Si las elecciones de este domingo hubieran sido generales en vez de autonómicas y municipales, el bloque de la derecha sumaría 171 escaños y se quedaría al borde de la mayoría absoluta, pero no llegaría. La llave del Ejecutivo dependería, una vez más, del PNV, aunque es difícil que los nacionalistas vascos apoyen un Gobierno con Vox.
Pedro Sánchez ha anunciado este lunes un adelanto electoral para el próximo 23 de julio. Según fuentes de Moncloa, este cálculo de extrapolar las municipales como una especie de boceto de generales ha sido el principal motivo para tomar la decisión.
Según la extrapolación hecha por SocioMétrica para EL ESPAÑOL, el PP obtendría 154 escaños; Vox, 15; UPN 2 y Coalición Canaria, 3. Entre las tres formaciones se colocarían en esos 174 escaños, a dos de la mayoría absoluta necesaria para poder conformar un Gobierno. Esos escaños de menos los podría aportar el PNV, que obtendría seis escaños.
Esta, sin embargo, no es una opción fácil para Alberto Núñez Feijóo, ya que los que tendrían que ser sus socios difícilmente van a cuajar entre sí. Vox es el principal partido contra los nacionalismos en el Congreso y los vascos lo son. De hecho, ambas formaciones ya advirtieron al presidente del PP de que no podía contar con las dos a la vez.
En el otro lado del hemiciclo, la suma tampoco sería fácil. El PSOE (125 escaños), Sumar (10), ERC (12), Bildu (7), BNG (3) y PRC (1) suman un total de 158 escaños. De conseguir el apoyo de Junts (12) y el PNV (6) sí que lograrían una mayoría de 176 escaños.
Así las cosas, este escenario parece dar aire al PSOE y sus socios. En Moncloa consideran más fácil hacer carambolas para labrarse el apoyo de grupos más pequeños que el hecho de que Vox y PNV limen asperezas.
Sin embargo, en el escenario más favorable para la izquierda también es complicada la casuística del PNV. Bildu ha sido el claro vencedor en las elecciones de este domingo en gran parte del territorio vasco y se hace difícil que los de Aitor Esteban apoyen una coalición en la que los de Arnaldo Otegi se reivindiquen como imprescindibles.
Estos resultados, de todas formas, no son definitivos. En primer lugar, porque la gente no vota siempre lo mismo en las municipales que en las generales. En las localidades, especialmente en las pequeñas, se suele priorizar a la persona frente al partido que representa.
También hay que tener en cuenta que no todos los partidos se presentan en todos los municipios. Por ejemplo, el PP se presenta en las generales en todos los territorios pero no en todos los ayuntamientos en las municipales. Con Vox pasa parecido. Y hay que añadir que hay partidos muy locales que se presentan a ayuntamientos y que, después, ese voto va a otras formaciones en las generales.
A pesar de las particularidades, en Moncloa han tomado nota de estos datos y su lectura es muy similar para tomar la decisión de adelantar las elecciones. De haberlas celebrado en diciembre, tal y como estaba previsto en un inicio, los socialistas podrían haber arrastrado el desgaste hasta entonces y, ahí sí, la pérdida del poder sería irreversible.