La épica del derrotado que combate hasta la extenuación, frente a todos los poderes, será la narrativa de la campaña electoral que diseña el PSOE, según fuentes socialistas.
Y será un combate en solitario, porque Pedro Sánchez ha pasado de defender el bloque de la coalición, de ir en tándem con Yolanda Díaz, a presentarse solo y achicando espacio a los que han sido sus socios de Gobierno y que, según su análisis, le han lastrado en las elecciones del 28-M.
Sánchez y sus diferentes equipos han alimentado durante años la leyenda de la épica del derrotado que se levanta del suelo magullado y sigue luchando hasta que vence. Su propia trayectoria en las dos primarias en el PSOE, la moción de censura, la repetición electoral, las largas apariciones ante los españoles durante la pandemia, las votaciones apuradas y los pactos al límite son algunos de los episodios biográficos que sostienen esa épica.
Fuentes de su equipo explican que ahora la decisión de anticipar elecciones tras la derrota del 28-M se enmarca en esa épica del líder político aparentemente derrotado que, como refleja el cine en Robocop, Rocky o Braveheart, se levanta y combate cuando se le da por muerto (políticamente).
En esa imagen tan cinematográfica se basará en gran parte la campaña que prepara la Moncloa desde el mismo lunes por la mañana. Según explican, “será el Pedro Sánchez de octubre de 2016 cuando tras ser derrotado en el Comité Federal del PSOE fue entrevistado por Jordi Évole, se presentó como una víctima de la conspiración de las grandes empresas y los medios de comunicación y arrancó la vuelta a España para ganar las primarias”.
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En el pódcast Cara a cara, de Sonora, el experto en comunicación José Miguel Contreras analiza los dos debates entre Felipe González y José María Aznar en 1993. El primero, en Antena 3, lo ganó contra todo pronóstico el candidato del PP, y en el segundo, en Telecinco, el socialista se repuso y triunfó la épica del derrotado que se levanta, se recompone y pelea, según Contreras.
El asesor de comunicación, que participó en la preparación del debate, explica que una vez admitido por todo el mundo que González perdió el primer debate, funcionó esa corriente de empatía que genera la épica del derrotado rehecho y, por eso, triunfó la estrategia, en cuyo diseño también intervino Miguel Barroso, actual directivo de Prisa.
En ese pódcast se habla de la “operación Rocky", y se señala que la estrategia y preparación del debate la completaron con una “referencia narrativa” que encuentran en el cine para “inyectar al duelo una dosis de épica”.
“Preparamos el debate. Teníamos que partir de crear un personaje. Para nosotros era fundamental. Yo creo que ni se lo dijimos [a González]. O puede que sí. El personaje que elegimos, para entendernos, era Rocky, que ha sido tumbado en la lona, le están haciendo la cuenta y lo que todo el mundo espera, sus seguidores, es que levante la rodilla de la lona y se ponga en pie y vaya a duelo. Y si conseguimos ese efecto va a ser muy superior a lo que sería cualquier combate”, explica Contreras.
Contreras asesoró entonces a Felipe González, tuvo luego relación estrecha con José Luis Rodríguez Zapatero y ahora la tiene también con Pedro Sánchez. Incluso, se ha publicado que asesora habitualmente al actual presidente del Gobierno.
La misma narrativa
Ahora Sánchez tiene que apelar a esa misma narrativa épica, pero con la diferencia de hacerlo desde el poder. Es decir, no es lo mismo la épica de quien deja el escaño y sólo tiene el coche para recorrer España, que la de quien lo hace desde la Moncloa con el aparato del Estado a su alcance.
El miércoles, ante los parlamentarios socialistas, Sánchez empezó a cultivar ese relato con sus referencias a los medios de comunicación. "Veremos en programas de máxima audiencia a gentes que solo se representan a ellos mismos pontificar e insultar sin derecho a réplica", dijo, recordando su mensaje de 2016, cuando culpó al Grupo Prisa de su destitución como líder del PSOE.
Estas tesis ya las apuntó hace meses, cuando pasó de celebrar actos con grandes empresarios a denunciar conciliábulos de empresarios y responsables de medios de comunicación para acabar con él. Ahora, este mensaje lo sitúa en el centro de su campaña.
El otro rasgo de esa campaña es que ha pasado de mostrarse formando equipo con Yolanda Díaz para poder completar mayorías, a pedir el voto útil, aún a riesgo de restar voto a sus socios.
Considera Moncloa que la imagen de la coalición es lo que ha lastrado definitivamente a los socialistas en las municipales y autonómicas del domingo y, por eso, hay que competir por su espacio apelando al voto útil frente a la "derecha extrema y la extrema derecha".
Corre el riesgo de debilitar a sus socios de Sumar y que la plataforma de Yolanda Díaz no supere a Vox como tercera fuerza, lo que supone una pérdida notable de escaños.