoria de los populares en el 28-M. No así su capacidad para poder gobernar, con o sin Vox, el eterno debate sin abrir y que queda aplazado al 29-M.
Aunque previsiblemente el PP será primera fuerza en la Comunidad Valenciana, Aragón o Baleares, hay serias dudas de que sus candidatos en estos territorios puedan poner fin a los actuales gobiernos del PSOE. De ahí que una fuerte movilización del centro-derecha sea más necesaria que nunca.
La ausencia de Sánchez en el inicio de campaña fue suplida por la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, que todavía sin ser una dirigente del PSOE, no dudó en arropar al presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, durante la pegada de carteles. Otros nueve ministros hicieron lo propio y se desplegaron hasta en ocho ciudades.
En el horizonte, el PSOE se juega el poder. Si las expectativas podrían pasar factura a Feijóo, la capacidad de los socialistas para retener gobiernos es la moneda al aire de Sánchez ante su reelección en diciembre. De ahí que los socialistas se centren en conservar plazas clave como la Comunidad Valenciana, joya de la corona. O el Ayuntamiento de Sevilla.
El jefe del Ejecutivo, de hecho, retomará su agenda mitinera en la capital andaluza este sábado, 13 de mayo. Será su primera parada tras el viaje a Washington. De perder la ciudad hispalense, el PSOE quedará del todo desdibujado en Andalucía, añejo fortín hasta la histórica mayoría absoluta de Juanma Moreno el pasado 19 de junio.