La propensión de los candidatos a participar en debates en campaña electoral suelen ser una buena medida para saber quién parte con ventaja y prefiere no arriesgar y quién parte con la ansiedad de necesitar debate y foco para dar la vuelta a las expectativas.
En este caso, Pedro Sánchez ha confirmado esa prueba de ansiedad al ir más lejos que nadie ha ido nunca y proponer seis debates cara a cara, uno por semana, más otros con los demás portavoces. Más allá de los detalles de las encuestas, el presidente del Gobierno y candidato del PSOE ha demostrado que parte con desventaja. Y, además, que lo sabe y admite.
En 2019, el líder socialista rechazó los cara a cara con el entonces aspirante del PP, Pablo Casado, porque partía en ese momento con clara ventaja y lo último que quería era arriesgarse a un tropezón. Por eso, el PSOE evitó que hubiera un cara a cara entre los dos únicos candidatos con opciones de ser presidentes del Gobierno, aunque Sánchez haya dicho solemne este lunes que “debatir es una obligación, un deber de todo demócrata y una necesidad de los sistemas políticos”.
Sánchez considera que en ese tipo de enfrentamientos contra Feijóo lleva las de ganar. No obstante, su mejor resultado lo consiguió en abril de 2019, precisamente, la campaña electoral en la que no hubo ese tipo de debates.
Fuentes del equipo de campaña del presidente explican que Sánchez "está obligado a dar un triple salto mortal" y que el anuncio del líder socialista tiene básicamente tres motivaciones: hacer una campaña bipartidista entre PSOE y PP, llevar la iniciativa para marcar la agenda política y poner de manifiesto que Feijóo carece de programa para las elecciones generales.
La versión oficial es que no hay tal desesperación en Moncloa y que, por el contrario, lo que se consigue es poner en aprietos a Feijóo al rechazarlo. “La desesperación puede estar al otro lado al negarse a debatir porque no hay propuesta. Lo tiene mal para negarse a eso”, explica Moncloa.
El PP explica que aceptará debates, pero no la "extravagancia" de seis e insiste en la pérdida de nervios de Moncloa al hacer una "propuesta que sabe que no podrá aceptar". En su caso la ventaja de inicio le lleva a no arriesgar. O, al menos, a no arriesgar seis veces.
Fuentes del PSOE aseguran que “había una petición expresa y reiterada de Feijóo en Senado de contar con mucho más tiempo para exponer sus ideas y contraponerlas con el presidente del Gobierno. Ahí lo tiene”.
“Algo curioso es también que el jefe de la oposición no quiera debatir. Llama la atención, sobre todo porque los españoles conocen perfectamente la gestión del presidente del Gobierno, y lo que propone Feijóo, más allá de "derogar el sanchismo", es un cúmulo de frases hechas y cero concreción”, añaden estas fuentes.
"Coyunturas distintas"
Sánchez no quiso responder ayer en rueda de prensa sobre su negativa a los cara a cara en 2019, pero fuentes del PSOE explican que “las coyunturas electorales siempre son distintas. Estamos ahora ante una que no es sólo un cambio de gobierno. Vamos a una decisión que marcará al país para una década. A una elección entre el camino de Bolsonaro, Trump, Orban o Meloni, o el de las democracias europeas clásicas. Al de una socialdemocracia que está demostrando que se puede crecer y hacer que la economía vaya bien, con justicia social. No se puede comparar”.
Aseguran que en 2019, Ciudadanos estaba cerca de superar al PP y, por eso, no era posible el cara a cara.
Entonces el portavoz del PSOE era José Luis Ábalos y en rueda de prensa acusó a Casado de "desesperación" por pedir un debate.
El equipo de campaña explica extraoficialmente que se trata de hacer propuestas y presentar iniciativas que lleven a remolque al PP hasta las elecciones, algo que no pudieron conseguir en la campaña del 28-M. En este caso, sabiendo que no lo va a aceptar de ninguna manera.
Buscan también insistir en la idea de falta de programa de Feijóo y su renuncia a exponerlo en un debate. En realidad, el líder del PP no tiene aún programa porque esperaba completarlo para diciembre, fecha prevista para los comicios, según fuentes populares.
El tercer pilar de la propuesta inédita de los seis debates es, según fuentes socialistas, insistir en la campaña bipartidista, olvidando el bloque que defendía hace apenas unas semanas.
“Sánchez o Feijóo, Feijóo o Sánchez”, repitió este lunes el candidato socialista y presidente en un acto público para resumir lo que, según él, serán la campaña y las elecciones.
Ese giro estratégico ha irritado a Yolanda Díaz que, hasta ahora, iba casi en tándem con Sánchez. Ahora, Sumar y Podemos son orillados.